El camión avanzó toda la noche por carreteras mojadas.
Gilberto, concentrado en el volante, silbaba una vieja melodía sin imaginar que, entre sus colchones, viajaba un cuerpo maltrecho.
Treinta horas después, ya bajo el sol del norte de África, el vehículo entró al puerto de Tánger. Gilberto entregó papeles, pasó la aduana y condujo hasta un almacén donde descargó la mercancía.
Cuando levantaron la lona y apartaron un colchón, los trabajadores se quedaron de piedra: allí, inconsciente, yacía un joven ensangrentado.
—¡Rápido, llamen a un médico! —gritó uno de ellos.
Lo llevaron al hospital más cercano. Los doctores diagnosticaron tres costillas rotas, un brazo y una pierna fracturados, además de varias contusiones graves. El pronóstico era reservado.
El doctor Omar, un hombre alto y de bigote fino, se inclinó sobre él.
—Muchacho, ¿tienes familia? —preguntó cuando Eugenio despertó días después.
—Sí… mis padres y un hermano. ¿Por qué lo pregunta? —murmuró Eugenio con voz débil.
—Porque tu estancia aquí será larga… y el hospital no es gratis.
—Tengo… cincuenta libras —dijo señalando la chaqueta que llevaba al llegar.
Omar negó con la cabeza.
—Me temo que no alcanza. Pero me caes bien, Eugenio. Yo pagaré el resto.
—Gracias, doctor.
La recuperación fue lenta. Pasaron semanas, luego meses… hasta que, dos años después, Eugenio pudo caminar sin muletas. Tenía cicatrices, dolores ocasionales y una vida completamente distinta.
Al salir del hospital, fue directo a una cabina telefónica. Sus manos temblaban cuando marcó el número de sus padres.
—¿Hola? —respondió su madre.
—Mamá… soy yo, Eugenio.
—¡Hijo! ¿Dónde estás?
—En Marruecos.
—¿Cómo que en Marruecos? ¡Eso es imposible! No tienes dinero…
—Es una larga historia, mamá. Se me acaba el tiempo, te llamo otro día. Adiós.
Colgó antes de escuchar la respuesta. No podía dar explicaciones todavía. Lo único que sabía era que debía empezar de nuevo.
Esa misma tarde encontró empleo como obrero. Un trabajo duro, pero honesto, que sería el inicio de una nueva etapa… y de decisiones que lo llevarían más lejos de lo que jamás imaginó.
Editado: 12.08.2025