Capítulo 29
Megan
Mis manos tiemblan mientras Tyler se estaciona frente a la casa de su madre. Ella nos llamó anoche para decirnos que Charlie quería que lo lleváramos a la escuela, y fue un alivio escucharlo. Tyler y yo llevamos tres días en la oscuridad con respecto a lo que quería Charlie a continuación.
Me estaba desesperando en casa, Tyler igual, y no teníamos ni idea de qué hacer a continuación. Sabíamos que teníamos que darle tiempo a Charlie, que él necesitaba llegar a una conclusión por sí mismo sin que ninguno de nosotros interviniera, pero me moría poco a poco por dentro al saber que estaba sufriendo y era nuestra culpa. Que Maggie nos llamara anoche para decirnos que él quería que lo lleváramos a la escuela hoy fue como recibir un poco de luz luego de tres días de oscuridad.
Sin embargo, no sé cómo están las cosas con él ahora. Maggie no nos explicó qué quería ni nos dijo si él había dicho algo más. Creo que se lo está guardando para que Charlie sea el que nos lo diga, pero eso solo hace crecer mi ansiedad.
—Tranquila, nena —musita Tyler a mi lado, mirándome de reojo mientras conduce hacia la casa de su madre—. Vamos a solucionar esto, estoy seguro.
Suelto un suspiro y me cruzo de brazos, evitando que mis manos tiemblen.
Espero de todo corazón que así sea y que las cosas con Charlie se solucione, no sé qué voy a hacer conmigo misma si decide que va a pasar más días con Maggie y el Sr. Maddox.
Cuando Tyler se estaciona frente a la casa de sus padres, soy una bola de nervios que no sabe qué hacer consigo misma, y cuando Maggie sale de la casa, sola, todo se derrumba dentro de mí con la creencia de que Charlie ha cambiado de opinión.
Salgo del auto y lo rodeo, esperándola en la acera.
—¿Él ya no quiere hablar con nosotros? —pregunto con la voz en un hilo—. Se ha arrepentido, ¿cierto?
Maggie adopta una expresión de simpatía que me pone aún peor.
—Megan, tiene que calmarte —dice Tyler con voz firme—. No puedes hablar con él en ese estado.
Tiene razón, pero no sé cómo poner mi cabeza en orden. Doy media vuelta, cierro los ojos y cuento hasta diez mientras tomo respiraciones profundas. Es un ejercicio de respiración que me enseñó mi terapeuta y que espero que funcione en un momento como este.
Los latidos de mi corazón van calmándose de a poco y mis manos dejan de temblar. Me siento mucho mejor y creo que puedo sobrellevar la situación mejor de lo que iba a hacerlo hace unos minutos.
Me vuelvo hacia ellos de nuevo, Tyler me está observando con preocupación y Maggie ahora me sonríe como si supiera lo que me está costando.
—Vine a decirles sobre la conversación que tuve con él anoche antes de que lo lleven a la escuela —explica la razón de haber salido sola de casa y quiero golpearme por pensar lo peor sin tener idea de lo que está pasando en realidad.
—Eso sería de gran ayuda, mamá —admite Tyler, viniendo a ponerse a mi lado y llevando su mano a mi espalda para acariciarla con ternura.
Su toque me ayuda a terminar de poner mi mente en orden y me pregunto por qué no le pedí que lo hiciera antes.
—¿De qué hablaron? —cuestiono a Maggie y ella cierra el espacio restante que nos separaba.
—Él no sabía cómo ordenar en su mente que tiene otros padres que no sean aquellos que lo criaron, no quería que Annie y Albert dejaran de ser sus padres. Así que le expliqué que ellos no tenían que dejar de ser sus padres, que podía tenerlos a ellos y a ustedes en ese renglón.
Oh, vaya, la mente de los niños trabaja de formas complicadas muchas veces.
—Gracias por hacer esto por nosotros, mamá, te debemos mucho.
Ella agita la mano, restando importancia al comentario de Tyler.
—Lo hago feliz, ese pequeño es mi alegría más grande en mucho tiempo.
—También la nuestra —sollozo, y me limpio las lágrimas que se han saltado de mis ojos.
—Hay algo más. —La sonrisa de Maggie muere—. Él está enojado porque lo dejaron con otras personas, cree que ustedes no lo querían. Le expliqué un poco sobre lo que te llevó a hacer lo que hiciste cuando lo dejaste en manos de Annie, Megan, pero será mejor que lo escuche de ustedes.
Asiento, sabiendo que eso va a ser una complicación, sobre todo para un pequeño que no puede entender del todo que sus padres no estaban preparados para cuidarlo.
—Bueno, eso va a tomarnos más tiempo, pero podemos con eso.
—Y él no sabe que dejaste a Megan sola, Tyler —acaba de decir Maggie—. Lo mejor será que no lo sepa nunca, de ser posible.
Ese va a ser un secreto que pretendo llevarme a la tumba. Mi bebé no tiene que saber los pormenores de nuestra separación hace mucho tiempo, eso es algo entre Tyler y yo, incluso si el motivo fue el embarazo.
—Te lo agradezco mucho, mamá. —La voz de Tyler se quiebra y esta vez soy yo la que acaricia su espalda para hacerlo sentir mejor.
—Iré a buscarlo.
Ella se aleja en dirección a la casa y desaparece dentro. Un minuto después, Charlie sale por la puerta, trayendo consigo la mochila que trajo hace unos días. El alivio me recorre, eso quiere decir que va a regresar al apartamento con nosotros.