La Decisión De Aylin.
El silencio se hizo pesado tras la declaración de Ethan. Sus palabras, "Porque eres mía", aún flotaban en el aire, envolviendo a Aylin en una tormenta de emociones.
Damien sonrió con diversión.
—Vaya, por fin el gran Alfa admite lo que realmente siente —dijo con sarcasmo—. Pero dime, Ethan, ¿de qué sirve reclamar algo que ya rechazaste?
Ethan le lanzó una mirada letal.
—No te atrevas a tocarla.
Damien soltó una carcajada.
—Oh, no necesito tocarla. La decisión no es tuya. Es de ella.
Los ojos de Aylin se abrieron con sorpresa cuando Damien se giró hacia ella, su expresión más seria de lo habitual.
—Dime, Aylin —dijo con voz suave pero firme—. ¿Quieres seguir con alguien que te apartó de su vida? ¿O estás lista para ser tratada como mereces?
El corazón de Aylin latía con fuerza. Sus ojos fueron de Damien a Ethan, quien la miraba con una mezcla de desesperación y determinación.
—Aylin… —susurró Ethan, dando un paso hacia ella.
Pero algo en su interior se quebró. Recordó las veces que Ethan la había evitado, las palabras duras con las que la rechazó, el dolor que sintió cuando él le dio la espalda. Y ahora, cuando otro la deseaba, cuando había peligro… recién ahora quería protegerla.
Apretó los puños y levantó la barbilla, intentando ignorar el temblor en su voz.
—No soy un premio para que ustedes peleen por mí —dijo, su voz más firme de lo que esperaba—. No me importa quién de los dos es más fuerte o quién cree tener más derecho sobre mí. Mi vida me pertenece.
Damien sonrió con aprobación, mientras que Ethan parecía luchar contra sus propios instintos.
—Y lo que más quiero ahora… —continuó Aylin, mirándolos a ambos— es estar lejos de los dos.
El aire se volvió tenso. Ethan pareció encogerse ante sus palabras, y Damien solo inclinó la cabeza con curiosidad.
—Interesante elección —murmuró Damien—. Pero me pregunto… ¿hasta cuándo podrás huir de lo que realmente eres?
Aylin frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir con eso?
Damien le lanzó una última mirada intensa antes de sonreír.
—Pronto lo descubrirás, pequeña. Y cuando lo hagas, estaré esperando.
Sin más, se dio media vuelta y desapareció en las sombras del bosque.
Aylin exhaló, sintiéndose más cansada que nunca. Pero cuando giró la cabeza, vio que Ethan aún estaba allí.
—Aylin… por favor.
Ella negó con la cabeza, retrocediendo.
—No me busques, Ethan. No esta vez.
Y con el corazón hecho pedazos, se alejó, dejando atrás a un Alfa que por primera vez en su vida… parecía realmente perdido.