Recordarnos

Capítulo 6

Capítulo 6

Megan

 

Los siguientes días son un rollo infernal que no parecen acabar nunca. Primero nos hacen una prueba psicológica a Tyler y a mí, luego nos hacen pruebas médicas asegurando que no tengamos ninguna enfermedad que pueda implicar un riesgo tanto para Charlie como para su adopción. También envían a Charlie al terapeuta para tratar la muerte de sus padres y asegurarse de que se siente bien con Tyler y conmigo. Para cuando acaban dichas pruebas, recibimos los resultados de la prueba de paternidad y estas arrojan lo que ya sabíamos. 

Charlie es nuestro hijo. 

Tampoco era algo que podía negarse viendo al niño con Tyler. Son casi idénticos, no se puede negar que son padre e hijo. 

Para cuando el juez tiene un veredicto con respecto a Charlie, han pasado dos semanas tensas y estresantes. No dejo de agradecer a Tyler por venir cuando lo necesité, no sé qué habría sido de mí sin él. 

Estamos frente a las puertas del juzgado, con Charlie a mi lado mientras arreglo la corbata de Tyler, que está hecha un asco, cuando el niño dice:

—¿Y si ellos dicen que no puedo ir con ustedes?

Dejo lo que estoy haciendo para girarme hacia él. El pobre ha estado nervioso y triste, cosas que son entendibles, y quisiera saber qué hacer para que se sienta mejor. 

—Tranquilo, cariño, eso no va a pasar —aseguro. El abogado me dijo que era solo cuestión de trámites para que pudiéramos irnos con Charlie a casa. 

—¿Pero y si pasa? —replica, su labio inferior temblando—. Ellos no han dicho que sí todavía. 

Me agacho, queriendo estar a su altura pero quedando más baja porque él está creciendo. 

—Charlie, las pruebas han salido bien, le has dicho a tu terapeuta que quieres venir con nosotros, tenemos un buen trabajo para mantenerte y no estamos deschavetados de aquí —me señalo la cabeza, haciéndolo sonreír—. No tienen motivos para decir que no. 

Él suelta un suspiro de alivio, aunque mantiene un poco el nerviosismo. 

—Si dicen que sí, ¿cuándo nos iremos a Estados Unidos?

Tyler se agacha a mi lado. Él sí que queda a la altura de Charlie. Se nota que nuestro hijo va a tener su estatura. 

—Mañana mismo, Megan y yo tenemos cosas pendientes y queremos que pases unos días en casa para que te adaptes antes de que inicies la escuela. 

La cara de Charlie pasa de nerviosa a preocupada. 

—¿Cuándo voy a iniciar la escuela?

Miro a Tyler y él a mí. También ha notado que algo pasa con la escuela y Charlie. 

—En un par de semanas —contesto—. No queremos que pierdas clases importantes. 

Él asiente, pero su ceño fruncido me dice que no está de acuerdo. 

Antes de que podamos indagar, el abogado viene hacia nosotros por el ancho pasillo y se para frente a las puertas en las que está el juez que nos dará el veredicto. 

—En un minuto nos permitirán entrar —anuncia con ese acento británico tan marcado suyo—. El pequeño Charlie no podrá ir con nosotros, esperará aquí a que den el veredicto. Pero no se preocupen, no estará solo. Los padres de Albert acaban de llegar. 

El alivio me recorre al escucharlo decir esto último. No me gustaría dejar a Charlie aquí mientras estamos dentro, sé que su nerviosismo sólo aumentará si permanece sin compañía. 

En ese momento, los padres de Albert llegan y vienen a saludarnos antes de llevar a Charlie con ellos. Mi hijo me ve y luego a su a padre antes de irse, y no me pierdo la súplica en sus ojos. 

Dios, espero que todo salga bien. 

Las puertas se abren y un hombre con uniforme de policía nos indica que entremos. Hay un par de personas en las bancas y tres policías más. El juez aún no llega. 

—Aquí, por favor —señala el oficial a una mesa al frente y Tyler, el abogado y yo tomamos asiento. 

No pasan más de cinco minutos cuando un oficial anuncia:

—De pie para recibir al honorable juez Carrington. 

Cada persona en la sala se pone de pie y el juez entra. Cuando el hombre regordete y de mejillas sonrosadas se sienta en su silla, nosotros volvemos a nuestros puestos. 

—Hemos revisado con minuciosa atención las pruebas otorgadas por el abogado con respecto a la custodia de Charles Graham y el jurado ha llegado a un consenso. De pie, por favor. —Vaya, parece que esto va a ser rápido. Me levanto de inmediato con Tyler siguiéndome—. Viendo que los solicitantes, Tyler Maddox y Megan Pacciani, son sus padres biológicos y tienen todas las cualidades necesarias para darle un hogar estable al infante, hemos decidido otorgarles la custodia temporal a los solicitantes. Se llevarán a cabo varias visitas de parte de los servicios sociales de los Estados Unidos para asegurar que el niño esté bien cuidado antes de que les sea dada la custodia completa. —Alza el mazo y lo hace sonar—. Siguiente caso. 

El oficial que nos hizo entrar nos lleva fuera de nuevo. Todo el camino por el pasillo hacia la salida de la sala se me hace eterno, pero una vez estamos fuera, me lanzo sobre Tyler y chillo de alegría. Él me hace girar sobre su eje, riendo. 




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