Querido Sylvain, he decidido que quiero llevar un pequeño registro de nuestra relación. Te tengo al lado mientras escribo esto y aún así pienso en cómo nos veremos dentro de unos años, ya con el cabello lleno de canas. Tocados por la edad. Nos veo leyendo este cuaderno, y muchos más, recordando entre risas todas las cosas que pasamos juntos, por más mínimas e insignificantes que sean.
Veo a Glyn, ya todo un adulto, sentado a nuestros pies, imagino que tendremos nietos, eso espero, en el caso que no, me conformo con un nieto perruno. No soy exigente, ya lo sabes.
En cada una de mis visiones imaginarias hay algo que siempre persiste. Y es a nosotros tres. Juntos. Como una familia. Quien sabe, quizás no seamos solo tres, y un nuevo miembro se sume al caos familiar.
Un bebé. Eso me gustaría mucho, quizás no ahora, Glyn aún es joven y requiere de su atención, no quiero que sienta que deja de ser menos importante con la llegada de un nuevo miembro a la familia, cuando sea más grande. Cuando sea capaz de comprender mejor lo que sucede y que no lo estamos desplazando.
Al fin y al cabo, él es una gran parte de mi, una muy importante.
Nunca creí que tendría una familia así, digo así porque no creía que iba a conocer lo que es un amor tan profundo como el nuestro. Si veía que formaría una familia y rezaba para que estuviera llena de amor. Pero la nuestra no solo está llena sino que desborda. Y obviamente como todo matrimonio tenemos nuestras disputas, peleas y riñas, con el tiempo aprendimos a darnos unos instantes, enfriar la cabeza para luego volver a buscarnos. Platicamos, uno frente al otro, exponiendo el problema desde nuestra visión y buscando una solución.
Está solución es difícil que llegue a la primera pero tranquiliza las aguas lo suficiente para que yo me acerque a ti. Para que yo recueste mi cuerpo encima del tuyo y te pida que me abraces y nunca me sueltes.
¿Leíste eso, Sylvain? Nunca. Me. Sueltes. No importa lo que pase. No importa el problema. Siempre, prométeme que siempre, encontraremos una solución.
Es una amenaza, por si no quedó claro.
Te amo, Sylvie.
Con mucho amor, Leilani Muñoz.
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Editado: 24.02.2024