Rayno Ciry

Capítulo 3: La serpiente GS

La travesía de un guerrero está predestinada desde un principio, puede haber grandes metas que quieras lograr, pero nada en esta vida se obtiene gratis; siempre tendrás que batallar de una u otra forma para lograr tus metas.
Esta es la maldición con la que cargan los héroes, maldición que los lleva a luchar contra el peligro y la muerte en busca de cual sea su objetivo.

Rayno quien se había propuesto a reunir la seis piedras malditas faltantes para liberar del terror el reino en que llacia atrapado tras quedar varado en el bosque; en medio de una lluvia se vio obligado a refugiarse en una cueva plagada de monstruos, donde después de un combate feroz obtendría una caja con varios objetos, entre ellos un mapa que marcaba los posibles lugares donde hallar las piedras.

Al sur de las tierras malditas se encontraba una montaña de almenos unos mil metros de altura al nivel del mar y unas setenta hectáreas de amplitud, más o menos por la mitad de este lugar se encontraba Rayno sentado sobre el suelo, traía puesto la bufanda gastada y la funda de espada que había encontrado en aquel cofre.

-Este lugar es muy alto.. Aagh esto es muy agotador.. A penas puedo respirar..-

Decía con un aliento débil y agitado, y observando el panorama de las cordilleras, pero, se percató de algo que lo dejaría con los pelos de punta.
Se levantó rápidamente del suelo para ver aquello, era una marca, como las que dejan normalmente las serpientes al arrastrarse. Sin embargo esta era una de mayor tamaño, incluso más gruesa que la altura del muchacho.
En su interior se encontraba una serpiente normal, o más o menos; esta tenía un grupo de púas que le salían de su columna, y una particular segunda cabeza en dónde iría su cola, inofensiva aparentemente puesto que no parecía moverse y sólo observaba el vacío con unos ojos blancos.

-Bueno, esto no lo esperaba..-

Rayno miró a fondo pero una neblina que bajaba de lo alto de la montaña le impidió ver.
Zuat apareció de repente a lado de Rayno.

-Entonces.. ¿crees que aquí encontrarás una de las piedras?-

Rayno esta ves no se sorprendería como antes, más bien sintió un cosquilleo nervioso.

-Bueno es lo que espero.. Y por favor deja de aparecerte de la nada-

Respondió Rayno mirándolo con una cara angustiosa.
Zuat rió diciendo que no lo haría más pero su advertencia real era otra.

-Mira, yo no he venido a estas montañas mucho; pero cuídate de los Flaytros, feroces pajaros gigantes cabezas huecas-

Rayno realizó una mueca de preocupación, pero Zuat lo intentó motivar levantado sus manos y pulgares, después de ver su capacidad en combate le tenía fé.
Rayno continuo caminando hasta un extraño lugar que poseía más niebla de no normal, aún así se percató sobre donde caminaba.
Un suelo algo diferente, pues parecía tener adoquines bajo todo esa tierra. A lo lejos vio una estructura que parecía ser una casa completamente destruida ignorando que a sus espaldas la niebla algo dispersa permitía ver toda una ciudad casi en ruinas de las que un grupo de criaturas levantaron vuelo.

-Zuat... ¿Qué es este lugar?-

Preguntó Rayno asustado poniendo su mano sobre el mango de la espada que se encontraba reposando en su funda. Zuat miró a Rayno diciendo que llegaron a el hogar de "ellos".

-¿Ellos?...-

Preguntó Rayno mientras un grito muy parecido al de un cuervo adolorido se escuchó a lo alto, Rayno sacó de inmediato la espada, cuando apareció de entre la niebla una criatura antropomorfica de un ave, con brazos que se dividían en dos partes, la parte inferior mostrando algo como manos y la superior con un parentesco a alas, con unos ojos amarillos y un plumaje azul oscuro.
Aquella criatura atacó a Rayno sujetando la espada con sus patas de ave humanoide.
Rayno empujó a la criatura pero otra apreció a un lado de él, golpeando a Rayno con su emplumada mano, el chico cayó buscando una forma de reposicionarse.

-¿Pero qué son..?-

Rayno vio que más de esas criaturas se acercaban a él obligándole a levantarse, una de esas aves iba a golpearlo directamente, pero, Rayno en un monumento ágil cortó una de sus alas, derrumbandolo; en seguida los demás se acercaron volando alredeor de Rayno, gritándole ferozmente.
Poco a poco las criaturas se acercaban más y más, volando cerca y otras pasándose de forma cuadrúpeda frente al chico, una de ellas se iba a  lanzar sobre Rayno, pero este reaccionó rápido y lo decapitado de un solo corte, los demás le gritaban con irá rodeándolo.

-OK... Es momento de usar un plan B-

Rayno reviso en el bolsillo rápido, uno de los Flaytros se lanzó a el muchacho pero él ni se inmutó, pateandolo mientras revisaba el bolsillo.

-¡Bingo...!-

Dijo Rayno sacando una de las bombas caseras que el había guardado antes de salir de su hogar, esta era una bomba de humo.
Al activarla empezó a soltar una columna de humo amarillo que el chico lanzó para distraer a los Flaytros, la niebla de la montaña se comenzó a dispersar sólo un poco para mostrar la verdadera cantidad de criaturas que se encontraban. Eran tantas, que a la vista de Rayno no eran contables, Rayno se alejó caminando hacia atrás sin perder la postura a pesar de estar invadido por el pánico.
Un Flaytro se le lanzó a Rayno por la espalda, pero este sin pensarlo recargo un corte de energía, esta vez la energía era menor que la ultima vez. Aun así al ejecutar el corte la bestia fue abierta por el estómago, dividiendolo desde el abdomen.
Los demás Flaytros vieron el acto dando principio a gritos y sonrevuelos nuevamente, ignorando el humo.
Rayno se quedaría parado sin palabras, hasta que en ese lugar se escuchó rezonante un cascabel, los Flaytros se callaron, lo que dejó un silencio total en el aire, un segundo cascabel se escuchó; todos los monstruos se alejaron volando apresurados y asustados.
Rayno impactado por a la situación miró una y otra vez a su alrededor sumamente nervioso, Zuat miró a Rayno diciéndole.




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