Capítulo 21
Tyler
Ella no se aleja, y lo tomo como una invitación a continuar.
Creí que me daría un empujón en el primer acercamiento y estoy sorprendido y a la vez agradecido de haberme equivocado. He estado deseando esto desde hace tanto tiempo que temo que sea una ilusión. Sin embargo, voy a seguir adelante, ilusión o no.
Deshago el poco espacio entre nuestros labios y la beso, soltando un suspiro de satisfacción. Ella sabe tan bien como siempre y evito a toda costa demostrar desesperación, pero la forma en que me aferro a sus caderas deja ver lo que intento ocultar.
Megan deja ir un sonido entre sorprendido y satisfecho y abre su boca para mí. Deslizo mi lengua dentro de su boca y la realidad me golpea fuerte. Esto es demasiado bueno para ser producto de mi imaginación.
Me aprieto contra ella y muevo mis labios con más fiereza. Sus manos van a mi cabello y tira de ellos, arrancándome un gemido.
Sus sonidos, su toque, toda ella es mi propio paraíso personal.
—¡No! —El grito de Charlie hace que nos alejemos de sopetón. Está en la puerta de la cocina con el gesto torcido—. Qué asco, no hagan eso frente a mí.
Río, dando un paso atrás y pasando una mano por mi cabello.
—No estabas aquí, amigo.
—¡Pero sabían que regresaría rápido! —exclama indignado.
Megan ríe, pero noto sus hombros tensos y evita mirarme a los ojos. La felicidad de haberla besado se desvanece y trago duro.
No debí hacerlo, ella no está preparada. Fui muy rápido y ahora corro el riesgo de que se aleje de mí.
Salgo de la cocina y me siento junto a Charlie, centrándome en él.
La cena transcurre sin más acontecimientos interesantes salvo las historias que Charlie nos cuenta sobre lo que hizo en la escuela. Estoy feliz de que las cosas hayan salido bien para él, estaba nervioso por su rendimiento en el área de la socialización, pero parece que todo está en marcha y con un buen ritmo.
Megan, por su parte, se comporta como siempre, pero en todo el rato solo me mira una vez y porque le hago una pregunta directa. Ni siquiera cuando le pido que me pase el queso parmesano ella me mira.
Cuando la velada acaba y Charlie se va a su habitación, me rasco la cabeza mientras pienso en una forma de disculparme. Nada de lo que viene a mi mente me parece apropiado y prefiero ser directo.
—Es hora de irme —anuncio, saliendo de la cocina luego de poner los platos en el lavavajillas—. Pero antes quería… pedir disculpas por haberte besado.
Ella frunce el ceño, dándome su atención de verdad por primera vez en más de dos horas.
—¿Qué quieres decir?
Dejo ir una exhalación que me quema el pecho. No quiero disculparme por algo que me gustó, pero cuando ella no está cómoda con lo que pasó me hace sentir mal.
—Estás tensa desde que nos besamos y no quiero que sea un motivo para alejarnos. —Me aclaro la garganta, este asunto con ella me pone más inquieto de lo que creí—. No quiero propasarme o hacerte sentir incómoda a mi alrededor, así que hagamos como que el beso no pasó.
Es evidente el alivio en ella, sus hombros descienden y se le nota relajada.
—No tienes que disculparte, Tyler, solo déjame adaptarme a ello. —Pasa saliva y veo cómo su garganta sube y baja por el esfuerzo—. No es que me arrepienta, es que no quiero apresurarme a algo que luego vaya a lastimarnos a ambos.
Entiendo su punto y sus palabras me hacen sentir mejor. Asiento y esbozo una sonrisa pequeña.
—Iremos al ritmo que tú pongas, Megan —asevero, acercándome a ella para poner una mano en su mejilla—. No volveré a besarte, no hasta que me pidas que lo haga, hasta que estés segura de ello. ¿Está bien?
Creo ver un deje de decepción en su expresión, pero desaparece tan rápido detrás de su sonrisa que temo haberlo imaginado.
—Gracias por darme mi espacio.
—Lo que quieras, nena. —Beso su frente y camino hacia la puerta—. ¿Paso por ustedes mañana?
Abro la puerta y miro sobre mi hombro, esperando una respuesta. Ella asiente lentamente.
—Sí, eso sería genial. —Me sonríe, y esta vez no es un gesto tenso o de disculpas—. Hasta mañana, Tyler.
—Hasta mañana, nena.
✧✧✧
Megan y yo nos sentamos frente a la terapeuta unos días después, ambos nerviosos por lo que nos tiene que decir.
Luego de la sesión con Charlie, nos pidió a ambos que la acompañáramos dentro mientras él se entretiene en un área de juegos, esperando por nosotros. No tengo idea de lo que quiera hablar con nosotros, pero cuando nos llamó parecía seria y eso me puso alerta.
¿Está pasando algo con Charlie que no hemos notado?
—Él está mejorando —dice después de unos momentos de silencio—, esta última sesión fue muy buena, pero hay algo que lo tiene preocupado.