Entre El Deber Y El Deseo.
Aylin sintió un nudo en la garganta mientras las palabras de Caleb resonaban en su mente. "Esto es una guerra. Y tú estás en el centro de ella."
Nunca pidió estar en medio del mundo de los lobos. Nunca imaginó que su existencia pudiera significar algo más que su vida simple y tranquila. Pero ahora, cada paso que daba la acercaba más a un peligro que ni siquiera entendía del todo.
—¿Y qué pasará si Ethan sigue rechazándome? —preguntó con la voz temblorosa.
Caleb suspiró.
—Se debilitará. El vínculo con su pareja es parte de su fuerza como Alfa. Cuanto más luche contra ello, más vulnerable será. Y Damien lo sabe.
Aylin sintió que su pecho se encogía.
—Pero yo no pedí ser su pareja.
—Lo sé —dijo Caleb con comprensión—. Pero tampoco él pidió amarte. El destino lo decidió por ustedes.
Aylin apartó la mirada. No quería aceptar que una parte de ella aún anhelaba a Ethan. A pesar del dolor, a pesar del rechazo, su corazón aún latía más rápido cuando pensaba en él.
—¿Y qué se supone que haga? —susurró.
Caleb la observó con intensidad.
—Esa es tu decisión, Aylin. Pero te diré algo… Ethan no es el único que quiere tomarte como suya.
Un escalofrío recorrió su espalda.
—¿Damien?
—Él te quiere no solo para debilitar a Ethan, sino porque sabe lo que eres.
Aylin frunció el ceño.
—¿Lo que soy? Soy humana, Caleb.
Él la miró con algo parecido a la lástima.
—Eso es lo que tú crees.
Su respiración se detuvo por un segundo.
—¿Qué estás diciendo?
Pero antes de que Caleb pudiera responder, un aullido rompió la tranquilidad del bosque. Un aullido que hizo que su piel se erizara.
Ethan.
—Nos encontraron —dijo Caleb, poniéndose tenso—. Vete, Aylin.
Pero ya era tarde. Unos ojos oscuros brillaron entre los árboles, y una figura salió de las sombras.
Damien.
Con una sonrisa peligrosa en los labios, miró a Aylin como si ya le perteneciera.
—Por fin nos encontramos de nuevo, pequeña.
El corazón de Aylin latió con fuerza.
Y supo que la verdadera lucha… acababa de comenzar.