Sydney
Hice todo lo posible porque mi rostro no registrara automáticamente la confusión que apareció en mi mente cuando, en vez de Taylor, contestó Wyatt. Nadie era lo suficientemente tonto como para no darse cuenta, Wyatt estaba con Taylor, y seguramente ya sabía que algo malo estaba pasando, y que tenía que ver con Lucas. Mientras que esas ideas tomaban sentido en mi mente, comencé a llenarme de ansiedad por la incertidumbre.
De repente el teléfono de Lucas comenzó a vibrar sobre la mesa de noche junto a la puerta. Mi corazón se disparó de preocupación al creer que podía ser Wyatt devolviendo la llamada.
—Oh, es el jefe—avisó Lucas con naturalidad, observando la pantalla de su teléfono. Pero entonces nos miró a Carly y a mi—. Es una conversación privada preciosas, estaré en la cocina. No intenten hacer nada que yo no haría. Y sí, Sydney, puedes desatar a Carly mientras no estoy, solo no intentes algo más arriesgado porque recuerda que yo tengo la maldita arma.
Miré hacia Carly mientras Lucas salía del cuarto, quien, en seguida, como cuestión de magnetos, también volvió a mirarme. Sin embargo, su mirada introspectiva me estaba diciendo algo diferente de la mía. Cuando estuvimos solas me levanté del piso y corrí hacia la cama para desatarla.
—Te juro que no vuelvo a confiar en los hombres—masculló Carly, mientras desataba la cuerda de una de sus muñecas—. Bueno, supongo que solo sirven si tienen mucho dinero como Wyatt. ¿Qué estoy diciendo? Ni, aun así. ¿Por qué le dijiste que aun salías con Wyatt? ¿Estás loca? Él no tiene por qué darle dinero a…
—Espera, Carly—la interrumpí al soltar su otra mano.
Cuando ella dejó de hablar, miré hacia la puerta y me aseguré de que Lucas todavía estuviera hablando por teléfono.
—¿Qué está pasando? —me increpó—. Mueve ese trasero, tenemos que salir de aquí.
Hasta entonces me volví hacia ella.
—No podemos hacer eso aun—ella frunció el ceño por lo que dije.
—Sydney, te diré la verdad que te he estado ocultando desde que te conocí, eres un poco tonta e ingenua cariño. Todavía más si crees que un tipo como Lucas nos dejará fácilmente, incluso aunque tu tonto novio le de esa cantidad absurda de dinero.
—Ese es el problema, Wyatt no va a hacer eso.
Carly frunció el ceño, desconcertada.
—Pero yo vi cómo lo llamaste y era su voz.
—Yo no llamé a Wyatt, Carly, llamé a Taylor. Sabía que, si lo llamaba desde un teléfono en el que su número no estuviera registrado, sería fácil engañar a Lucas, haciéndolo creer que era el de Wyatt.
—Pero quien contestó fue…
—Fue Wyatt—asentí—. Eso quiere decir que estaba con Taylor. Ambos deben saberlo todo a estas alturas, o por lo menos deben estar sospechándolo. Se suponía que debía estar con Peyton en el aeropuerto.
—Wyatt no es estúpido cariño. Ahora que lo pienso, si recuerdo su voz en esa llamada, sonaba demasiado casual para mi gusto, casi me causó escalofríos, es obvio que estaba fingiendo.
—¿Crees que venga con Taylor? No quería esto, quería mantenerlo lejos y protegerlo.
—Creo que…
—No se puede confiar en las mujeres—masculló Lucas desde la cocina. Un par de segundos después ya estaba volviendo al cuarto, con mi teléfono en las manos—. Mira lo que encontré en la cocina.
Miré mi teléfono de forma inescrutable, haciendo todo lo posible por no mostrarle miedo.
—Debiste apagarlo, ¿sabes? —dijo y comenzó a revisarlo—. Amiga Emma te envió un bonito mensaje, te pide que le desees suerte en su visita a los padres de su novio. Y 10 llamadas de un tal Taylor, más 7 de Wyatt.
—Lucas, ya déjala—le advirtió Carly—. Te daré la contraseña de mi cuenta, olvida todo esto.
—Tú no tienes los 2 millones que su novio me puede dar, así que ya no quiero tu dinero—entonces Lucas me miró—. Si tu novio viene hacia acá y no ha hecho la transferencia, lo amenazaré contigo hasta que haga lo que quiero y luego lo voy a matar cariño.
Me levanté de la cama, con deseos de golpearlo, pero Lucas levantó su arma hacia nosotras.
—Eh, cuidado con lo que intentas, como que se te olvida el juego de roles cuando alguien tiene el arma.
Quise sugerirle una salida ante la situación inminente en la que todos estábamos, pero no tuve tiempo, alguien tocó a la puerta principal. La postura de Lucas cambió y miró hacia fuera de la habitación, como si esperara que ya estuvieran dentro de la casa, sin embargo, no sucedió nada más que otro golpe a la puerta del apartamento.
—Lamentablemente—dijo Lucas, volviéndose hacia nosotras—, mi contacto en Tailandia no me ha dicho que el dinero ya fue transferido, supongo que mis sospechas fueron ciertas. Intentaste engañarme, Sydney. ¿A quien debería matar primero? ¿A ti o a Wyatt?
—No le hagas nada—le pedí, con un nudo en la garganta—. Si lo haces, jamás podrás escapar del país.
Lucas frunció el ceño con una sonrisa burlesca.
—¿Tú me dices lo que puedo o no hacer? Escucha cariño, esto es lo que va a ocurrir ahor…
Lucas dejó de hablar cuando escuchamos que la puerta principal estaba siendo forzada con patadas. Creí que esas puertas eran lo suficientemente fuertes, pero al oír el crujido de la puerta caer al piso, supe que estaba equivocada.
—¿Sydney?
Escuchar la voz de Wyatt me causó tanto alivio como preocupación. En seguida Lucas caminó lentamente hacia mí, sin dejar de amenazarme con su arma.
—Tú vienes conmigo—me dijo al sujetarme de la nuca con firmeza—. Me ayudarás a salir de aquí con todo lo que necesito.
—Eres un idiota—mascullé mientras me arrastraba hacia la puerta—, el trato se cancela.
—¡Lucas, suéltame! —objetó Carly.
Lucas se detuvo antes de salir del cuarto y se giró hacia ella.
—Tienes suerte de que no te mate, fuiste una muy mala esposa.
—Idiota—masculló Carly, levantando la mano para mostrarle el dedo del medio.
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Editado: 02.07.2022