Sydney
Sabía perfectamente quien era ella, pero prefería ignorar las razones por la que la conocí ese día. Para despistarla, me giré hacia Emma y la señalé.
—Ella es mi amiga Emma. Emma, ella es Deisy.
—¿Trabajas en una boutique? —Emma sonrió emocionada—. ¿Y te dan descuentos por la ropa?
Deisy se rió.
—¿Por qué no me sorprende esa pregunta? Pero sí, nos dan descuentos, aunque con la cara que es no notas esos “descuentos”.
Inconscientemente recordé el precio de ese vestido dorado que Wyatt eligió para mí. Le dije a Emma que me ayudara a venderlo, incluso usado el dinero fue suficiente para poner mi parte de la renta, los servicios y ayudarnos con la comida mientras conseguíamos nuestro primer pago del restaurante.
Mis pensamientos fueron interrumpidos gracias a Taylor que volvió.
—Encontré una mesa, ¿vienen?
—¿Puedo ir con ustedes? —preguntó Deisy, mirando a Taylor ocasionalmente—. Mi compañera se fue temprano.
—Claro que sí, quiero saber más de la ropa en esa boutique—accedió Emma.
Sonreí aliviada de que se agradaran casi inmediatamente mientras las seguía hacia la mesa con Taylor a mi lado. De repente me sentía extraña, nunca fui de esas que tuviera tantas amigas, y entonces estaba en ese lugar, saliendo con viejos y nuevos amigos.
—Creo que Alex no sabía lo que decía cuando le dijo al barman que nos dieran esas bebidas gratis—comentó Taylor—. Mañana tendrá que comprar más alcohol gracia a Emma.
Me reí.
—Espero que hablar con Deisy la distraiga del alcohol.
—Por cierto, ¿quién es ella?
En cuestión de segundos decidí que no sería una buena idea mencionar a Wyatt, sobre todo en este momento. Quería poder disfrutar de esta noche sin sentirme deprimida por lo que me suponía su recuerdo.
—La conocí hace tiempo en una tienda de ropa.
Taylor asintió.
—Esta no era mi idea de noche libre, pero supongo que vale la pena si estoy contigo.
Sonreí.
—Lamento que Liam no haya venido, quizá tuvieras un escape de tantas mujeres.
—Si estoy contigo no siento que necesite un escape. Estaré bien, Syd. No te preocupes.
Me reí.
—Eres el hombre más comprensivo del mundo.
En ese momento llegamos a la mesa. Taylor volvió a la barra y trajo unos tragos y una margarita para mí. Mientras conversábamos, conocí un poco más de la misteriosa Deisy, quien resulta que estudia diseño de modas en Lehman Collage, la universidad a la que pensaba aplicar. Saber que ya conocía a una persona en esa universidad me hacía sentir más confiada. Así que pasamos un agradable rato hablando sobre la universidad. Deisy y Taylor encabezaban la conversación ya que ambos conocían bien Lehman Collage.
Cuando la música volvió, Emma y Deisy me convencieron para bailar. Esa noche no había bailarinas exóticas, el evento principal era un dj que contrataron, por lo que todas las personas estaban reunidas en medio del salón que se había convertido en una pista de baile. Taylor también nos acompañó, era un bailarín pésimo, pero yo también lo era, así que ambos nos divertimos.
Luego de tres canciones, fui al baño con las chicas y luego volvimos a la mesa. Taylor se ofreció a buscar más tragos, pero esta vez decidí ayudarlo con eso.
—¿Cómo vas con eso de la superación? —preguntó Taylor, mientras esperábamos nuestro turno, sentados en unos bancos frente a la barra.
—¿Superación de qué? —tenía el presentimiento de saber a lo que se refería, pero preferí fingir que no lo sabía.
—Sobre Wyatt. Sé que solo ha pasado un mes desde entonces, pero…
Ladeé mi rostro y lo miré con una sonrisa.
—Estoy bien. Sé exactamente lo que quiero ahora y no es ir por la vida esperando a volverlo a ver algo así.
Recordé nuestro momento en el restaurante, lo que causó que mi corazón latiera desbocado, la última vez que hizo eso fue cuando vi a Wyatt en el restaurante.
Taylor asintió pensativamente.
—Tienes que cumplir tus sueños, Syd. Estudiarás y serás la mejor profesora de…
—De literatura—le sonreí de nuevo—. Recientemente he descubierto que me emociona eso, aunque no me he dado el tiempo de averiguar si solo es algo pasajero.
Taylor me sonrió comprensivamente.
—Tienes tiempo de pensarlo, todavía no envías la solicitud.
—¿Por qué no ejerciste tu carrera de derecho si te graduaste con honores? —pregunté por curiosidad.
Al principio no me gustaba preguntar sobre su vida personal, tenía miedo de encontrarme con algún comentario sobre Wyatt, sabiendo que de alguna forma estaban emparentados gracias al matrimonio de su hermano. Pero debía de ahora en adelante poder escuchar su nombre y sentir como si nada hubiera pasado entre nosotros.
—Bueno—Taylor sonrió—. Mi primer día de trabajo en los tribunales, asistí a un juicio, en el que estuvieron presentes los agentes de inteligencia que se encargaron del caso. Fue como amor a primera vista, ¿entiendes? Pero este caso, me enamoré de esa profesión. Ellos protegen a las personas desde el interior, no solo los ven en la última fase de sus conflictos como lo hace un abogado, ellos arriesgan su vida. Siempre he pensado que soy bueno para cuidar de las personas, así que pensé que no me iría mal si cambiaba de opinión.
—Eso es muy lindo.
Taylor se echó a reír.
—No siempre es lindo lo que tengo que hacer, pero hago lo que sea por hacer mi trabajo.
—Te apasiona lo que haces, encuentras felicidad en cuidar de los demás y eso te convierte en un hombre admirable.
Taylor me miró fijamente otra vez, y yo sostuve su mirada durante unos segundos. ¿Sería cierto lo que Emma decía sobre los sentimientos de Taylor hacia mí? De repente sentí ansiedad, no estaba preparada para enfrentar algo así de nuevo.
En ese momento Edward apareció y carraspeó.
—Bien, ¿qué quieren?
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Editado: 02.07.2022