Capítulo 28
Charlie
Maggie me está dejando hacer lo que quiera sin hacer preguntas, creo que la tía Megan y Tyler le han contado lo que pasó. Aunque creo que el término correcto para referirme a ellos es llamarlos mamá y papá, ¿no?
Estoy muy confundido ahora. No sé qué sentir luego de enterarme de que Megan y Tyler son mis verdaderos padres y no mamá y papá.
¿A ellos debería llamarlos Annie y Albert?
Se siente muy extraño referirme a ellos por sus nombres hasta en mi mente y no se siente bien, pero tampoco se siente bien quitarles el puesto tan importante que ahora tienen mi vida la tía Megan y Tyler.
No sé qué hacer ahora mismo.
Ya tengo tres días con Maggie. La tía Megan y Tyler vienen a traerme ropa cada mañana y llaman para saber cómo estoy cada noche, y aunque estoy enojado con ellos, que estén pendientes de mí me hace sentir querido.
¿Pero me querían cuando me dejaron con otras personas?
Esa pregunta me la hago a cada momento.
Dejo la consola de videojuegos a un lado y me siento en la cama. Huele muy bien, creo que Maggie está haciendo la cena. Ellos me han tratado muy bien desde que llegué, y me gusta que me hayan dejado quedarme en la antigua habitación de Tyler. Es genial, me gusta todo lo que hay aquí.
Pero me hace extrañarlo.
¿Se puede extrañar a alguien con el que estás enojado?
Supongo que sí, porque lo hago. los extraño a los dos. Estas últimas semanas con ellos habían ido bien, estaba feliz aunque la muerte de mis padres seguía doliendo, y pensé que las cosas podrían arreglarse pronto. Pero tuvo que venir el tío Henry a revelar el secreto más grande de mi vida.
Alguien llama a la puerta y enderezo la espalda, preparado para que Maggie o su esposo me digan que baje a cenar. Es ella, que entra a la habitación con una sonrisa, pero este muere al verme a la cara.
Supongo que me veo muy triste.
—¿Pasa algo, Charlie?
Me encojo de hombros. No sé cómo decirle lo que estoy sintiendo y tampoco sé si quiero hacerlo.
—No lo sé —respondo bajito.
Ella cierra la puerta y atraviesa la habitación para sentarse a mi lado.
—¿Quieres hablar de lo que está pasando?
No estoy seguro, hay un revoltijo en mi cabeza. ni siquiera tuve el valor de contarle a la terapeuta lo que estaba pasando, incluso cuando Tyler y Megan le contaron que yo sabía todo, ella me dejó decirle lo que yo quería y me prometió que hablaremos de lo que me aquejaba la próxima semana cuando me sintiera mejor al respecto.
—Tal vez, hablando te sientas mejor —vuelve a hablar Maggie cuando yo no respondo—. Cuando las cosas se guardan durante mucho tiempo, se van haciendo más grandes y duelen más, y solo te alivia compartirlas con alguien.
¿Será cierto?
Yo quiero que deje de doler, quiero dejar de estar enojado. Solo quiero entender lo que está pasando en mi cabeza.
Tal vez debí hablar con la terapeuta.
Pero ahora está Maggie, y aunque ella no es doctora, también puede escucharme, ¿verdad?
—Estoy enojado con Tyler y la tía Megan —admito en voz baja y Maggie asiente.
—¿Y por qué estás enojado con ellos?
Ella lo sabe, pero me va a hacer decirlo en voz alta.
—Porque me regalaron cuando era bebé.
Maggie suspira.
—Bien, empecemos por ahí, ¿está bien? —Asiento y dejo que ella tome mi mano entre las suyas—. Megan y Tyler eran prácticamente unos niños y estaban muy asustados cuando supieron de ti, y tomaron la decisión de dejarte con alguien que no tenía miedo de tenerte y cuidarte. No te regalaron, hicieron lo que era mejor para ti.
Frunzo el ceño.
—Pero me dieron a otras personas, no quisieron quedarse conmigo.
—Sí —admite Maggie—, pero lo hicieron por tu bien.
Arrugo la nariz. No le creo, ellos no querían tenerme y por eso me regalaron a otras personas.
Maggie debe leer mis pensamientos, porque dice:
—Puedes estar molesto por que no te lo dijeron, por haber guardado un secreto como eso durante mucho tiempo, incluso puedes enojarte por que te dejaron al cuidado de Annie y Albert, pero debes entender una cosa.
—¿Y qué es eso que debo saber?
Maggie me sonríe y eso me hace sentir bien, como si tuviera a alguien de mi lado en este problema.
—Que el amor, Charlie, no significa quedarte con la persona amas, a veces el mayor acto de amor es dejar ir a alguien que podemos lastimar. —Se sienta mejor en mi cama, todavía sosteniendo mi mano—. Tyler y Megan no estaban preparados para darte una buena vida, estaban en un punto de sus vidas en las que no sabían cómo hacer las cosas bien, así que decidieron dejarte en manos de dos personas que iban a darte todo el amor y estabilidad que necesitabas.
Viéndolo de esa forma, las cosas no se ven tan mal.