Capítulo: 15

Sofía

Aaron besa mi boca como nunca antes nadie lo ha hecho, aun sabiendo que está mal ninguno de los dos podemos detenernos, es imposible cuando los dos queremos, da igual que ahora me sienta mal o que luego sienta culpa, hay cosas que no podemos evitar por más que queremos, momentos que deben pasar y simplemente disfrutar.

—Aaron —digo su nombre apretando fuerte su camisa —Aaron esto está mal —logro decir

—No vuelvas a hacerlo —mira mis ojos —no vuelvas a hablar sobre ti y Ángel de esa forma Sofía, no quiero volver a escucharte hablar así —masculla tomando con una de sus manos mi rostro —mírame —abro los ojos al instante —míranos —sonríe —no podemos evitarlo —susurra pegando su frente a la mía, puedo sentir los latidos de su corazón tan acelerados como los míos y pensar que siente lo mismo que yo solo aumenta mi ego.

—Esto está mal —repito

—Lo sé —Aaron se aleja un paso de mí, sigo pegada a la puerta mirando sus ojos, su teléfono suena en su bolsillo, pero él ni siquiera lo mira —Ángel viene entrando a la casa —comenta sin dejar de verme y sé que mi rostro está completamente rojo —debo irme Sofía.

—Si —susurro —deberías irte —él sonríe —vete Aaron, por favor, solo vete —asiente

—Si te quitas de la puerta podré irme —mi boca se abre, rápido asiento dándome cuenta de donde estoy y me separo de la puerta bajando la mirada, Aaron se acerca a mí y tomando mi mentón hace que mire sus ojos. —Podemos terminar esto que empezamos en otro momento —me tenso cuando lo escucho

—Solo vete

—Como pidas —él abre la puerta

—Sé que ella está en tu habitación, ¿vas a dormir con esa mujer? —la pregunta escapa de mi boca sin control y Aaron ríe, luego mira mis ojos.

—¿Dormirás conmigo? —bufo dándole la espalda —eso pensé, odio dormir solo —¿será hijo de p..?. Lo miro, pero él solo sale de la habitación y dando un portazo cierro la puerta, ¿cómo puedo dormir pensando que él estará con esa mujer?

—Quiero irme de esta casa Ángel —digo sin pensar mientras miro el techo de la habitación, no tengo sueño, es imposible cuando solo puedo pensar en Aaron, siento a Ángel moverse a mi lado y luego la luz de su lado se enciende, él me mira.

—Ya lo hablamos Sofía, hablaré con papá. —¿cómo le digo que mi problema ahora no es que su padre haya tomado decisiones sobre mis hijos sin decirme?

—Tu padre cree que porque vivo bajo su mismo techo puede hacer lo que quiera con nuestras vidas

—Todo es por poco tiempo mi amor —lo miro —saldremos de aquí, no te preocupes y no le verás más —él besa mi frente y me siento horrible por lo que he hecho —duerme

—Iré a por agua —salgo de la cama, Ángel no dice nada y solo apaga la luz volviendo a acomodarse para dormir. Salgo de la habitación arreglando mi ropa de dormir y camino en silencio por la enorme casa hasta llegar a la cocina, evito bufar cuando la veo a ella ahí.

—¿Tampoco puedes dormir? —me sonríe sosteniendo una botella en sus manos

—Solo vengo a por agua —digo sin moverme de mi sitio y ella asiente

—Mañana comenzaré las clases con Crystal —aprieto mis dientes mientras sirvo el agua

—A mi hija no le gustan los desconocidos, puede que no te hable o que ni siquiera te preste atención —bebo un trago, ella asiente

—Aaron ya me habló sobre ella —aprieto el vaso con fuerza

—¿Son muy amigos ustedes? —la miro a los ojos sin saber por qué hago la pregunta

—Ha dejado en mis manos el talento de su hija —su respuesta me congela en mi sitio —creo que si —ella sonríe mientras sigo sin poder hablar, ¿le dijo sobre nosotros? —Aaron está en su despacho esperando esto —muestra la botella —llévala, dile que no quiero beber más por hoy —Amanda deja la botella sobre la mesa y sale sin decir más, sigo apretando el vaso en mi mano con fuerza, ¿cómo pudo decirle?

Sin tocar y en muy mala forma entro al despacho, la mirada de Aaron viene rápido hacia mí y peor me pongo al verlo solo con un pantalón puesto, el olor a alcohol está por todo el lugar, bebía aquí con ella mientras hablaban o a saber qué hacían, muestro la botella sin dejar de mirar sus ojos.

—Le dijiste a Amanda sobre nosotros —espeto con rabia —¿qué demonios te pasa Aaron? —camino hacia él —le contaste todo a esa mujer, sabe que mis hijos son tuyos, lo sabe todo, ¿no bastaba con ser tú quien elegía quien le diera clases a mi hija? Oh no, también debías contarle todo sobre nosotros —sigue callado mirándome —¿no vas a decir nada? —lanzo la botella al suelo rompiendo esta bajo su atenta mirada, Aaron ni siquiera se inmuta.

—¿Sigues celosa porque bebía con ella? —bufo más enojada aún al ver que lee mis pensamientos

—Estoy enojada porque estoy segura de que has contado mi vida a esa mujer que

—Es mi amiga —tenso mi mandíbula —y puedo confiar en ella Sofía más de lo que tú confías en Ángel —él sonríe ahora —Ahora dime, ¿qué haces aquí?

—Yo —me callo —te estoy reclamando Aaron que

—Ángel duerme, es tarde en la noche y vienes a verme, he bebido bastante —suspira —vete Sofía y no digas más nada

—¿Me estás echando? —incrédula miro sus ojos, Aaron se pone de pie

—Vete porque si te quedas acabaremos lo que comenzamos en la habitación —su mirada sigue fija en la mía mientras no puedo dejar de mirar sus ojos, Aaron toma un mechón de mi cabello y puedo sentir su aliento contra mí —Sofía vete, por favor —pide con calma —quiero estar contigo pero no así.

—Aaron

—No mientras creas que soy el monstruo en esta historia —él se aleja volviendo al sofá.

—¿Y quién eres en esta historia? —sonríe mirándome

—Soy lo que quieras y lo que necesites —su respuesta me deja sin palabras —el amigo con el que quieras hablar, el amante que te haga sentir, el padre de tus hijos, el villano, el héroe, el malo —bufa —lo que quieras seré con tal de que al final te quedes conmigo —doy un paso atrás y luego otro mientras mi corazón quiere salir de mi pecho, con sus palabras en mi cabeza salgo del despacho y cierro la puerta, pero debo recostarme de esta llevando una mano a mi acelerado corazón.