Capítulo: 12

Aaron

Ahora todo parece un juego, pero un juego que la vida nos puso para ver quién lo gana, lo más gracioso, es que yo odio perder, bueno, muy pocas veces he perdido cosas importantes, solo que lo peor es que el juego es contra mi propio hijo, el premio es Sofía y hay dos pequeños en medio, no quiero que nadie salga lastimado, si pudiera al menos ganarme el amor de mi hijo, arreglar de verdad las cosas con él, me callaría, me alejaría y dejaría que ganara el juego aunque eso signifique perder lo que ahora mismo más importa. Permanezco en mi despacho observando por la ventana, era claro que ella lo haría y ni siquiera esperaría al otro día, es casi media noche, pero ahí está ella subiendo a un taxi con maletas y los dos pequeños que ahora estoy totalmente seguro de que son mis hijos, a ellos no quiero perderlos, ellos son lo que más me importa ahora.

—Sofía se va de la casa papá —escucho la voz de Ángel y suspiro sin dejar de ver cómo el taxi se aleja

—La estoy viendo

—Me dijo lo que pasó entre ustedes —me giro hacia él alzando una ceja

—¿De veras? —sonrío, si hubiera hablado del beso Ángel estaría frente a mí con una cara distinta con ganas de acabar conmigo

—¡No puedes interferir en la educación de sus hijos papá! —me alza la voz mientras camina por el despacho —no puedes decidir nada sobre ellos —si supiera lo equivocado que está —¡son sus hijos padre! Si ella no quiere que jueguen fútbol o que toquen el piano es cosa de ella, no tuya —me señala, así que eso le dijo, tomo asiento sin dejar de mirarlo, ¿en que momento fallé tanto al criar a mi hijo? Quizás porque casi siempre estaba ausente por culpa de su maldita madre, ella me hizo ver cómo un monstruo ante él.

—Sus hijos tienen talento

—Eso a ti no te interesa —bufa y se sienta frente a mí, escucho el sonido de mi teléfono y lo miro —ella se fue papá y no quiero eso.

—Quieres vivir aquí —digo sin dejar de mirar el mensaje que acabo de recibir y sonrío, miro a mi hijo.

—¿Tú no lo quieres?

—Por supuesto que si Ángel, es más, ya mañana podrás ir a la empresa, tendrás un puesto ahí —él sonríe —hablarás con Madison, ella te dará detalles —me inclino un poco hacia él —quiero que vivas aquí Ángel —su sonrisa aumenta.

—Entonces Sofía tiene que volver papá, si ella no está aquí me iré —se pone de pie

—¿Y qué hago hijo? No me arrepiento en nada de lo que hice —sonrío refiriéndome al beso —es más, lo haría de nuevo —él resopla.

—Pídele perdón papá y no comentes eso —me señala —te enviaré la dirección del apartamento al que fue, ve mañana y discúlpate con ella —Ángel camina hacia la puerta.

—¿Qué flores le gusta hijo? —mi pregunta lo detiene al abrir la puerta

—Yo que se papá —ríe —llévale cualquier rosa o algún chocolate, a todas le gustan eso —añade para luego salir y doy un largo suspiro mientras miro el techo, Sofía, Sofía…

Arreglo mi corbata y me miro al espejo, bien, estoy bien, paso una mano por mi cabello y luego por mi arreglada barba, tomando el ramo de flores que compré bajo del auto y camino hacia el edificio, saludo al portero y sigo de largo, con Tomy detrás nadie me detendrá por lo que voy al ascensor, Sofía pudo escoger un lugar mejor, ¿por qué aquí? El edificio es feo, si cree que mis hijos van a vivir mucho tiempo en él, está loca. Me detengo frente a su puerta y toco el timbre, cuando la puerta se abre le sonrío, ella solo intenta cerrarla, pero soy más rápido y más fuerte por lo que entro sin mucho esfuerzo.

—Quiero que te vayas —espeta de mala manera mientras yo miro el lugar

—Es de mala educación no mandar a sentarse a la visita

—Vete Aarón

—Te traje flores —la miro y le muestro el ramo —variadas —sonrío —no sabía cuál te gustaría —se lo extiendo, ella lo toma pero solo para lanzarlo al suelo.

—Vete de aquí

—Sofía sé que los gemelos no están —voy hacia un sofá que hay —por lo que podemos hablar

—Hablaré con Ángel —sonrío

—Él me mandó hasta acá —ella aprieta sus dientes —Sofía vine a darte una disculpa, a traer un ramo de flores y a pedirte que vuelvas a la casa.

—Aaron

—Si no vuelves mi hijo saldrá de esta y

—Eres un cínico —maldice en voz alta y me da la espalda, sonrío sin dejar de mirarla —ni siquiera puedo mirar a Ángel a la cara y tú —me mira —eres su padre, ¿no sientes nada? —tenso mi mandíbula, si supiera que si, sí que siento, siento que estoy roto por dentro, solo quiero que deje de odiarme aunque sé que eso es imposible, que él ya tiene un plan y que solo quiere quitarme todo lo mío.

—Debes volver a la casa —soy simple —los niños son mis hijos también Sofía así que

—Eres el peor padre que he conocido —se ríe y sus palabras me dejan a mí con un horrible sabor en la boca —mis hijos no merecen un padre como tu Aaron, olvida esa noche que pasamos juntos, te voy a devolver todo el dinero que me diste, olvida todo eso incluido el beso de ayer que solo fue un maldito error.

—Uno que disfrutaste —ella pasa las manos por su rostro —Sofía vuelve a la casa

—Vete o llamaré a Ángel, le diré sobre el beso, le diré sobre todo si no te vas Aaron y me dejas en paz —me quedo largos segundos mirando sus ojos hasta que doy un largo suspiro y me pongo de pie.

—Perfecto, ya vi que de buena manera no te sacaré de aquí —Sofía ríe, es claro que no me conoce

—¿Qué harás ahora? —doy un paso hacia ella —¿vas a sacar tu lado malo y llevarme a la casa? —me acerco a ella con lentitud, cuando veo que ya mi cercanía le afecta y está tensa me detengo.

—Podría hacerlo —miro sus hermosos ojos, esos que enamoran a cualquiera y no soy la excepción —pero no, no te haré daño —sonrío —vendrás conmigo a la casa, seguirás fingiendo con mi hijo y te quedarás callada, no te tocaré si no lo quieres, no te besaré más si no lo pides, pienso respetar tu espacio, pero vas a venir conmigo.

—Ya te dije que

—Malcom Brat —menciono el nombre y justo ahora veo puro terror en su mirada —no conozco la historia —sonrío —espero que me la cuentes Sofía, pero tengo entendido que saliste de Italia huyendo de él, dime —alargo una mano hacia su rostro, luego recuerdo mis palabras y detengo mis movimientos, no la toco, simplemente bajo la mano —¿quieres que lo busque y le diga en donde estás?