Wyatt
Cuando dejé a Sydney en su apartamento, sincronicé mi teléfono con la función de manos libre y llamé a Allison. Todavía me sorprendía que la semana estaba a punto de terminar y ella no se había comunicado conmigo. Comprendía por qué se molestó, pero desconocía a esta Allison que desaparecía por tanto tiempo, ya estaba preocupado. Por lo general para estas fechas ya estaba planificando nuestra noche de navidad, hablándome de los regalos para Peyton, convenciéndome de gastar dinero en un traje nuevo.
Hice alrededor de 10 llamadas, pero Allison no contestó a ninguna. Quería convencerme de que estaría muy ocupada con el trabajo, pero ella no era así, su teléfono era tan parte de ella como su obsesión por los zapatos, así que si no me contestaba se trataba de una maniobra hecha a propósito. Decidiendo dejar a mi hermana tranquila, por el momento, hice otra llamada a mi secretaria provisional, quería asegurarme de que la reunión de las 9am estaba arreglada,
—¿Todo listo para la reunión con Ancel Weber? —pregunté tan pronto como Eva atendió mi llamada.
—Hay un problema. El señor Weber canceló su cita.
Fruncí el ceño hacia el tablero de instrumentos del auto, como si pudiera ver a Eva ahí.
—¿Y me lo dices hasta ahora?
—Fue repentino—explicó rápidamente—. De hecho, acabo de recibir un correo de su secretaria.
No tenía sentido que haya cancelado una reunión tan importante como esta, se suponía que haríamos la firma del contrato oficialmente, ¿en qué rayos estaba pensando Weber? Quizá Eliot tenía razón en que no debimos permitir que nos viera como los segundos en la cadena de este negocio.
—¿Explica por qué lo cancela?
—Se ahorró las explicaciones en el correo, señor.
Asentí, sintiendo mi mandíbula tensa por la molestia. Este no era un buen momento para cancelar un trato tan provechoso como el de ART LLC, pero si debía tomar medidas extremas, lo haría. Levanté esta empresa sin ayuda de socios, puedo hacerlo de nuevo o mínimo conseguir otro socio sin rebajarnos.
—Dile a Eliot que suba a mi oficina—ordené, corté la llamada y aparqué el auto en mi espacio del estacionamiento privado.
Bajé del auto con la cabeza hecha un lío, y de repente, con la sensación desagradable de haber soñado algo la noche anterior que no recordaba. No era la primera vez que sucedía, pero nunca recordaba lo que soñaba, sin embargo, no era algo que me preocupara averiguar. No más que el paradero de mi hermana menor.
Cuando llegué a mi oficina llamé a Viola, esperando obtener noticias sobre Allison antes de que Eliot llegase.
—Este es el teléfono de Viola, pero no puede atenderte ahora—contestó Jackson, agudizando voz gruesa para parecer la de una mujer.
—¡Jackson, no de nuevo! —escuché gritar a Viola desde lejos. Un par de segundos después escuché un ruido—. ¿Wyatt?
—Tu marido no deja de causarme una impresión diferente cada vez que coincidimos.
—Jackson quiere que deje el trabajo por completo, pero no entiende que si dejo el trabajo desde casa voy a volverme una completa lunática.
Me quité el abrigo y lo dejé sobre el respaldar de mi silla, entonces me senté.
—Tómalo con calma—tercié, reconociendo que, si yo fuera Jackson, sería así de preocupado—, no tienes que afanarte por lo que te pido. Sabes que te seguiré pagando.
—Necesito afanarme con algo. Todavía quedan 7 meses más. Siento que voy a enloquecer en esta casa, todo el día en la cama, sin nadie más que Jackson y Sydney para hablar.
Fruncí el ceño.
—¿Sydney?
Ella se rió.
—¿Recuerdas el pez que Jackson le regaló a Peyton? Se llama Sydney, Peyton lo decidió así.
Había olvidado que con todo lo que ocurrió no pude comprar una pecera adecuada, por lo que tampoco pude traerlo a casa. Por lo visto, Peyton lo había olvidado, pero estaba seguro de que lo recordaría tan pronto como viera de nuevo a Jackson.
—¿Hablas con un pez?
—Es buen oyente. Por lo menos no me envía a dormir a las 7 de la noche. Necesito salir con amigas. Pero es cierto, no tengo otra amiga cercana que Allison.
—Ya que mencionas a mi hermana. ¿Has sabido algo de ella? Ha estado inusualmente desaparecida.
—La última vez que la vi fue cuando vino a visitarme el mismo día que Sydney te emboscó en la empresa—Viola se rió—. Fue como ver una novela.
Sonreí, trayendo el recuerdo con alivio.
—Volvemos a Allison, ¿por favor?
—Ya te dije, ese fue el último día que la vi. Estaba muy molesta contigo por la idea de vender tus acciones. Luego recibió una llamada y se fue, justo antes de que me llegara la noticia de que fuiste abusado por Sydney en vivo y directo.
Ella volvió a reírse y yo sonreí de nuevo.
—No sé donde puede estar ahora—continuó—, ni siquiera me ha llamado para celebrar que volviste con Sydney. La verdad, eso es muy extraño de su parte. Ni siquiera a posteado algo sobre sus pasteles o sobre sus zapatos en estos días.
Fruncí el ceño cuando por ese último comentario de Viola, mis alarmas se encendieron. Esa no era Allison, nunca se desaparecería incluso de sus redes sociales.
—¿Crees que deba llamar a la policía?
—¿Qué estás diciendo? —preguntó cautelosamente.
—Solo sé que la Allison que conozco no haría esto.
—¿Pero por qué debería intervenir la policía?
—Están pasando tantas cosas a mi alrededor que… pensé que debía proteger a Sydney porque ella es la que está en el ojo de todos los problemas, pero olvidé a mi hermana, ella también podría salir perjudicada.
—¿Quieres que llame a Taylor? Es mejor manejarlo de forma privada.
La sugerencia de Viola fuera perfecta si no estuviera en desacuerdo con hablar de nuevo o tener algo que ver con el hermano de Jackson. Se lo había prometido a Sydney, pero sabía que no sería una tarea fácil.
—Escucha, no creo que sea buena idea involucrar a Taylor, no todavía.
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Editado: 02.07.2022