¡ Quiero una heredera! [#4 de la saga Heredero]

Capítulo 21: Cambios.

Alexandra.

Mi madre y papá me repasaron con los ojos luego de verme salir de la habitación.

-¿Tengo monos en la cara o qué?

-Hija... ¿te sientes bien?

Asentí, a lo que mamá entrecerró sus ojos.

-¿Cómo crees que debería de estar mamá?

-Llorando a mares y amenazando con lanzarte al mar.

Rodé mis ojos.

-El tiempo de duelo ya pasó mamá, así que tengo que tomar el toro por los cuernos y seguir hacia adelante.

-Hija... pero tu tiempo de duelo solo duro dos horas.

-Madre, ¿preferirias verme recluida en una habitación, con todas las ventanas cerradas, comiendo helado de chocolate, bizcochos, panecillos, una docena de donas, y viendo películas románticas para ahogarme en ellas? Y seguir llorando como magdalena.

Mamá negó.

-No es como te imaginaba, pero bueno... allá tú.

-Alexandra, estoy aquí para proponerte...

-Papá busca a otra persona para meterle la empresa por los ojos, porque conmigo no lograrás absolutamente nada.

-Pero...

-Pero nada.

Papá se dejó caer en el sofá derrotado.

-Alex.

Coloque mis ojos en mi hermana, quién venía casi corriendo.

-¡Itzel, ven acá...!

Entrecerré mis ojos hacia Itzel y ella se encargó de desviar sus ojos.

Aquí hay gato encerrado. O mejor aún, gato escurridizo.

-¿Qué sucede cuñadito?

Kirk Salvatierra camino hasta estar al frente de mí.

-Tu hermana no quiere asumir el papel de mi esposa, me esta negando lo que por derecho me toca y no permite que la toque.

-¡Te quiero a cien metros de mí...!

Kirk entrecerró sus ojos.

-Mejor muerto que estar lejos de tí, Itzel Kemers. -mi cuñado inquirió esas palabras mientras miraba fijamente a mi hermana.

Si las miradas, cogieran Itzel ya estaría muy bien cogida.

-Kirk, ¿te gustaría ayúdame a llevar la empresa?

Esto es insólito.

Mi padre no pierde la oportunidad de querer meterle por los ojos la empresa a alguien.

-Lo siento señor, pero yo todavía no lo he perdonado por lo que le hizo a su propia hija. Así que a mí ni me mire.

Este hombre soltó la flecha y dió justo en la diana.

Sin duda alguna cuando sea grande me encantaría ser como él.

-Yo tengo a la persona perfecta para asumir ese cargo. -papá enarcó su ceja.

-Qué quieres a cambio.

-Nada, más bien el que saldrá ganado de todo esto eres tú. Porque si aceptas a esa persona, quedas perdonado.

Isaac Kemers abrió los ojos como platos.

-¿De verdad?

-Sí pero estaras sujeto a mis condiciones.

-¿Quién es?

-Yo.

Esa voz.

Giré sobre mis pies apra confirmar que mi mente no me esté jugando una broma pesada.

-Louis. -susurre al ver al hombre en la entrada de la sala con una tímida sonrisa en sus labios.

-¡¿Qué hace él aqui?!

-¿Lo tomas o lo dejas, querido? Piénsalo muy bien porque no volverás a tener esta oferta en un largo pero largo tiempo.

Papá se colocó sobre sus pies, formó sus manos puños t con todo el dolor de su corazón habló.

-Acepto.

Mamá sonrió.

-Muy bien, Kemers, muy bien...

Mi padre se apresuró a caminar hacia la puerta, y una vez estando frente frente a Louis le brindó una mirada fulminante.

Sin duda alguna esos dos sacarán chispas. Y no serán comestibles.

Mamá le siguió los pasos a papá y una vez estando al lado de él, tomó la mano de mi padre y tiro de ella.

-Que te quede bien claro que no vamos a compartir el lecho...

-Itzel... no me hagas eso.

-Tú te lo buscaste Kirk...

-Lo hice para que cumplieras tu sueño.

-Bien pude cumplir mi sueño, contigo a mi lado. Pero no... tú decidiste por mí, así que ahora paga con creces las consecuencias de tus actos.

Mi hermana después de verbalizar estas palabras empezó a caminar con bastante rapidez.

-Kael, no sera un impedimento para que te tomé esta noche, Itzel.

-En tus sueños.

Mire la escena y no dude en negar.

-Ese ratón se muere por ese queso.

-¿Qué haces aquí, Louis?

-Tu madre fue la que me propuso ser la mano derecha de tu padre, en su empresa.

-Y como te convenía tú aceptaste, sin rechistar.

Louis camino hacia mí.

-Necesitaba verte, Alex.

Otro ratón que se quiere el queso, pero lastimosamente este queso tiene dueño aunque sea un perfecto mentiroso.

-La última vez que nos vimos te plantee mi posición Louis.

-Necesitaba verte para hablar contigo, no porque tenga intereses amorosos contigo, Alex.

Entrecerré mis ojos.

-Si no me quieres hablar de intereses amorosos. ¿Entonces de que quieres hablarme?

-Me case.

Esa confesión me hizo abrir la boca.

-Me case con un odiosa chica, para que mi tío no la matara, Alex.

-¿Cuál es el problema en todo esto?

-La chica sabe que soy escorpión dorado.

-Estas jodido.

Caminé hasta el sofá y tomé asiento.

-Esa chica es un verdadero grano en el trasero, ganas no me faltan de darle un plomazo en la cabeza.

Louis se llevo una de sus manos al rostro.

-No creo que ella sea tan problemática.

Antes de que él pudiera contestar, el teléfono sonó.

-Te apuesto a que llaman para decirme que esa mocosa hizo algún desmadre.

Louis saco el teléfono de su traje, contesto la llamada y coloco el voz.

-Señor, la señora se escapo de casa.

-Activen el protocolo.

Louis colgó la llamada y posteriormente se llevó una de sus manos a la sien.

-Por mi madre santa, te juro que la voy a matar.

-¿Has tratado de hacer que ella cambie la persecución que tiene de tí?

-No me interesa que ella cambie la forma de verme, Alex.

-Entonces tienes que hacer silencio cada vez que ella le den deseos de escapar de tí

Louis suspiro.

Y antes de que pudiera hablar, mis tres hijos entraron a la sala.

-Mami.

-Má.

-¿Lograste tener hijos?




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