Quiero una esposa virgen.

Capítulo 53: Madre e hijas.

Ha sido un día largo, la visita a la mansión los dejó exhaustos. Justin, se queda por un momento pensativo.

—¿Te ocurre algo, amor? —pregunta Laura y lo besa en el hombro.

—No llegué a ningún acuerdo con mi padre, jamás me dará mi dinero. Tengo buscar inversionistas nuevos, para que les inyecten capital a mis nuevos proyectos.

—No te desanimes, querido, no todo está perdido.

—Tienes razón, querida, gracias por apoyarme.

Recibe una llamada inesperada de Melissa:

—Aló, ¿cómo estás, Melissa? —la saluda Laura con gentileza.

—Muy bien, querida—se le llena el corazón al escuchar a su hija.

—Y eso que llamas hoy, ¿tienes algún problema?

—No cariño, quería saber si puedes llevar a tu hermana Mía, a la fundación para que nos ayude con los niños del albergue. Es joven nos serviría de mucha ayuda, claro si ella acepta—cruza los dedos Melissa.

—Si aceptará, no te preocupes, es más se va a poner feliz, así te conoce yo le he hablado mucho de ti y muere por conocerte. Mas sabiendo que eres una celebridad.

—Ay querida, ya mi tiempo pasó. Pero, gracias por aceptar.

—Te sigues viendo igual de hermosa, Melissa.

—Gracias por tus elogios, me sonrojas, hija.

—Nos vemos pronto, saludos—cuelga la llamada.

—¿Qué quería, Melissa? —pregunta Justin.

—Quería saber si, Mía, nos puede acompañar, para la entrega de ayudas en el albergue.

—Es raro, el interés de Melissa en ustedes—Laura lo mira arqueando la ceja.

—No le veo nada de raro y Mía, se pondrá muy contenta muere por conocerla.

—Me imagino es una celebridad.

—Olvidemos el tema y vamos arriba—lo observa con picardía y muerde ligeramente su labio inferior, los ojos es este apuesto casanova se enciende y ambos suben a toda velocidad.

*****

Días más tarde…

Hoy es el día, de la entrega de ayudas sociales a los más desamparados, está todo muy bien organizado por el comité que preside Melissa, se había hasta colado la prensa, Melissa estaba un poco molesta, no le gustan que los medios metan su nariz en las obras sociales, ya que siempre se presta para el amarillismo informativo.

Llegan Laura en compañía de Mía, para ayudar con los preparativos del evento. Voltea lentamente Melissa y mira a Mía, rápidamente deja caer unos documentos al piso, una de la empleada los recoge y sigue Melissa mirando fijamente a Mía, para ella no existía más nadie en ese lugar.

Corre a su lado:

—¡Hija! —exclama y la abraza con emoción, Mía se siente un poco incomoda y extrañada. Melissa hábilmente reacciona.

—Lo siento, cariño—mira sus hermosos ojos verdes y ve en ella a la bebé, que dejó en los brazos de Laura hace quince años.

—Es usted muy hermosa, señora—susurra Mía emocionada, por tratarse de una celebridad del pasado, corresponde con la mima fuerza a esa abrazo y Melissa de inmediato se pierde en él.

Laura, se entretiene con los preparativos e ignora el escenario, que se muestra entre ellas.

—Eres realmente Hermosa, Mía—le expresa Melissa.

—¿Cómo sabe mi nombre?

—Laura, me lo dijo, querida.

—Señora, ¿cuándo me realizará un cambio de estilo a mí también? —va Mía directamente al grano con su petición.

—Pronto, cariño, voy agendarlo para llevarte.

—Gracias—da Mía un ligero salto de emoción.

Llega Laura y se une al cuadro familiar.

—¿Te está molestando mi hermana? —Pregunta Laura.

—No, para nada.

—Laura, por favor—le reprocha Mía.

—Te conozco muy bien, cariño—arquea Laura la ceja.

—La señora, me hará un cambio de estilo a mí también—le comenta Mía sin tapujos.

—Vaya que eres rápida, Mía—la mira Laura con seriedad.

—Descuida, Laura, yo se lo ofrecí—sale Melissa en defensa de Mía y ésta le guiñe el ojo.

—Ven conmigo, Mía, viniste a trabajar. Nos vamos al rato, Melissa—velozmente, Melissa, las mira a lo lejos sonriendo.

*****

En su oficina, Justin, le comenta a Diane de su preocupación económica. Es un hecho que su padre por ahora no le devolverá su dinero. Tiene un negocio en puerta, que no quiere desaprovechar, pero la falta de liquidez hará que lo deje en pausa.

—Diane, mira estamos casi en saldo rojos. Apenas tenemos para pagar a los empleados.

—Las campañas han sido escasas, al igual que tus desfiles. Con la única liquidez que contamos, es con lo que ganes con el desfile de Milán y, sin embargo, es no es la gran cosa.

—¿Y el tema de las redes?

—La viralización de tu boda y todo lo demás, dio resultados. Pero, sigue siendo insuficiente aún para este proyecto, que es muy ambicioso, en ese sentido se necesita mucho dinero para llevarlo a cabo. Si quieres, yo hablo con Andrew y le presento el proyecto, para que desembolse el recurso.

—Es inútil, Diane, sigue firme con su postura, quiere le demos un nieto a como dé lugar. Solo así me dará lo que es mío. Lo dejó ayer muy claro en la mansión.

—Un nieto es un imposible y más con las condiciones de su matrimonio.

—Todo ha cambiado, querida amiga.

—¿De qué hablas, Justin? —lo observa Diane con asombro.

—Laura y yo, somos pareja y consumamos nuestro matrimonio—le señala para vea su dedo, lleva la argolla de matrimonio.

—No estoy entendiendo nada, ¿cómo te enamoraste de Laura?

—Mírala—le muestra la foto del cambio—Es otra.

—Vaya, ¿tú cariño es sincero?

—Sí, Diane, sé que cuesta creerlo, pero me enamoré de Laura. Y estoy tratando de llevar una nueva vida junto con ella. Hasta vamos a adoptar a Matías.

—¿En serio? No lo puedo creer.

—Créelo, el amor llamó a la puerta de mi corazón.

—Hasta poeta te pusiste, ¿se acostaron? —la virginidad de Laura, despierta el interés de todos.

—Es algo intimo entre nosotros. Pero si amiga, te lo confieso por la amistad que nos une.




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