Rayno Ciry

Capítulo 4: La llama azul

A la hora de conocer tu destino, no sabes quien eres, puede una luz de guía llegar de la nada, puede que la hayas descubierto ya hace mucho.
En la vida deberás saber cual es el destino que tomarás, tus metas por cumplir y obstáculos por superar.
Toma valor y determinación para romper tus esquemas, superate, cumple y sobrepasa tus limites.

Rayno en su camino por conseguir las piedras malditas llegó a las montañas del sur, donde en lo que parecía las ruinas de un pueblo se enfrentó a unos monstruos de aspecto de ave llamados Flytros. Pero su verdadero enemigo también estaba allí, Rayno luchó contra la serpiente "GS", estando a punto de perder la vida, el muchacho logró sobrevivir y acabar con la vida de la serpiente tomando así la piedra celeste, acercándolo a su objetivo.

Rayno había vuelto a la cueva donde encontró el mapa, se encontraba allí sentado junto a la caja con el diario de curiosas iniciales "GS" en sus manos.
Su chaqueta naranja se encontraba muy rasgada y sucia, sus pantalones negros se tornaron de manchas de tierra y sangre procedentes de él y los monstruos con los que se había enfrentado; Rayno se quitó la chaqueta quedándose con su camiseta negra puesta, tomó el diario y abrió una pagina al azar, página llena con escritos irreconocibles.

-Demonios... No reconozco está escritura, es totalmente diferente al del letrero u otro escrito que haya visto-.

Dijo con la mano izquierda en su boca tratando de buscar alguna idea De que estaba escrito. Zuat apareció de forma repentina en la entrada a la cueva, mirando al chico de forma curiosa.

-¿Te encuentras bien, Rayno..? No has salido de aquí desde que obtuviste la piedra celeste, llevas casi dos días aquí-.

Rayno guardó en diario en el bolsillo de cuarta dimensión, abrió la caja y tomó todo lo que quedaba en ella, la bufanda gastada, la posible memoria USB, la bufanda gastada, un látigo, y la roca negra en ámbar.
Se quitó los pantalones junto a su camisa y los echó junto a su chaqueta.

-¿¡Pero qué haces mocoso raro!?-

Dijo Zuat viendo al chico con su cuerpo ectomorfo casi desnudo.
Rayno tomó la espada y recargo un corte de energía apuntando a su ropa mientras murmuraba.

-Se podría decir que ese yo murió, necesito volverme más fuerte para sobrevivir y no podré hacerlo si cometo esos errores-.

El corte se ejecutó con facilidad, prendiendo fuego en la ropa, Rayno sacó una chaqueta muy parecida pero con un bolsillo en el pecho, y unos pantalones y camisa más claros que los anteriores.
Se vistió y guardó la espada en la funda que allí había encontrado, tronó los dedos demostrando que estaba listo y del bolsillo dimensiónal sacó el mapa, preguntándose su siguiente objetivo, Zuat lo miró y sonrió al ver la determinación que llevaba mencionando que era un estúpido.

Ya afuera de la cueva, Rayno entró al bosque que estaba frente a la cueva, un lugar con árboles de más de veinte metros de altura y troncos que a simple vista se veía su firmesa, la naturaleza dominaba en una cantidad inmensa de vegetación, flores brillantes y un silencio que lo llenaba a su alrededor .
Rayno caminaba siguiendo el mapa, en la que se veía un dibujo en el centro del bosque, un dibujo que parecía un flama hecha con tinta azul.

-Debería estar cerca este lugar,
Se ve muy interesante... es diferente a los círculos que marcan las piedras-

Dijo Rayno mirando a todos lados, cuando un sonido de pisadas se escuchó a unos metros distantes.
Rayno se puso alerta mientras el sonido de un quejido se acercaba con forme avanzaba.

-¿Será...? ¿Un Jacker?-

Preguntó tomando el mango de la espada se acercó a el lugar de donde provenia aquel sonido, sus pisadas eran delicadas; el paisaje del suelo cambiaba a cada paso dado con piedras de adoquines bajo toda la tierra y hierba, utensilios tirados y armas oxidadas por las lluvias, Rayno miró enfrente y se quedó helado.

-¿¡Pero qué demonios es esa cosa!?-

Susurró al ver en frente una criatura humanoide sin manos, solo unos brazos recortados como un lápiz;  estaba calvo y pálido, tenia la boca y los ojos llenos con una luz intensa, sufrían una inclinación en su espalda hacia atrás. Se quejaba, parecía estar agonizando o sufriendo un fuerte dolor, caminando algo torpe, como un zombie.
Rayno sacó la espada asustado por la forma de la criatura, pero el ruido de ésta llamó la atención del moustro, observándolo fijamente y gritando de forma desesperante e inquietante corrió hasta el chico .

-No...¡No no no!-

Rayno dividió al monstruo en dos con un corte limpio horizontal en su abdome, por encima del ombligo mostrando sus tripas; al grito respondieron un grupo de siete más de aquellas criaturas que sin pensar se acercaron a él corriendo casi desorientados.

-¡Rayos.!.. ¡No me mataran hoy, cosas feas!-

Exclamó Rayno algo nervioso pero recargando energía en la espada, las chispas de energía eran más débiles que antes pero su brillo dorado era igual de intenso.
Rayno liberó la energía y acabó con cinco de ellos cortando sus piernas, abdomen y cuellos, uno de ellos lo golpeó por la espalda dejándolo en el suelo.
La criatura se lanzó hasta él, Rayno lo pateó, haciéndolo estrellar contra un árbol, el último de ellos saldría corriendo y gritando atormentado.
Rayno clavó la espada en el pecho del monstruo que se le había lanzado antes, justo en el corazón, no obstante al voltear algo curioso presenció, los cuerpos de los seis monstruos  que había matado comenzaron a volverse polvo y de ese polvo una pequeña figura con forma de estrella de cinco puntas se levantaba y flotaba hacia los cielos y así mismo al voltear hacia el cuerpo que tenía enfrente se hacía polvo llenando el ambiente nuevamente de sielncio

-¿!Qué...!? Monstruos que se hacen polvo, es como ellos...-

Murmuró completamente aterrado e inquietó por lo visto.
Zuat apareció en el lugar intrigado por lo ocurrido.




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