Quiero enamorarte

Perdida

Alicia despierta, busca su celular para revisar la hora. No recuerda en qué momento se quedó dormida. Tiene varios mensajes de Ana, preguntando dónde está. Parece que anoche le dio por preocuparse, y esta vez sí le escribe.

—Vaya, que sorpresa —dice al apagar la pantalla. Son las seis de la mañana, su estómago le ruge. Quizás pueda encontrar algo para picar de la compra de ayer.

Primero va al baño, debe lavarse el rostro y cepillarse los dientes. Por suerte Rylan guardó el cepillo que le regaló la última vez. Siendo ella, lo habría tirado a la basura, tal vez se pueda interpretar que él sabía que volvería a quedarse.

—Así que también te levantas temprano —dice Alicia, observando a Rylan en la cocina, a medio prepararse un sándwich.

—¿Recuerdas que trabajo temprano en la mañana?

—Cierto, buenos días —sonríe, sentándose en la mesa.

—Por fin te acuerdas de saludar, eso es un avance —sonríe amable—. Hoy es mi último día en la frutería.

—¿Sí?

—Con todo esto de la banda no puedo tener dos trabajos, y ya que Nando pagará algo, no estaré mal. Así puedo dormir durante las mañanas, luego que llegue del bar.

—La banda, tengo tanto trabajo que hacer para la presentación y no he adelantado nada —resopla, aburrida de solo pensar en la lista de tareas.

—Entonces será mejor que te apresures, no es bueno dejar que se acumule.

—Lo sé, generalmente soy muy diligente con todo lo que hago, pero, a ver, que estas eran mis vacaciones, que pereza.

—Tengo entendido que nadie te obliga.

—No, pero, Ana me convenció, soy débil delante de sus caritas llorozas.

—Es bueno saber esos detalles. —Le sirve un sandwich—. Quizás me funcione.

—Quisiera ver esas expresiones tuyas —sonríe agradecida.

—Dependerá mucho de la situación. —Toma asiento enfrente de ella.

—Ya veremos entonces, buen provecho.

Salen juntos de la casa. Sus caminos se separan en la parada, cuando toman autobuses diferentes.

El trabajo de remodelación ha comenzado. Alicia ocupó todo un día en buscar ideas para la decoración. Con ayuda de Ana, van de tienda en tienda en busca de los mejores precios. En total fue un trabajo de tres días, y con el bar restaurado, continúa la sesión de fotos. Tomó fotos de todo el proceso, un video de antes y después siempre es llamativo. Pero faltaba lo más importante, fotos de la banda. Con una iluminación adecuada, obligó a los músicos a ensayar en el escenario. Entre ella y Ana grabaron videos, también hicieron sesiones individuales. Ahora solo les queda el trabajo de edición y montaje.

La banda escogió un nombre: “Mar de sales”. A pesar de las variadas opciones que presentaron, algunas dignas de burlas, las cuales lograron hacer reír a todos, el último nombre presentado por Alicia recibió la mayor cantidad de votos. Mientras hacía la investigación, encontró que en la antigüedad la gente visitaba este pueblo porque queda de camino al mar. El turismo que hoy en día disfrutan, inició por ser parte de una ruta a un pequeño mar, considerado un gran lago por su tamaño. Años atrás, debido a las represas, el flujo de agua dulce no llegaba con su totalidad al océano, creando así una alta cantidad de sal. La playa adquirió un atractivo único, y rápidamente los lugareños extendieron la voz, creando rumores, algunos ciertos, otros no tanto. La gente empezó a venir con regularidad, creyendo en las historias, en el lema que inició todo: “un lago mágico que cura todos los males”. Ninguno de los presentes conocía esta historia, ya que el mar perdió su encanto con el tiempo, aún más luego de recuperar su normalidad. Pero las zonas cercanas obtuvieron un fuerte impacto. Y desde siempre han sido atentas en crear eventos y atracciones para los turistas. Alicia propuso el nombre por varias razones. Le hace ilusión utilizar la misma suerte, al ponerle ese nombre busca que tengan un destino similar, “robar” el inicio tan llamativo y exitoso que tuvo la playa. Otra razón, en la cual todos estuvieron de acuerdo, es que tiene historia, del pueblo que tanto adoran, donde siempre han vivido y ninguno quiere irse, como sería lo normal en jóvenes.

Dentro de cinco días habrá otra fecha especial. El pueblo entero se está preparando para lucir los colores de la celebración. Una granja cercana, abre sus puertas para que muchas personas visiten un campo inmenso de girasoles. El día de los girasoles es una buena fecha para atraer público, y sumado a la publicidad en redes debería ser suficiente. No esperan gran diferencia a los toques habituales, solo Nando, quien tiene ilusiones en aumentar las ventas de ese día.

Alicia extraña tener tiempo libre para pasear. Podría hacerlo, sin embargo, su temperamento no se lo permite. Es adictivo para ella cuando los planes salen bien, y la buena repercusión que está teniendo la cuenta de la banda, la hace obsesionarse con subir nuevo contenido. Se reserva los comentarios y reacciones que tiene, por petición de Nando, que le ha explicado que puede ser negativo para los chicos, porque no quiere ponerlos nerviosos.

—Oye, es impresionante cómo ha crecido la cuenta, sin necesidad de relacionarla contigo —dice Ana, sentándose al lado de Alicia, deja un par de tazas de café sobre la mesa.

—Me alegra, no me gustaría que me relacionen con esto. —Aparta su portátil a un lado.

—¿Por qué sería malo?

—No digo eso, solo que es un contenido muy diferente, entre mi público no hay nada de esto.

—Rylan forma parte de tu público. —Sopla su café.

—Si, es un caso especial, porque su abuela también es parte de mi público.

—Y, hablando de este chico, ¿cómo vas con él?

—Somos amigos.

—¿Segura? Los ojitos de ustedes no dicen lo mismo, es difícil ignorar el constante seguimiento que se tienen con la mirada —comenta en tono burlón.

—Ahí vamos, no he tenido tiempo para salir de nuevo con él, pero quedé en ir a su casa.




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