Sydney
—Me sorprendió cuando me dijiste que te quedarías conmigo anoche—comentó Emma, revisando la estantería de donde colgaban los vestidos—. Creí que te habías mudado sin avisarme.
Deisy la miró con desaprobación, mientras ignoré la escena de celos de Emma a la que ya estaba acostumbrada. Aprovechamos de salir después del almuerzo ya que a Deisy le habían cambiado el horario para la mañana. Desde que me di cuenta de que realmente estábamos en navidad, comencé a notar que en todas partes estaba escrita la palabra navidad, los adornos, árboles y parejas debajo del muérdago valiéndose del mito para besarse. De pronto este diciembre se volvió mágico y no podía dejar de sonreír, incluso aunque Emma continuara hablando.
—En serio pensé que volvíamos juntas al apartamento para empacar tus cosas.
Deisy me miró condescendientemente.
—Creí escuchar que te irás de viaje con tu novio en navidad, te presentará a sus padres, eso es un gran paso mujer, deberías ser feliz y dejar que los demás también lo sean, no actuar como un Grinch versión rubia Barbie.
Me reí con Deisy por su comparación.
—Tú antes eras más pasiva, ¿recuerdas? —dijo Emma, señalando a Deisy.
Deisy se encogió de hombros.
—Lo siento, me contagié de ti.
—Hey, ya basta las dos—intervine—. ¿Por qué una rubia y una pelirroja no pueden llevarse bien? ¿Tregua por navidad?
Ambas se miraron despectivamente, no parecía que la época las calmara. Me acerqué a uno de los adornos navideños y le quité un pedazo de muérdagos, entonces volví con ellas y lo levanté en medio de ellas.
—Ahora tienen dos opciones, besarse o abrazarse. Si no tendrán mala suerte con sus relaciones.
Emma enarcó una ceja escépticamente.
—Nunca escuché sobre eso.
—Es que tú no investigas. Pero así dice, búscalo en Google.
Deisy se rió, pero no dudó antes de ir hacia Emma y sorprenderla con un abrazo.
—Lo hago por ti, porque quiero que pases una navidad feliz con tu novio.
Emma sonrió tímidamente y correspondió al abrazo de Deisy.
—Está bien, tregua.
Me acerqué para unirme al abrazo y rápidamente ellas me hicieron espacio también.
Continuamos con la búsqueda de unos vestidos adecuados para navidad cuando Emma le hizo una pregunta a Deisy.
—¿Con quien pasarás navidad?
Deisy sacó de una vitrina un hermoso vestido azul marino.
—Creo que me quedaré en apartamento a estudiar para mis próximos exámenes.
Emma frunció el ceño al mirarme.
—¿Te quedarás sola en navidad?
—Mi familia es de Texas, no creo que pueda viajar tan lejos y volver a tiempo para no perder el trabajo, es el que ha pagado mi colegiatura.
Recordé el tema de Deisy y Taylor, todavía no nos había dicho que le gustaba Taylor. Seguro Emma pensaba como yo, no queríamos ser entrometidas. Pero si yo podía hacer algo para ayudarla, incluso aunque no lo sepa, lo haría.
—¿Quieres pasar navidad conmigo? —le propuse.
Deisy frunció el ceño.
—No, es tu momento con Wyatt. Después de todo lo que pasaron…
—Lo que sucede es que no estaremos solos en navidad—la interrumpí, sonriéndole tranquilizadoramente—, cenaremos en la casa de Carly y su familia. ¿Quieres ir?
—¿Realmente puedo? Suena a algo familiar.
—Créeme, Carly es capaz de invitar a quien sea con tal de no tener que pasar navidad con su ex esposo. Y tú ya la conoces.
Deisy sonrió tímidamente, y finalmente asintió.
—Está bien, gracias.
—¿Tienes alguien que te guste, rojita? —le preguntó Emma—. Eres muy linda, me sorprende que no tengas novio o una fila de chicos atrás de ti.
Miré a Emma de forma fulminante, al mismo tiempo que Deisy lo hizo, pero ella inocente de lo que nosotras ya sabíamos.
—Bueno, hay chicos, pero ninguno me interesa—contestó Deisy, en un tono decaído—. Quiero alguien diferente, alguien de porte heroico. Alto, valiente, que cuide de los demás.
Definitivamente estaba refiriéndose a Taylor. Volví a mirar a Emma con desaprobación cuando se rió.
—Ves muchas películas de Marvel, ¿verdad? —bromeó Emma.
—Emma—tercié—. No está mal esperar por alguien especial.
Deisy sonrió.
—Solo hay que mirarlas a ustedes para darse cuenta de que encontraron alguien especial—mientras Deisy hablaba apasionadamente sobre la idea de ese alguien único, Emma me hizo una mueca, haciéndome entender que sabía cómo yo que ella se refería a Taylor—. También quiero eso.
—Lo encontrarás—dije, acercándome para rodear sus hombros con mi brazo—. Dicen que hay más probabilidades de conseguir al amor de tu vida en navidad.
—Sí, pero es en las películas—intervino Emma. Cuando Deisy y yo la miramos con dureza, levantó las manos en señal de rendición—. Pero todas sabemos que esta época es mágica. Por cierto, Sydney, ¿ya sabes que usarás? ¿Qué tipo de cena es la que prepara Carly?
Me giré hacia los vestidos y volví a recordar la razón por la que estábamos en esta tienda.
—No es algo tan formal, como le dije a Deisy, es algo muy pequeño y familiar. O algo así, lo sería si no estuviera Lucas.
—¿Este te parece adecuado? —preguntó Deisy, levantando un vestido.
Emma y yo nos quedamos impresionadas de lo hermoso que era. Era un vestido corto de tiras y un prudente escote en V, ajustado donde se ubicará la cintura, cayendo el resto de la tela en cascadas de brillante seda color blanco perlado.
—Ese vestido está gritando que te lo lleves—dijo Emma, tomando el vestido de las manos de Deisy para colocarlo por encima de mi ropa—. Es perfecto para ti, tienes que usar un labial rojo.
Nunca me había gustado tanto un vestido como ese. Lo tomé en mis manos cuando Emma me lo dio, y me pregunté si sería tan valiente como para usar un labial rojo con ese vestido.
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Editado: 02.07.2022