Querido no amado:
No pensé que me responderías una carta que se supone era secreta. Lamento que creas que una disculpa escrita resolverá todo. No te preocupes, ese mensaje que me mandaste aún sigue en mi memoria, pero en mi historial fue borrado. No hay evidencia de que tus palabras me lastimaron.
No sabes cuánto me arrepiento de haberte saludo aquel día y peor aún, haber insistido en querer quedarme a tu lado.
No renegaré lo que has dicho sobre mí, quizás sea verdad, quizás no, pero no necesito decírtelo a ti.
Desaparece de mi vida como lo has hecho hasta ahora.
Tal vez no fui la mejor persona ni soy talentosa y me aferró a sobresalir, pero fueron personas como tú quienes me pusieron en este lugar. Lamento que no haya sido lo que has buscado. Verte de nuevo solo me hizo recordar el odio que te tengo y desearía que las personas no sufrieran tal cosa como yo.
Tarde años en entender que simples palabras pudieron haber terminado conmigo y tarde más en entender qué conocerte me había condenado.
Ojalá no nos encontremos de nuevos.
Y si nos encontramos, mejor no conversar. Estoy cansada de esperar una disculpa sincera de tu parte porque te recuerdo, jamás te insulte ni critique ni hable mal de ti.
Atentamente:
Aunque escriba mi nombre, ni lo recordarás.
PS. No te perdono.
Editado: 16.04.2025