Raíces

Capítulo I

¡¡Gracias por haber entrado a leer la historia!! 
 


 

Raíces.
 


 

Todo a mi alrededor se volvió en un color negro profundo, un fuerte dolor invadió mi cabeza y perdí la conciencia...
 


 

Horas después...
 


 

No sé cuánto tiempo ha pasado ni donde estoy, lo único que recuerdo es haber sentido un fuerte dolor de cabeza y por último perdí la conciencia...
 

"Piii Piii Piii" es lo único que se escucha del exterior, mi cabeza me está matando... Mis párpados se sienten pesados como si tuviera pesas en mis ojos las cuales no me dejan abrirlos, poco a poco intenté abrirlos. Con dolor en mi rostro, suena exagerado, pero si duele como el mismísimo infierno. Mi vista es borrosa, aún así, hice un esfuerzo por tratar de ver lo que está a mí alrededor, primero observé el techo por lo cual concluí que estoy acostada, el techo es de color blanco con líneas negras formando rectángulos.
Intenté moverme, pero siento un elefante encima de mí.
 

Moví mis ojos tratando de captar todo lo que me rodea, divisé algunos aparatos médicos a mi derecha y un gran ventanal a mi izquierda, el atardecer se ve muy hermoso... Traté de hablar, pero me es imposible. Siento un intruso en mi garganta junto a un ardor algo agudo.
 


 

En conclusión, estoy en un hospital... –No, estúpida que no ves que estamos en un parque de diversiones– sonreí ante lo que dijo mi voz interior.
 


 

Si mi oído no me engaña creo que escucho voces y pasos acercarse, al final mis oídos no me engañaron, porque algunas personas entraron a mi habitación.
 


 

–Al fin despertó. –habló una voz femenina, creo que es una enfermera.
 


 

–Sí, –afirmó la voz de un hombre– hay que revisarla.
 


 

La persona que creo que es un doctor comenzó con retirarme el tubo intruso que se alojaba en mi garganta para luego comenzar con un exámen rutinario. Al finalizar inicio con una serie de preguntas.
 


 

–Señorita, ¿me escucha? -asentí- Bien, ¿recuerda que sucedió antes de despertar aquí? -negué- usted sufrió un grave accidente y hace unas horas tuvo una cirugía de cerebro, por desgracia hubo complicaciones en dicha cirugía y su memoria se vio afectada... Perdió su memoria, pero sólo será a corto plazo, aunque hay probabilidad de que sea permanente...
 


 

–Y... Por último, ¿recuerda cómo se llama?
 


 

–Si... Mi nombre es... -con una mueca de duda y mi voz rasposa respondí- Carol Gibbs...
 


 

–¿Usted está segura que ese es su nombre? –dudo de mi palabra.
 


 

–Sí, es lo único que recuerdo –afirme.
 


 

El doctor comenzó a teclear en su celular, al encontrar lo que buscaba expresó sorpresa en su totalidad.
 


 

Su teléfono celular me prestó y un documento fue mostrado ante mí, en ese archivo hay información de mi persona. Era un documento donde hay imágenes y datos sobre mí.
 


 

Abrí los ojos como platos totalmente sorprendida, al parecer soy millonaria la cual maneja muchas empresas en distintos ámbitos, es decir, cada empresa se especializa en distintas cosas. Y no sólo eso, tengo alianza con los gobiernos a nivel internacional, incluído este. Tengo vente y cinco años, a la edad de dieciséis años entre al mundo de las empresas siendo así la sucesora del gran imperio de mi padre el cual enfermo por una grave enfermedad que lo hizo guardar cama durante dos largos años, eso sucedió cuando tenía catorce años. Al momento de morir dejó a su única hija a cargo de su gran imperio el cual me encargué de expandirlo a niveles internacionales cumpliendo así su última voluntad, que su nombre y el de su empresa fuera conocida mundialmente... Aún falta mucho camino por recorrer, hace falta muchas fronteras por cruzar. 
 


 

Por lo visto aun soy soltera, no tengo hijos ni pareja.
Con esto último entristecí, de que sirve tener todo a disposición si no puedes tener el amor de tu vida...
Porque en este mundo es el dinero o el amor, las parejas que son millonarias están juntas por puro interés.
 


 

–Wooow, tan... Soy... -no tenía palabras a expresar ante tal sorpresa...
 


 

Mi cabeza comenzó a punzarme como si de agujas se tratase, mis manos dirigí a mi cabeza tratando de bajar el dolor siendo así en vano.
 


 

–Señorita, ¿Usted se encuentra bien?
 


 

El doctor Luna -sí, se su nombre porque está bordado en su bata- comenzó a revisar mis signos vitales en las maquinitas incluyendo mi pulso.
 


 

–Mi... Cabeza me está matando...
 


 

El doctor dicto algunas medicinas que no logré reconocer, la enfermera que siempre estuvo presente inyectó un líquido en mi intravenosa, poco a poco comencé a sentir los ojos pesados cayendo así en brazos de Morfeo.
 


 

Dos días después...
 


 

Estaba durmiendo cómodamente cuando una silueta muy parecida a la de una mujer apareció ante mí. 
 


 

Recitó unas cuantas palabras que me impactaron mucho, "No olvides tus raíces..." A los segundos todo ante mí se esfumó.
 


 

Desperté en la camilla del hospital preguntándome, ¿Quién era esa persona? ¿De dónde la conozco? Y ¿a qué se refería?
 


 

Observé alrededor con esas dudas rondando en mi cabeza, ya es de mañana y el amanecer se mira muy hermoso desde aquí, tengo una vista estupenda, a un lado mío hay un gran ventanal que da a observar el hermoso horizonte.
 



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En el texto hay: romance, accion, giros inesperados

Editado: 25.09.2019

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