Querido maldito no amado
No recuerdo que te conté la última vez que te escribí pero tengo novedades: me operaron
Mejor dicho, deje que los síntomas escalaran a tal grado que la operación era mi única salida.
Ya te había contado que mi salud estaba mal, y en serio, estaba tan mal que mi prioridad siempre fue algo más que yo misma.
El estrés de no tener un trabajo fijo solo hizo que me sintiera mal por no lograr lo que se supone debería tener a esta edad, a eso hay que sumarle las ridículas exigencias y peticiones familiares o sociales que debía cumplir para poder regresar a esta sociedad donde me valoraran por mis bienes monetarios que yo pase a último lugar de prioridades aun cuando las señales eran claras.
Me descuidé tanto que ni valía la pena culparme por mi propia ignorancia.
Me descuide tanto, aun cuando vi signos tan alarmantes, que no podía hacer nada. Ni siquiera sentir la alegría de tener un trabajo me satisfacía por favor, no pude ni disfrutar del dinero que casi llore para poder ganar. Incluso pensé comprarme zapatos o un nuevo libro hasta que una voz cerca de mi dijo que no debía porque no lo merecía.
Estando en el hospital esperando una trasfusión que al final fueron tres y dos de plaquetas, esperando los resultados de los análisis de sangre y respondiendo las preguntas de todos los médicos que me visitaron, no deje de pensar en ti; pensaba en cómo te ibas a burlar de mí por no prestar atención a mi cuerpo cuando claramente estaba lanzando llamadas de auxilio.
Y recordé ese entonces donde tú también enfermaste de anemia, menos grave que la mía claro está, así que me convencí a mí misma que no tenía que recordarte quejándote de mi persona. Acepto que no nos conocimos y solo por ellos, deje que entraras en mi vida como si tuvieras un espacio dedicado a ti.
Me cansé de pensar en mis desgracias y relacionarlo contigo cuando no hemos estado cerca desde hace años. Quizás ya me olvidaste, yo no te importe y lo sabía. Solo me gusta la tortura, quería mantener los pies en la tierra porque si yo era una maldita había alguien peor que yo y ese eras tú.
La recuperación me hizo pensar un poco más y me sentí un poco más tranquila de no tener que auto exigirme.
Actualmente me siento mejor pero no es suficiente. El estrés no se ha ido y junto con la ansiedad, hay días en que no sé qué hacer para continuar. Estoy asustada de poder sufrir el mismo padecimiento pronto aunque mis estudios no encontraron nada anormal. Me extrajeron un quiste benigno y aunque mi fertilidad no está comprometida, tengo la cicatriz de una herida quirúrgica que ni siquiera tu querrías ver.
Incluso en mis peores momentos apareces en mis pensamientos. Hazme el favor de dejar de pensar en mí (ya te sabes esa creencia) necesito recuperar mi vida, pero no dejas de interponerte.
Hemos estado separados tanto tiempo que es ridículo que no dejes de buscarme ni siquiera en tus pensamientos y a través de otros que sabes perfectamente me odian.
Estoy cansada.
Editado: 16.04.2025