Un Nuevo Camino.
El aire aún estaba cargado de tensión, como si la presencia de Damien hubiera dejado una sombra invisible en el bosque. Aylin sentía su cuerpo agotado, pero su mente seguía alerta. Había tomado su decisión, pero el peso de sus palabras aún la hacía dudar.
Ethan la observaba en silencio, sus ojos dorados reflejando algo que no lograba descifrar. Caleb, a su lado, suspiró con alivio.
—Pensé que, por un momento, ibas a ir con él —admitió.
Aylin lo miró.
—Yo también lo pensé.
Ethan frunció el ceño.
—Pero elegiste quedarte.
Aylin asintió.
—Porque no confío en él. No sé qué es lo que realmente quiere de mí, pero sé que no es por mi bien.
Ethan pareció relajarse un poco, pero aún había algo en su expresión que lo mantenía tenso.
—Entonces, ¿qué sigue? —preguntó Caleb, cruzándose de brazos.
Aylin miró el bosque oscuro a su alrededor. Su vida nunca volvería a ser la misma. Ahora sabía la verdad: era una Alfa, la última descendiente de un linaje que todos creían extinto. Y aunque aún no entendía completamente lo que eso significaba, había algo dentro de ella que la impulsaba a descubrirlo.
—Necesito respuestas —dijo finalmente—. Si lo que Damien dijo es cierto, si en verdad hay algo dentro de mí… quiero saber qué es.
Ethan asintió con seriedad.
—Entonces iremos con alguien que pueda ayudarnos.
Aylin arqueó una ceja.
—¿Quién?
—Un viejo Alfa que sabe sobre la manada Luna Carmesí. Él puede decirnos lo que tu familia nunca pudo.
Aylin sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Las respuestas que tanto había buscado estaban cerca.
Pero, ¿estaba lista para conocerlas?