Quiero una esposa virgen.

Capítulo 30: La boda.

Tiempo después…

Ya todo está dispuesto para la ceremonia, Justin a pesar de estar convaleciente, no piensa por nada del mundo posponer su matrimonio. A su padre la calma le retorno al cuerpo, se había preocupado muchísimo, cuando le avisaron que a Justin le habían disparado a quemarropa en la pierna y más, que fue la loca de Sandra, quien comparece ante las autoridades por su delito.

Su madre Elizabeth, cree que se lastimó la pierna haciendo alguna actividad deportiva. Por su parte, Laura casi muere cuando Gerard le avisó y le informó de lo sucedido, por poco, le da un infarto al enterarse, que el amor de su vida estuvo a punto de morir en su despedida de soltero.

Las aguas al fin se calmaron y llegaron a su cauce. Justin espera ansioso por Laura, trato de hacer su boda muy discreta, pero la información se difundió y desde ahora es el acontecimiento del año, sus fans, periodistas y hasta curiosos miraban los toros de lejos, buscando saber los pormenores de dicho evento.

Algunos amigos y allegados a la familia Hart, quienes son personas muy influyentes, no entiende la premura de la celebración y más, que lo hiciera con una chica desconocida para todos, muchos se mentalizan que fue la virginidad de Laura, lo que sedujo a Justin.

Llega un amigo de Andrew, se le acerca y le dice sin tapujos:

—Escuche por allí, Andrew, que Justin estableció un contrato prenupcial con la joven.

—Sí, tiene que cuidar sus intereses, Justin, es muy astuto—puntualiza Andrew.

—Pero, es cierto, ¿qué es virgen? —para el padre de Justin, las preguntas le resultaban muy incomodas.

—Me retiro por un momento, voy a ver a mi esposa—le da una palmada al caballero y sale de inmediato de la vista del sujeto. Le resultan muy impertinentes sus interrogantes.

Entre murmureos, habladurías, ruidos, entre otras acciones la boda se realizará sin ninguna novedad hasta ahora, a fuera del registro civil esta aglomerada la multitud, esperando a Laura para fotografiarla y seguramente atosigarla a preguntas, pero ya Diane quien sabe cómo manejar este tipo de situaciones, ha prevenido todo aquel escenario, que para Laura sigue siendo novedoso.

La mayoría de los asistentes, claramente no creyeron en la historia de los Hart, esa de que Justin se casaba por amor con una sencilla joven. Algunos, conociendo lo mujeriego que es Justin, presumen la teoría que lo hacía para desgarrarle la virginidad ¡Rayos! En ese salón se debaten comentarios encontrados, en lo que es y no se aparenta, entorno a Laura y Justin los protagonistas de la celebración del año.

Los días pasaron volando, todo está listo y preparado. Justin, continúa muy ansioso, trata su amigo Gerard de calmarlo:

—¡Justin, calma! —exclama, Gerard.

—No entiendo, ¿por qué Laura tarda tanto? Si Jimmy me digo, que tenía todo bajo control.

—Aún es temprano y ya sabes, siempre las novias se hacen esperar.

—Pero, Laura, como que está exagerando, si ella es una novia atípica, si me entiendes.

El salón estaba perfectamente combinado, con una elección perfecta de colores para una familia tan distinguida como los Hart, el brillo que Justin no quería que se pusiera de manifiesto fue ineludible. Trataron de hacer una celebración sencilla, sin embargo, no se pudo por tratarse de la boba del hijo, de uno de los hombres más influyentes del país.

Rápidamente la puerta principal se abrió, pero eran unos de los invitados de Andrew, que llega haciendo acto de presencia, acompañado de una mujer muy guapa. Melissa Holmes una mujer madura, quien fue una importante actriz y modelo en el país hace casi dos décadas atrás. Justin, frunce el ceño, ya que imaginaba que era Laura quien llegaba. Se asombra al ver a la guapa mujer de unos casi 50 años, menor que su madre, pero ésta es impresionantemente hermosa sus rasgos físicos son perfectos, Justin no pierde la oportunidad, ni porque es el día de su boda, para agradarla y va enseguida a saludarla:

—Buenas tardes, Zack, Melissa siempre tan hermosa—siempre ha admirado la belleza de esa mujer desde niño. Solo que Melissa, es una mujer muy seria y distinguida, que siempre lo ha visto como el hijo disparatado de sus mejores amigos.

—Cuidado, Justin, como miras a mi esposa—le dice, el señor Zackary Holmes a Justin en tono jocoso.

—Sabes que, no me fijaría en tu esposa como mujer. Pero, siempre será colirio para los ojos de cualquier mortal.

—Tu no cambias, muchacho—le da una palmada y se une a los padres de Justin.

Laura, por su parte viene en camino, en una limusina en compañía de sus amigos Diane y Jimmy. Diane, la toma de la mano tratando de aplacar sus nervios, Laura, luce radiante Nina supo destacar muy bien sus finas facciones, hizo un gran trabajo.

Laura, no puede evitarlo y deja escapar una lágrima, Diane frunce el ceño y la reprende:

—Laura, vas arruinar el maquillaje ¡Joder! —y va enseguida a arreglárselo.

—¿Estás bien? —pregunta Jimmy.

—Eso creo—musita la pobre Laura.

Ya les falta poco por llegar, sin embargo, los agarra el tráfico y Laura entra en pánico.

—Ten calma, cariño, te ves muy hermosa—trata Diane, que sus niveles de ansiedad disminuyan.

—Gracias amiga y a ti también Jimmy, por estar conmigo en este momento.

—De nada, querida. Solo no vayas a emocionarte de más, se te va a correr el maquillaje.

—¡Jimmy! —exclama Diane aprendiéndolo.

Un intenso torbellino, en una ráfaga de viento es Justin en este momento, no deja de mirar ansioso la puerta para percatarse de la llegada de Laura, quien aún no llega. Les había enviado mensajes fallidos a todos y ningunos de los tres responde, hasta optó por llamar al chofer quien conduce la limusina y tampoco responde a su llamado. Está que me muerde las uñas de tanto estrés.

Llega el padre de Justin a calmarlo:

—Tu nerviosismo se siente a kilómetros, Justin.




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