CAPITULO 7

Había pasado más de una semana desde que había aceptado aquella propuesta y por más que trata de derribar aquellas murallas que me imponía Nahuel llegaba a ser imposible, no importaba que tanto trataba o que tanto lo intentara el solo respondía con una seriedad implacable o simplemente retirándose a su habitación ¿tal vez añoraba su soledad? o almenos eso me gustaba pensar  - 

- Rosa me arias un favor - comento mostrando una sonrisa algo débil  casi a punto de desplomarse. corrí hacia el para tratar de alcanzarlo sosteniéndolo de las costillas evitando su caída - deja de mirarme así rosa me encuentro bien no tienes que preocuparte- comento

- no te miro de una manera en particular – afirme llevándolo al sillón - 

- claro que lo haces, lo haces como si tuvieras miedo a que no vuelva a abrir los ojos -  admitió poniendo una de sus manos en su frete - 

- y que si lo hiciera - admití agachando la cabeza con algo de culpabilidad,  el negó con la cabeza con algo de desaprobación tomando una de mis manos - 

- no tendría de malo pero lo detesto, detesto que cada vez que trate de hablar contigo me mires con lastima no quiero que me mires de esa manera… no solo soy una enfermedad- respondió jugando con mi palma antes de pararse dirigiéndose hacia su habitación corrí hacia el  tomando su mano para retenerlo en una abrir y cerrar de ojos llegue a ver un viejo espejismo negué con la cabeza al ver a Henry parado frente a mí  - 

- lo lamento fue un impulso - dije soltando abruptamente su mano con algo de vergüenza a lo que el alzo una ceja con algo de confusión - voy a salir solo quería decirte eso  - dije tratando de arreglar lo que había hecho o almenos disimularlo, el asintió con la cabeza entrando a su habitación -que tonta - dije apenas en un susurro antes de salir