Quédate conmigo

Capítulo 14: Adeline

Cerrar el capítulo con Ronan debería haber sido un alivio. Y, en cierta manera, lo fue. Pero mientras observaba cómo se levantaba de la mesa, dejando unos billetes con un gesto casi mecánico, no pude evitar sentir una incomodidad en mi pecho. Su mirada fija, sostenida demasiado tiempo, decía más de lo que sus palabras intentaban ocultar.

—Lo entiendo —me había dicho mientras cubría mi mano con la suya, ejerciendo una presión que pretendía ser reconfortante pero solo lograba tensarme más—. Sé que estás un poco confundida y que tus recuerdos sobre nosotros quizá no vuelvan. Pero lo entiendo, todo sea porque estés cómoda. —Hizo una pausa, dejando que el silencio llenara el espacio entre nosotros como una red invisible. Parecía estar esperando que lo contradijera, que negara su teoría con algún gesto o palabra.

No lo hice.

—Pero cuando todo eso pase, volveremos. —Su tono era tan seguro, tan deliberado, que casi lo creí por un segundo.

Respiré profundo, buscando las palabras adecuadas para hacerlo entender, aunque sospechaba que no me escucharía.

—No, Ronan, yo no…

—No tienes que decir más —me interrumpió, inclinándose ligeramente hacia mí como si con su cercanía pudiera controlar la situación—. Sé que ahora estás confundida. Es normal. Pero nosotros somos más fuertes que esto. Sé que lo recuerdas, aunque sea en lo más profundo.

Negué, tanto con palabras como con un leve movimiento de la cabeza, intentando mantener la calma.

—No, Ronan. No hay confusión. No vamos a volver. No hay oportunidad para eso.

—Adeline, escúchame. —Su tono adquirió una suavidad alarmante, esa mezcla extraña entre paciencia y autoridad que hacía que mis instintos se pusieran en alerta—. Lo dices ahora porque tienes miedo, pero eso va a pasar. Cuando estés lista, cuando las cosas se aclaren…

—No, Ronan —le interrumpí esta vez, intentando tomar el control de la conversación—. Hablo en serio. Esto no es un "cuando las cosas se aclaren". Esto es definitivo.

Una leve sombra cruzó su rostro, apenas perceptible, pero suficiente para que una sensación de incomodidad se deslizara por mi columna. Luego sonrió. Una sonrisa pequeña, tensa, que no alcanzó sus ojos.

—Adeline, no tienes que convencerme de nada. Sé lo que siento, y sé lo que sientes, aunque ahora no lo veas.

—No, Ronan. —Alcé la voz apenas lo suficiente como para que no me interrumpiera de nuevo—. Esto no es un debate ni una negociación. Es una decisión. Mi decisión.

Por un momento, pensé que lo había logrado. Que mis palabras habían atravesado esa barrera que parecía rodearlo. Pero entonces, se inclinó hacia adelante, y sus ojos buscaron los míos con una intensidad que me obligó a mantener la mirada.

—Adeline —dijo mi nombre como si estuviera dictando un juramento—, todo esto es temporal. Lo sabes, aunque ahora no quieras admitirlo. Nosotros… estamos hechos para estar juntos.

—No. No lo estamos. Se terminó y punto —Mi voz salió más firme de lo que esperaba, casi cortante.

Se quedó en silencio, observándome como si estuviera evaluando mis palabras, mi expresión, incluso mi respiración. Luego, sin previo aviso, se levantó de la silla.

—Me tengo que ir —dijo finalmente, dejando unos billetes en la mesa con un gesto rápido y casi mecánico—. Hay cosas que debo hacer.

Me miró por lo que se sintió como un minuto eterno, sus ojos fijos en los míos, como si estuviera grabando ese momento en su memoria. Y entonces, finalmente, apartó la mirada.

Lo vi alejarse, cada paso suyo resonando con una extraña mezcla de resolución y algo que no podía identificar del todo. Cuando desapareció de mi vista, exhalé un largo suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

Suspiré profundamente cuando finalmente salió por la puerta. "Esto fue difícil", pensé, "pero lo más difícil es que no entendió". Aunque, ¿qué más podía hacer? Había sido clara, tan directa como pude serlo en estas circunstancias. Si Ronan decidía construir ilusiones erróneas en su cabeza, sería su carga, no la mía.

De grande, descubrí que me atraen las personas intensas, pero de una manera distinta. Sophie siempre me tacha de loca cuando se lo menciono, pero no puede hablar mucho; ella tiene sus propias peculiaridades. La intensidad que busco no es la posesividad que parecía desprenderse de Ronan, sino algo más profundo, más auténtico… más como Aleksander.

Ahí estaba otra vez, ese nombre. Aleksander. No importa cuánto intente ignorarlo, siempre vuelve a mi mente en los momentos más inoportunos, como un eco persistente. Quizás sea porque él personificaba todo lo que había aprendido a valorar en alguien: inteligencia, empatía, y esa forma única de estar presente sin invadir. Aunque, claro, no éramos perfectos. Yo me encargué de que no lo fuéramos.

Maldita sea mi tendencia a sobrepensar todo. Sobrepensar es revivir mil veces lo que nunca pasó. Es un ciclo que desgasta, que consume, hasta que el alma pide un descanso que nunca llega.

Ronan, por otro lado, siempre había sido un enigma para mí. Desde el principio, su presencia tenía algo extraño, como si siempre estuviera actuando un papel. Todo parecía demasiado calculado, desde sus gestos hasta sus palabras. Incluso hoy, cuando se marchó, esa calma superficial que mostraba me dejó intranquila. ¿De verdad había aceptado lo que le dije, o simplemente estaba jugando a ser comprensivo? Algo en su actitud me decía que esto no había terminado del todo, al menos no para él.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el zumbido de mi teléfono. Un mensaje de Sophie.

"¿Qué dices? ¿Vamos al nuevo bar karaoke-disco esta noche? Es muy popular y nunca hemos ido. Ah, y va a venir Clara. ¡Hace siglos que no la vemos!"

Sonreí al leerlo. Clara, nuestra amiga en común, siempre tenía historias fascinantes que contar, aunque últimamente estaba más ocupada con sus mellizos de diez meses. Quizá una salida con ellas era justo lo que necesitaba para despejar mi mente.



#3737 en Novela romántica
#201 en Joven Adulto

En el texto hay: decisiones, reencuentros, amor

Editado: 16.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.