Aaron
Madison abre la puerta de su apartamento y entro detrás de ella, el lugar es precioso, ella tiene muy buen gusto, nunca me cansaré de decirlo, no es la primera vez que entro aquí, pero siempre quedo impresionado, es una mujer elegante a la que le gustan las cosas caras, los cuadros en las paredes lo dejan claro así como muchas otras decoraciones de la casa, la miro a ella cuando comienza a servir bebidas para ambos, en eso tenemos gustos muy parecidos, ella me mira y sonríe sin aún acabar, intentando hacer más larga la noche, lo sé y lo entiendo.
—Sé que algo le dijiste a Sofía en el baño —voy hacia el sofá
—No quiero hablar sobre ella
—Sé que eres amiga de mi hijo, ¿qué te dijo? ¿Que la pusieras en mi contra? —ella se acerca con las bebidas en sus manos —habla Madison
—Tu hijo siente celos de ti Aaron y quien no? Vi como miraste a esa mujer cuando llegó —bufa sentándose a mi lado —eres hombre sí, pero ella es joven, podría ser tu hija y está con tú —se calla cuando me acerco más a ella, Madison se tensa
—Cuidado Mad —gruño —cuida tus palabras
—Aaron
—Que ya no haga lo que antes hacía no significa que olvidara cómo hacerlo —sonrío —recuerda eso siempre y deja de jugar los juegos de mi hijo —la suelto y yo me pongo de pie, arreglo mi traje con cuidado
—Aaron —camino hacia la puerta —Aaron solo intento llevarme bien con tu hijo —sus palabras me detienen —que no me odie
—Si querías eso no debiste aceptar ser mi amante en el pasado —la miro —Ángel nos odia a ambos
—Eso es porque nunca le has dicho cómo era en verdad su madre —masculla con rabia
—Madison —suspiro —a partir de ahora cuida tus acciones hacia mí y hacia Sofía, sé que es la novia de Ángel y sé que eres celosa, pero por favor, deja de hacer ridiculeces —sus ojos se llenan de miedo —no quieras tenerme de enemigo —voy hacia la puerta
—Ella te defiende —escucho que habla cuando abro esta —la chica te defiende y ni siquiera te conoce Aaron —ríe —si sigues por ese camino con esas miradas acabarás peor que yo, Ángel nunca va a perdonar eso —salgo del apartamento cerrando la puerta tras de mí, camino hacia la salida sintiendo dolor de cabeza, en algo Madison tiene razón, pero escuchar de su boca que Sofía me defiende llena de ego mi interior.
—Padre —Ángel entra al despacho sonriendo —te despertaste temprano —ríe sentándose —¿o acaso acabas de llegar? —sonrío mirando sus ojos
—Madison me dijo que estabas celoso —se tensa por completo y deja de mirarme —hiciste que le hablara mal sobre mí a Sofía —el silencio llena la habitación hasta que Ángel vuelve a mirarme.
—Sí, siento celos —achico los ojos
—Ángel yo jamás te haría algo como eso, yo
—No papá no —habla con asco —no hablo de eso, por Dios —ríe —sé que Sofía no se fijaría en alguien tan mayor como tú —sus palabras me dañan un poco —pero si te admira, sus hijos también lo hacen y siento celos de eso, el pequeño me trata, pero nunca me ha pedido jugar, la niña ni siquiera me ha dado un saludo en todos estos años, pero contigo todos son diferentes —él se pone de pie —contigo juegan, la niña rara te habla —bufa —siento celos de eso papá, Madison seguro pensó en algo más, pero no es así, sé que jamás me harías algo como eso, jamás te fijarías en mi mujer ¿verdad papá? —él se queda mirando mis ojos
—Claro que no hijo —me siento un completo hipócrita ahora
—Lo se papá —sonríe —y me alegra saberlo porque voy a casarme con Sofía —dice seguro mirando mis ojos
—¿Ya se lo pediste?
—Lo haré pronto, ya compré el anillo —ríe mirando mis ojos y asiento con lentitud —y estoy seguro de que dirá que si, esas cosas se notan, Sofía me quiere, hasta hemos hablado sobre tener hijos —su sonrisa aumenta mirando mis ojos mientras trato de mantenerme igual que antes
—Me alegra que hayas encontrado el amor hijo —sonrío —pero no pongas a Sofía en mi contra hablándole cosas mías del pasado
—No volverá a pasar papá —él asiente rápido —perdóname —Ángel camina hacia la puerta —te quiero papá —dice antes de salir dejándome sin habla y la puerta se cierra, minutos después quien entra es Tomy, por su cara sé que no trae buenas noticias y toma asiento frente a mí.
—¿Lo encontraste verdad? —cuestiono y él solo asiente —no estaba vivo ¿cierto? —deja de mirar mis ojos y es clara la respuesta, llevo mis manos a mi rostro
—Lo lamento Aaron, pero tenías razón, no es casualidad, fue justo cuando le dijiste a tu hijo que sabías en donde estaba —aprieto con rabia mis puños —¿qué harás al respecto?
—No voy a hacer nada —digo recordando las miradas de mi hijo, sus palabras, su forma de hablar conmigo, ¿se puede fingir tan bien? ¿En serio es capaz de decir que me quiere mirándome a la cara?
—El Aaron que conocí antes no perdonaría esto, no viviría con el enemigo bajo su propio techo
—El problema es que el enemigo está con Sofía —me pongo de pie —ella es inocente, sus hijos también —sonrío —sus hijos podrían ser míos —suspiro —Tomy, necesito saber desde cuando Ángel y Sofía se conocen, antes de hacer cualquier cosa quiero saber las verdaderas intenciones de Ángel con ella —lo miro
—Aaron
—Este Aaron no es el de antes —veo como aprieta sus dientes no conforme con mis decisiones —este Aaron se sentará, jugará el juego y observará —camino hacia la puerta
—¿Los años te hacen débil? —abro la puerta sin sentirme ofendido
—Me han dado paciencia —salgo de ahí con un enorme vacío en mi pecho, sintiéndome roto, ¿qué hice mal? Quizás Madison tiene razón, quizás debería mostrarle a Ángel quien fue en verdad su madre, pero ¿de qué sirve ya? Me detengo en la cocina cuando veo a Sofía ahí preparando el desayuno de sus hijos, es preciosa, encantadora y saber que fue mía hace que todo sea diferente, pero ahora es la novia de mi hijo, aunque quiero acercarme y aunque sé como es Ángel debo recordarlo cada vez que la miro, debo estar lejos, lo sé, solo que un baile no fue suficiente, una noche menos, Sofía voltea y se queda congelada en su sitio al ver que la miro, en el fondo sé que ella puede sentir lo mismo que yo aunque no me reconozca, pero decirle la verdad sería como soltar una enorme bomba y aunque suene débil aún quiero tener la esperanza de poder recuperar el amor de mi hijo ¿acaso debo fingir toda la vida no conocerla e ignorar que los gemelos que la acompañan pueden ser mis hijos?