Lo que más odio de ella fue que siempre creyera tener la razón.
Desde el momento en que se conocieron, sabía que era una mujer problemática. Al verla como criticaba y juzgaba todo lo que pasaba frente a sus ojos se dio cuenta que había encontrado a alguien que podría servirle indefinidamente. Sus conversaciones giraban al mismo tema aburrido de siempre y ella parecía ganar contra sus argumentos mientras él parecía no encontrar la manera de rebajarla para que solo lo mirara a él.
Ella pudo haberse dado cuenta de su juego y comportamiento, pero aun así le valió esperando ser aceptada por él y ganarse un lugar aunque a sus espaldas había tantos chismes y rumores que la ibas destruyendo poco a poco. La mayoría de esas palabras fueron divulgadas por él, ella se comportaba como una mujer sin compromiso, alguien que cree y merece ser el centro de atención aunque lo más probable sería que estaba necesitada de atención.
No la conoció bien hasta que de sus labios salió el nombre de otro hombre. Recordaba ese día en que conversaban y ella mencionó que peleó con otro fulano. Por su manera de expresarse parecía que ella estaba encantada con ese hombre y fue rechazada por este, pero al mismo tiempo, la veía rodeada de otras personas que eran la máxima expresión de masculinidad. No había manera de que él llegara a los talones de ellos y lo odio.
Alabando sus capacidades, pero burlándose de su personalidad, los rumores sobre ella fueron creciendo hasta que la dejo completamente aislada. Con solo una amiga en su mano y sabiendo que lloraba a escondidas por ser rechazada por sus compañeros de aula, esperaba tenderle la mano para ayudarla. El orgulloso fue más grande y ella lentamente se retiró de él o quizás fue él quien la alejo. Parecía que había sufrido situaciones similares que está a acostumbrada a cerrarse a su entorno. Su expresión era la misma que lo hizo dudar sobre si lloraba o no. Al no hablarse, los rumores se salieron de control hasta que ella explotó y lloro durante las clases matutinas, su amiga no sabía cómo consolarla.
En el último mensaje que se enviaron, dejo claro que ella debería ser una mujer inteligente solo porque tenía cerebro porque bonita y talentosa no lo era. Alguien solo disfrutaba de criticar a otros haciendo que su personalidad pareciera tonta recalcando que ya no le servía estar cerca sino tenía utilidad. No sabía si lloro, ni por cuánto tiempo, pero la última vez que se encontraron, sus ojos no se encontraron ni mostraron signos de reconocimiento.
Se comportaba mal pero ni disculpas podía pedir.
Al graduarse tuvo grandes oportunidades de trabajo, presumía de sus viejos compañeros de clases y habla superficialmente de ellos. Los demás trabajadores tenían buena memoria así que si a ella se le ocurría pedir trabajos en los lugares que visitó, le sería negado por no cumplir con los requerimientos mínimos del empleo.
Pasaba el tiempo mirando el chat. Ella lo bloqueó y él la elimino de sus amigos, esperaba recibir esa disculpa de ella, pero en su lugar solo recibió crítica. Ahora que podía vivir libremente sabía que hacerla regresar a sus pies era la solución hasta que se encontraron de nuevo, se dio cuenta de que ella jamás lo necesitaría.
— Espero que haya quedado claro lo que expliqué. Quiero una disculpa a nombre de la señora antes de comenzar a trabajar.
— Sí señor. Regresaré al país de inmediato.
Se había reunido con su inversionista principal. El hombre que encontró comiendo con ella y le explicó en términos claros que no los quería trabajando juntos.
"No me interesan las niñerías por las cuales están comportándose de esta manera. Soy un hombre de negocios, no su padre. Ella es una mujer talentosa que se encontró con tipos como tú que buscan ser prioridades en la vida de otra persona. Tu proyecto es bueno, pero no la necesitas a ella solo requieres un personal calificado y capacitado por ti y ella tiene un negocio exitoso, puede que socialmente haya empezado tarde a generar ingresos con sus ideas, pero sabe lo que quiere y como conseguirlo, no hay muchas mentes así que puedan trabajar entre lo tradicional y tecnológico. Si te acercas a ella con esas intenciones nuevamente, nuestra asociación se terminará. No des excusas ni pretextos, lastimaste a una persona que intento ser amable contigo... Te lo diré de nuevo... Si llegas a acosarla nuevamente, el contrato se terminó y tendrás una larga conversación con mis abogados para tratar con la multa por cancelación de contrato."
Cuando termino de escribir la disculpa y la envío a su inversionista, pensó que quizás no escribió todo lo que había pensado. No tuvo el mejor juicio pero ella no dejaba de ser culpable por haberlo ignorado tanto tiempo.
Editado: 16.04.2025