Recordarnos

Capítulo 20

Capítulo 20

Megan

 

Estoy más nerviosa que Charlie, eso es evidente. Nos hemos levantado temprano con la llegada de Tyler que vino a ayudarme con el niño. Este sigue siendo un asunto complicado, incluso cuando todos intentamos animarlo anoche él sigue renuente a ir a la escuela, tener a Tyler en este momento es lo mejor para todos. 

Dejo a Charlie en el cuarto de baño de su habitación para ir a la mía y arreglarme para el día mientras se oye movimiento en la cocina. Tyler está haciendo el desayuno, un plato al que apodó la comida de los campeones y con la que prometió a Charlie que estaría enérgico y feliz el resto del día. El chico se veía más feliz luego de que su padre dijera tal tontería. 

A veces se conectan de una forma que no entiendo, pero que agradezco. 

Luego de tomar un baño rápido en el que dejo para esta noche el lavado del cabello, me visto y me maquillo, saliendo a la cocina sin tacones. Charlie está ahí, con la cabeza gacha. Me siento a su lado y beso su sien. 

—¿Estás bien? —Él asiente sin decir nada—. Puedes llamarnos en cualquier momento, lo sabes, ¿verdad?

Suelta un suspiro y me mira. 

—Voy a estar bien, tía Megan. 

Beso esta vez su mejilla y me giro hacia Tyler. Él nos está mirando con una emoción reflejada en su cara que prefiero no analizar. Ya la situación es demasiado complicada para ponerme a pensar en lo que tiene en mente. 

Y no quiero ser egoísta, no es por mí que lo hago, es que no puedo pensar en él y sus sentimientos cuando no tengo claro los míos. Es mejor dejar que pase todo este embrollo antes de decidir qué hacer con él y nuestra situación. 

—¿Todo bien? —pregunto, sacándolo de su ensoñación. Sacude la cabeza y asiente. 

—El desayuno está listo. 

Nos sirve un plato a cada uno, le da jugo de manzana a Charlie y para nosotros sirve café en dos tazas. Se sienta a mi lado cuando acaba y empezamos a comer. 

—¿Cómo es tener un hermano?

La pregunta de Charlie me toma desprevenida y asumo toda la culpa. Después de decirle anoche que no estaba en nuestros planes tener un hijo ahora, él dejó ir el tema bastante rápido. Debí saber que solo lo estaba posponiendo. 

Tyler ríe en silencio, bajando la cabeza para que Charlie no lo vea. Él no tiene hermanos, es evidente que me va a dejar toda la respuesta a mí. 

—Es tener a alguien que te va a apoyar siempre, incluso si no se llevan del todo bien. 

Charlie frunce el ceño. 

—¿Los hermanos no se llevan bien?

Río, recordando las peleas que tuve con Megara cuando éramos niñas. Eran peleas tontas, pero podíamos dejarnos de hablar durante días enteros hasta que nos olvidábamos del motivo. 

—No, la mayoría de los hermanos discuten entre sí, pero es la persona que más quieres en el mundo. 

Charlie suelta una exhalación que se me hace muy dramática y apoya el codo a un lado de su plato, descansando su cabeza en la mano. 

—Quiero un hermano —gruñe bajito y Tyler ríe una vez más. 

Le golpeo el brazo y él responde riendo más fuerte. 

—Tyler, ¿puedes callarte?

Reprime su risa, sellando sus labios, pero sus hombros siguen moviéndose con su carcajada silenciosa. 

—¿Por qué no quieren tener un hijo? —continúa Charlie—. No tendría que hacer amigos en la escuela porque ya tendría alguien con quien jugar en casa. 

Así que de ahí proviene toda su frustración y enojo. 

—Charlie, eres un chico increíble por el que los niños de tu clase se van a pelear para ser tus amigos, no tienes que preocuparte por eso. 

Se enfurruña, poniéndo mala cara y evitando mirarme. 

—Ya verás que no —refunfuña y se me hace de lo más tierno. 

—Y tú ya verás que sí. 

La conversación acaba y termino de comer para luego correr a mi cuarto y ponerme los tacones. Una vez lista, me uno a Tyler y a Charlie en la sala de estar. El niño ya tiene su mochila puesta y todavía parece enojado, pero también nervioso. Tyler me da una mirada tranquilizadora y agarra la mano del chico. 

—Vamos, no queremos llegar tarde a tu primer día de clases. 

Iba a tomar mi auto, pero no tiene sentido hacerlo cuando Tyler puede llevarnos al trabajo. Además, no quiero ir en autos separados cuando Charlie necesita unión en este momento. 

A una cuadra de la escuela, Tyler mira a Charlie por el retrovisor y le pregunta:

—¿Quieres que entremos contigo?

—¡No! —grita el niño rápidamente—. Puedo ir solo. 

Traducción: le apena que lo vean con sus padres.

Es justo, yo era igual a esa edad, odiaba que mis padres me llevaran dentro de la escuela porque los demás se burlaban de mí. 

Frente a la escuela, Tyler se detiene y se gira en su asiento. 




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