— creo que el joven Knight es el indicado para Ashley, ¿has visto cómo estuvieron toda la noche? —
Durante la mañana siguiente del primer baile, era costumbre en Winchester reunirse en una feria de temporada, donde el amor era el tema principal. Tía Celia organizaba sus brownies especiales, hechos con amor y dedicación, gracias a la ayuda de Mirabel, la cocinera que le daba el toque maravilloso a la comida y con quién la tía Celia había aprendido a cocinar, hacía mucho tiempo.
— estoy segura que ningún hombre es capaz de resistirse a los encantos de la señorita Ashley —Mirabel había visto crecer a las hijas de los Brown y también el amor entre el tío Charles y la tía Celia, ella era en la que más confiaban.
Siempre era bueno escucharla, porque Mirable era distinta a las personas de servicio en mi hogar, no esperaba de ella un halago constante o una evasión de verdad con tal de conservar su puesto, en Mirable podías ver algo más allá que eso, ella estaba dispuesta a decir la verdad, a contraponerse a algo que no era correcto y a mantener su integridad siempre, parte de la gran confianza que la familia Brown le tenía era por eso, ella no sabía lo que era una falacia, tampoco sus hijos.
— debió haberlos visto, eran como dos almas encontrándose finalmente, después de tanta oscuridad —
Expuse segura envolviendo los brownies en los aluminios para mantenerlos calientes y meterlos a la canasta.
— siempre supe que Ashley sería una chica afortunada, las vecinas y los periódicos hablan muy bien de él, dicen que es un hombre alegre y respetable, nunca le ha faltado el respeto a nadie y siempre parece ser tan servicial —
Mirabel era parte del comité de bienvenida en Winchester y por ende siempre debía saberse todas las noticias en todos los rincones, era su deber o su pasatiempo.
— ¿y del duque de Cambridge? —
Preguntó tía Celia, por un momento me abstuve de tomar el brownie para envolverlo solo para escuchar lo que Mirabel tenía que decir, casi como si necesitará que realmente me contarán todo sobre él.
— bueno, el duque de Cambridge es mucho más adinerado que el duque de York, eso lo sé perfectamente, últimamente ha estado muy incluido en el parlamento de Reino Unido, se sospecha que quiere formar parte de él, además es un hombre de pocas acciones y palabras, mantiene sus acciones totalmente controladas, tanto económicas como propias —se detuvo un instante— ¿cuantos Brownies llevamos? —
Parpadee volviendo a mi realidad, cuando Mirabel tras de mí preguntaba por los Brownies, baje mi mirada y los conte rápidamente— llevamos diez —
— bien, con los del horno serían veinticuatro —
Mirabel era experta en desviarse del tema principal, la curiosidad me mataba por dentro y no pude evitar apresurame a ella y voltear mi cuerpo para apoyarlo sobre la alacena y cruzarme de brazos para seguir preguntando con casualidad a la charla que estaba teniendo con la tía Celia— ¿por qué un duque querría unirse al parlamento? —pregunté para seguir el tema— es dueño de todo Derby y la mitad de Preston, no es muy necesitado que digamos —
— Bueno, se rumorea que quiere cambiar algunas leyes que el parlamento se niega a hacer desde hace mucho. Pero lo que más se rumorea de él, es que es un hombre de voluntad medida, un hombre que no le gusta tomar las cosas muy sueltas, prefiere que todo sea totalmente correcto, por eso muchos creen que es un hombre egoísta —
— pues lo es —me apresuré a decir y Mirable y tía Celia me miraron interrogantes— bueno, por lo poco que hablamos anoche —y me sentí intimidada, por abrir mi boca y decir algo contra alguien más, pero el señor Barnes era totalmente inconsciente de que sus palabras herían y esperaba que algún día se diera cuenta de ello.
— señorita Foster, no puede adjudicar un comportamiento a alguien si apenas ha hablado con él. No es propio de una dama —
Y al igual que todos en Winchester, Mirabel desconocía de mi familia y el estatus de la misma, ella creía que era de Londres y nada más, no sabía nada de mí además de lo que era frente a ella.
— Es cierto, Lily, es malo criticar a alguien solo por como se comporta en una noche —
Mi tía me reprendió— lo sé tía… pero no pretendo retractarme hasta que él se retracte de lo que dijo —expuse segura de mí— no es de buena educación hablar a espaldas de las demás personas y mucho menos de una dama —
Tía Celia y Mirabel se rieron de mí, estallaron en carcajadas descaradamente frente a mí, casi como si fuera una chiste lo que hubiera dicho. Pero al final, solo era un puchero que sabían que no era para tomar con tanta seriedad.
Cuando los brownies estuvieron listos y empacados, la señora Mirabel se tuvo que ir, pues bien había dicho antes que era parte del comité y era su responsabilidad estar presente en la apertura de la feria en temporada de otoño.
Durante este tiempo, toda Inglaterra se vestía del pasado de nuestro país, era la belleza que Otoño traía hacia nosotros, pero Winchester era el lugar en el que más las personas se encantan con el pasado, era por ello que muchos ansiaban venir a Winchester para celebrar, puesto que era el único estado que había creado un itinerario completo para todo otoño con distintas actividades, dejando atrás el presente y apreciando la belleza del ayer.