Querido no amado

Su reunión

La realidad era que nunca imagino quedarse lejos de ella. No porque fuera bonita o la considerará inteligente, a su ver, ella era una persona con capacidades envidiables que podían darle cualquier tipo de trabajo en el mundo y se desempeñaría de manera perfecta. No entendía su negativa, solo que no había ninguna razón para que lo rechazara de esa manera.

Viajar a esa distancia no era algo que pudiera disfrutar, iba con un objetivo y no cumplirlo sería un fracaso. Sabía que podía abordarla nuevamente, pero tendría que ser cuidadoso de no llamar mucho la atención (otra vez) o que las autoridades tengan un ojo en él.

Su oportunidad llegó cuando saliendo de su hotel, la vio entrar al restaurante del lugar. A una distancia prudente, la distinguió platicando con uno de los inversores de su proyecto, un hombre de negocios muy importante que tenía interés en él gracias a sus capacidades.

Después de asegurarse de que estaba bien vestido, ingreso al restaurante buscándolos con la mirada. Sentados en la mesa más alejada, en medio de una conversación decidió unirse como si de una casualidad se tratará.

— Señor, que inesperado encuentro.

— Muchacho, sí... Inesperado encuentro... creí que estabas al otro lado del mar buscando a esa mujer capaz con la cual quieres trabajar y de la que presumes hasta dormido.

— En eso estoy... Es ella. La verdad no sabía que la conocía. — camino hacia ella y puso sus manos en los hombros de la mujer que parecía sentirse incómoda. — Ella es la socia que necesito en mi proyecto. Es por ella que lo he retrasado.

— ¿De verdad? Ni me lo imaginaba. Esta señora ha trabajado conmigo los últimos dos años y es tan talentosa que estamos por firmar un nuevo contrato para su Atelier. Siéntate, necesito escuchar de donde se conocen... ¿Viejos amigos?

— Por supuesto — reconoció él

— De ninguna manera — respondió ella.

El empresario los miro, juntos no había nada en común que le indicará que tenían buena relación. Ella mantenía una distancia prudente, pero no bajaba la mirada mientras que él buscaba insistente una forma de ser su centro de atención. La conversación inició cuando propuso una colaboración entre ambos proyectos suponiendo que ella no iba a trabajar para él sino a su lado.

— No creo que sea buena idea. Los valores existentes en mi trabajo son todo lo contrario a los valores que tiene él para dirigirse a sus empleados.

— ¿De qué estás hablando? Trato bien a mis empleados.

— No lo dudo, pero siendo honestos, ¿los ofenderás cuando cometan errores? ¿Arruinarás su vida como lo hiciste con la mía?

— ¿A qué se refiere señora? — los interrumpió el empresario preocupado.

— Mi vida universitaria fue un infierno después de que me relacione con él. Es tan perfeccionista que cuando alguien deja de ser utilidad para él en lugar de decírselo a la cara o despedirlo correctamente manda los peores mensajes hirientes solo para exponer su punto de vista. Cuando recibí el mío, mi vida fue en pique, esparció tantos rumores sobre mí que termine aislada en mi propia carrera y si eso no era suficiente, cerró todas las oportunidades laborales que pude obtener por sus dulces palabras. Lo lamento, pero no voy a trabajar con él, nunca.

— Sabes que no fue así, si te hubieras comportado como una persona decente, esos comentarios no habrían existido. A nadie le gusta ver a su interés besándose con un tipo cualquiera. No divulgue rumores, fue tu falta de conciencia y moral lo que arruinó tu vida. Te echaste a perder por ser una revoltosa.

Ella se levantó y le arrojó el café que tenía enfrente, no siendo suficiente, también le vacío el vaso de agua que tenía allí.

— Señor, lamento esto. Si quiere reconsiderar el trato que me propuso, lo entenderé. Tú... No vuelvas a aparecer frente a mí. Ya obtuviste tu karma... déjame hacer mi vida y si vuelves a molestar a mis empleados o a mi familia, tomaré acciones legales.

Se fue sin mirar atrás, caminando con cierta dificultad apenas parecía calmarse mientras más se alejaba.

— Programaré una reunión para esta tarde. Hay algunos puntos que aún debemos discutir.

— ¿No creerá lo que dice ella o sí?

— Nunca se sabe suficiente de una persona hasta que hace una tormenta en un vaso de agua. Hablemos después.

Solo en ese sitio, la gravedad de sus pérdidas se hizo tangible. No había desperdiciado tantos años de planeación solo para que una caprichosa le quite todo por lo que había trabajado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.