Querido no amado

Carta 16

Estoy llena de arrepentimientos

Querido tú, he llegado a un momento en mi vida en el cual, ya no sé si estoy haciendo realidad mis sueños o alguien más trata de vivir a través de mí.

Los días pasan y no dejan de recordarme que debo hacer algo antes de que llegue a los temidos 30. Buscan la manera en que salga de mi caparazón pero con los pedazos de mi persona trata de reforzarlo para que me sea más difícil liberarme. No lo entiendo, me duele no saber qué hacer a continuación. Mi cuerpo ya no puede con el estrés que me estoy enfermando solo por planear.

No sé si tu portavoz menciono algo al respecto pero mi mala fama ha llegado hasta límites insospechables que casi he creído las mentiras que dicen sobre mi persona. Aquellos a quienes considere colegas ahora me apuñalan por la espalda porque a sus oídos llegó que no hago la gran cosa y mis calificaciones fueron una farsa.

O sea, que yo tenga buena memoria y sea hábil con las manos, no es mi culpa. Fueron habilidades que yo desarrolle durante mi vida la cual no dedique a criticar personas que jamás conocí. No sé cuál es el punto de verme como competencia si para empezar no nos dedicamos a lo mismo. Esto si fue culpa tuya, hablarte era como ser elegido por una entidad superior porque queríamos tus contactos pero eras un maldito que utilizo a todos hasta el cansancio.

Curiosamente, hablan de mí como si fuéramos amigos. Me critican hasta por mover la piedra más pequeña que he visto y se quejan, erróneamente, que las calificaciones escolares no son lo mismo que las calificaciones en la vida. Pues no, no son iguales pero son importantes.

Considero yo, que si fuiste buen alumno al elevar tu grado de estudios es una carta de presentación o mejor dicho, ¿para qué elevar el grado de estudios si no tienes un buen promedio? No tiene sentido y sirven para lo mismo. Ese papelito que muestra tu promedio en número demuestra tus capacidades técnicas y tú lo sabes bien; porque al requerir experiencia, necesitas ejecutar esas técnicas pero nadie lo entiende. Me atacan por eso y no quiero responder sin antes entender porque debería ser el objeto de su odio.

Querido, lo que sea que me esté pasando dentro y fuera de mi casa, lo odio. No es importante pero lo odio. Trato de vivir sin maltratar a nadie y soy yo la perjudicada; cuando no puedo dormir es lo único que pienso, me gustaría dejar de pensar en mis viejos errores o en mis conversaciones antiguas cuando dije algo que no debería y, ¿sabes qué? Lo único que he ganado es sentirme miserable.

Estoy cansada de vivir así. Tú, te has esforzado por hacer lo que quieres aunque no te guste hacer lo que puedes para vivir bien pero yo, he perdido la pasión que tenía por mi vida. Si no sabes lo que es eso, se resumen en solo una oración: vivir en automático.




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