Recordarnos

Capítulo 13

Capítulo 13

Tyler

 

Juro que no me estoy haciendo ilusiones. 

Lo juro por que todo el dinero en mi cuenta banco desaparezca ahora mismo. 

Ir a un restaurante/arcade con Charlie sosteniendo mi mano mientras Megan está a mi lado sonriendo verdaderamente feliz después de días tensos no está haciendo que mi cerebro se atonte y crea que estoy en el paraíso. 

Nada de eso. 

Estoy en el mundo real, sabiendo que ella no me quiere, que esto es solo por Charlie y por nadie más. 

Ajá. 

La chica de aspecto adolescente en la entrada nos sonríe con amabilidad y nos lleva a una mesa. El sitio es justo como creí que sería. A un lado está la hamburguesería a rebosar de gente, niños corriendo detrás de sus padres y el murmullo de la gente hablando mientras come. Al otro lado están los juegos, lugar del que se oyen sonidos de explosiones, carreras de coches, campanillas y risas. 

Charlie parece feliz, sonríe más brillante de lo que lo ha hecho en los últimos días, y siento que he hecho un buen trabajo. 

Nos sentamos a la mesa y decidimos lo que cada uno quiere antes de levantarme para hacer nuestros pedidos. No hay meseros, cada persona hace su pedido y lo retira, lo que tiene todo el sentido del mundo. Hago la fila, mirando de vez en cuando a Charlie y a Megan hablar y sonreír, y me pregunto qué bien he hecho para ganarme esta segunda oportunidad con ellos. Cuando es mi turno, le recito a la chica detrás de caja registradora lo que queremos y luego pago el total. 

No es la mejor idea comer y luego ir a los juegos, pero la madre de Megan le dijo que Charlie no había querido comer el almuerzo, se la pasó todo el rato jugando videojuegos en su móvil y no habló más de lo necesario. 

Estoy preocupado por él, su proceso de duelo me está matando por dentro, pero quiero darle su espacio para que encuentre una forma de salir a flote por su cuenta. Si lo empujamos a hacer algo que no quiere es probable que retroceda todo lo que ha avanzado y no es lo que queremos. 

Me informan que en quince minutos puedo regresar por mi pedido y vuelvo a la mesa, trayendo conmigo una porción de aros de cebolla. 

—¡Oye, Tyler! —me recibe el grito de Charlie—. ¿Sabías que una persona es completamente nueva después de años?

Frunzo el ceño, mirando a Megan. Ella solo me sonríe de regreso. 

—¿Cómo es eso?

—Las personas mudamos completamente la piel y nuestras células se renuevan después de diez años. 

Sonrío, alborotando su cabello.

—¿Dónde aprendes esas cosas, señor inteligente?

Sus mejillas se sonrojan un poco, pero su sonrisa se mantiene. 

—Mamá me compró un libro de curiosidades. —Se encoge de hombros—. Me gusta leer. 

Sufro una especie de deja vú, pero es como si me viera desde otro ángulo. Cuando era un niño me gustaba leer cosas sobre el océano y me la pasaba diciendo esas cosas a otras personas. Un día, cuando uno de los amigos de mi padre preguntó cómo sabía tales cosas, le respondí que me gustaba leer. 

—Eso es genial, Charlie, a mí también me gusta leer. 

Sus ojos brillan, emocionado ante la posibilidad de no ser el único al que le gusta la lectura. 

—¿En serio? —Asiento—. ¿Quieres que te preste mi libro?

Riendo, vuelvo a asentir. 

—Sí, por favor, si eres tan amable. 

Miro a Megan de reojo y me sorprende encontrarla con sus ojos en mí. No puedo descifrar lo que hay en su mirada, pero me gusta. 

Quiero que siga mirándome de esa forma. 

Comemos y rápidamente pasamos a los juegos. Compito con Charlie y lo dejo ganar cada vez, luego es turno de competir contra Megan y ella pierde legítimamente. No es buena en esto, puedo verlo. 

—Eres muy mala, Megan —se queja Charlie después de un rato y ella suelta una carcajada. 

—Lo siento, no puedo ser buena en todo. 

Ella me mira, buscando apoyo, pero lo único que puedo hacer es encogerme de hombros y darle la razón al niño. 

—Tiene razón, eres mala, nena. 

Charlie mira de uno al otro, su entrecejo arrugado. 

—¿Nena? —repite y caigo en mi error—. ¿Ustedes son novios? 

Megan abre la boca pero inmediatamente la cierra de nuevo. No sabe cómo responder, y me pregunto si se echó para atrás en eso de fingir estar juntos mientras obtenemos la custodia completa. 

Decido salvarla. 

—Eh, Charlie, nosotros…

—Sí, lo somos —interrumpe Megan, dejándome de piedra—. ¿Estás bien con eso?

Charlie asiente de inmediato. 

—Sí, yo quería que ustedes tuvieran algo para irnos a vivir juntos. 

Oh, por Dios. Nos hemos metido en un problema. 

—Oye, nada me gustaría más que vivir contigo, pero Megan y yo no queremos apresurarnos. —Intento sacarnos del aprieto—. Aún es muy pronto. 




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