Quiéreme

Capítulo 12: Una noche interminable

Justo cuando estaba por entrar en pánico, llamaron a mi puerta y para mí sorpresa era Sofía con una gran maleta

¿Se va a mudar de casa o qué? Pienso inmediatamente, entra libremente a mi casa, no es la primera vez que viene, de hecho ella es la única que viene junto con la señora Maggy.

-Cierrs la boca ya Eve, ¡Cómo si nunca ame hubieras visto!

-Lo siento, es que no te esperaba - y esa es la verdad, no la esperaba.

-Supuse que te estarías quebrado la cabeza por no saber que ponerte, casi siempre rentas un vestido para eventos así. Pero estoy casi segura que no lo hiciste en esta ocasión ¿Verdad?

-Tienes razón, no tuve tiempo, además me quedé sin dinero, ya sabes las cuentas - digo apenada, la tubería siguió fallando, se tuvo que cambiar casi toda la instalación, y ni hablar del tiempo.

-Por eso hoy decidí ser tu hada madrina, traje todo para alistarnos juntas, ya me bañe así que solo es arreglarme. ¿Tu también ya te bañaste?

Asentí con la cabeza, su entusiasmo se me contagió y las dos nos fuimos a mi habitación a arreglarnos y ponernos más hermosas de lo que ya somos, palabras de ella, bueno, será solo ella que es la hermosa, yo soy el promedio y la excepción. Comenzó sacando todo un arsenal de maquillaje y al menos seis vestidos, todos igual de hermosos pero uno que otro un tanto atrevidos o reveladores a mi parecer Sacó tanto de su maleta que yo solo pensaba, ¿Cómo es que cupo tantas cosas en esa maletita? Ni Sofia se lo explica, el primer vestido es verde, escotado de espalda y aberturas en las piernas, uno negro de escote corazón y corre en A, el tercero rojo carmesí corte imperio con un escote recatado en el busto, el cuarto un vestido color dorado con hombros barco y una abertura en la pierna.

Solo pensaba que estos vestidos son mucho para mí, si no era el escote en el busto era en la espalda y si no era el corte en la pierna. ¡Por Dios! ¡¿Estas son mis únicas opciones?!

-Que dices, ¿A qué no son hermosos? - pregunta toda emocionada - pensé que el verde, rojo o el dorado se verían fenomenales en ti ¿Que dices?

-Sofía - digo preocupada - son hermosos sin duda, pero... No crees que es mucho para mí

-Tonterias, te verás genial, ya te he dicho, eres hermosa, pero el primer paso es que te lo debes creer, si crees que son muy escotados para ti, ponte el negro y yo me pondré el rojo, y déjame hacer magia hoy -suplico, y puso sus manos en forma de rezo, y asentí con la cabeza.

Solo por una noche, solo por esta noche quería sentirme que era hermosa, solo por hoy, aunque yo sé que mañana el encanto se romperá y volveré a ser la misma chica aburrida de siempre.

1 hora más tarde...

No se que había hecho Sofía, pero me veo linda, el vestido se ajustaba a mi piel, sin ser exagerado, tenía un lindo lazo debajo del busto, las zapatillas eran negras también con decoraciones de pedrería, mi cabello lo alzó en un moño bien hecho con lijeros caireles a los lados un collar rojo que tome del joyero de mi madre, el maquillaje era delicado y resaltaba mis facciones, tonos claros en los ojos y un tono rojo en los labios.

-Soy la mejor hada madrina que puede existir en el jodido planeta, estoy orgullosa de mi trabajo - decía mientras nos veíamos en el espejo, ella decidió el color dorado, ya que a sus palabras el negro y dorado se ven hermosos y elegantes juntos.

Salimos rumbo al evento, tomamos un taxi de aplicación, ya que en el bus nos verían como locas, justo a las 5:30 llegamos, y nos dieron un recorrido exprés por el lugar, si no hubiera sabido lo que pasó aquí, realmente sería difícil de creerlo, todo estaba limpio pulcro y en orden listo para el evento.

Las familias anfitrionas fueron las primeras en llegar la señora Camila Lucia divina en un vestido morado que la hacía ver elegante y sofisticada nos saludo de beso y eligió nuestro trabajo así como nuestro atuendo.

-¿A que no señora Camila que Evelyn se ve hermosa está noche?

-Por supuesto, estas divina querida, y estoy segura que está creación se la debemos a Sofi ¿O me equivoco? Realzaste su belleza natural Sofía, hiciste un gran trabajo con ella y contigo estas preciosa y ni hablar del lugar está increíble ¡Excelente trabajo chicas! -¿ No lo crees hijo todo esta bien y ellas divinas?

-Claro... Claro madre, todo está bien - respondió algo nervioso mi nuevo jefe, y es que el no aparto la mirada de mi mejor amiga en ningún momento, y no lo culpo, si se ve increíble como Sofía suele ser siempre, y ella... ¡Ella está ruborizada! ¡Esto es de no creerlo!

Estábamos charlando en lo que esperábamos a la otra familia anfitriona, los Lovenjoy cuando en ese momento los vimos ingresar con aires imponentes, literal parecían una familia digna de portada de revista de espectáculos, o de la realeza misma, con una elegancia y sofisticación que tal vez otros envidiaran o envidian, el Sr. Henrik no estaba nada mal para sus 57 año su cabello casi blanco aún era posible apreciar el color castaño claro, su esposa la señora Isabella ni que decir, era una mujer hermosa y muy elegante, en ese vestido rosa palo que destacaba sus atributos, las dos hijas del matrimonio destacaban por su belleza, Clarissa con ese vestido verde esmeralda de alta costura, lucía un maquillaje un poco cargado, pero sin duda le favorecia resaltando sus ojos color miel heredados de su padre, y sus cabellos castaños chocolate claro la hacían lucir más bonita, por otro lado Mila, con esa mirada dulce y tierna, era la única de los tres hermanos que tenía los ojitos café, pero nadie lo notaba considerando que solo habia bondad en su mirada y su rostro angelical además de que siempre iba acompañada de una linda sonrisa en su rostro, su vestido azul cielo, un maquillaje natural y el cabello de su padre era la combinación perfecta para describir a un ser tan lindo e inocente como ella.

Y... Por último, estaba él, el hombre de mis sueños y de mis pesadillas también, era el único de los tres que se parecía más a su mamá, sus ojos verdes y cabello negro herencia de ella lo hacían lucir increiblemente apuesto, su barba bien cuidada, lucía como todo un príncipe de aquellas historias de Jane Austin, o digno personaje de Bridgerton, el era mi Sr. Darcy ideal, o él duque perfecto, vestía un impecable esmoquin negro. Era la perfección andando.




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