Raíces y Vueltas

Londres, 5 de mayo de 1954

Londres, 5 de mayo de 1954.
 La lluvia caía fina sobre las calles oscuras del barrio de Whitechapel. Entre los charcos y el humo de los taxis, un joven corría a toda velocidad. Su nombre era Eugenio, tenía apenas dieciocho años y un billete arrugado de cincuenta libras esterlinas escondido bajo la camisa. Lo había robado de un banco esa misma tarde.

Detrás de él, el silbato de un policía rompía el aire. Los pasos apresurados y las voces gritaban su nombre. Eugenio dobló una esquina sin mirar… y no vio la furgoneta que se lanzaba contra él.

El golpe lo levantó en el aire como un muñeco de trapo. Cayó de espaldas, rebotó en el asfalto y, por pura casualidad, terminó dentro de la caja abierta de un camión cargado de colchones. El conductor, un hombre corpulento con boina, no se dio cuenta. Aceleró en dirección al puerto, ajeno al pasajero inesperado.

Eugenio, aturdido y con la visión nublada, sintió el vaivén del vehículo. No podía moverse. Lo último que escuchó antes de desvanecerse fue el motor del camión rugiendo contra la lluvia.

No sabía que aquel hombre al volante era su primo Gilberto… ni que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.