Recordarnos

Capítulo 30

Capítulo 30

Tyler

Luego de la conversación con Charlie ese día en el parque, las cosas han ido mejorando. A veces se lo ve triste y dice que es por Annie y Albert, así que le hemos estado dejando pasar su luto ahora de una forma diferente. Adicionado al dolor de haberlos perdido el chico se ha enterado de que ellos no eran sus padres biológicos, tiene sentido que haya regresado unos pasos con respecto a su recuperación.

La terapeuta nos dijo que era normal que se sintiera de esa forma, que teníamos que dejarlo manifestar sus sentimientos, que era sano que el niño los demostrara e hiciera algo al respecto.

Hace unos días, nos dijo que no estaba preparado para llamarnos papá y mamá y nos preguntó si podíamos seguir siendo la tía Megan y Tyler. Me causó un poco de gracia que él estuviera tan temeroso de hacernos aquella pregunta, él no sabe que nosotros seríamos capaz de darle el mundo entero si nos lo pide. Megan le explicó que podía llamarnos como él se sintiera cómodo y una tensión que había estado pesando sobre él durante días, desapareció.

El tío de Charlie, el idiota que nos delató e hizo de esto un drama innecesario, ha estado insistiendo para que la corte considere su decisión y nos quiten la custodia de Charlie. El abogado nos llamó anoche para hacernos saber que tiene una respuesta con respecto a su petición y nos la va a dar hoy.

Estamos ansiosos por saber qué va a pasar. No queremos que nos quiten a Charlie y estoy dispuesto a pelear con uñas y dientes por su custodia, no importa que esto nos tome años. Sin embargo, sé que esto no va a ser bueno para mi hijo y estamos rogando para que el juez niegue la petición de ese hombre.

—Él no puede quitarnos a Charlie en serio, Tyler. —Megan lleva media hora despotricando en contra de Henry en mi oficina, ninguno de los dos ha estado del todo en el trabajo el día de hoy y eso nos va a atrasar, pero a ninguno de los dos nos importa demasiado—. No se lo podemos permitir, el juez no se lo puede permitir. ¿Y esa decisión no debería ser tomada por un juez en Londres? Fue allá que nos dieron su custodia.

—El abogado explicó que fueron ellos los que enviaron una respuesta por medio del abogado de Annie y Albert.

Ella detiene su andar y sus hombros se hunden.

—Estoy tan asustada, Tyler.

Me levanto, rodeo el escritorio y le envuelvo con mis brazos, besando su cabeza. todavía me parece un sueño que ella por fin sea mía, que estemos juntos al fin. Es algo que no doy por sentado porque hemos sufrido mucho para estar aquí.

—Todo va a estar bien, Megan, él no tiene objeciones en nuestra contra. —Empiezo a enumerar razones—: Somos económicamente estables, somos su padre biológicos, él quiere estar con nosotros, Annie y Albert decidieron que él se quedaría con nosotros y el juez ya había llegado a la conclusión de que éramos la mejor opción para Charlie. Tenemos la de ganar.

Ella se funde en mi abrazo, soltando un largo suspiro.

—Tienes razón, podemos hacer esto. —Se separa de mí, sonríe y se pone en las puntas de sus pies para besarme.

Me encanta besarla, el día se hace mejor inmediatamente cuando la beso y los problemas no parecen ser tan grandes como creía. Sin embargo, y para mi decepción, ella se separa de un salto cuando su móvil suena.

—Es el abogado, debe haber llegado.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo sabes que es el abogado?

—Le puse un tono especial para saber que era él.

Esta chica va a ser mi muerte.

—No me causa gracia que hayas puesto un tono diferente de llamada a otro hombre, Megan.

Me dirige una sonrisa divertida y guiña un ojo.

—Tengo que mantenerte alerta, cariño. —Desliza su dedo sobre la pantalla del móvil y se lo lleva a la oreja—. Buenas tardes… Por supuesto, lo estamos esperando… Sabe cuál es la oficina. —Ella sonríe—. Muchas gracias. —Pone fin a la llamada y se gira hacia mí—. Él está subiendo.

Los nervios que estaba intentado ocultar se hacen más fuertes y me paso la mano por la cara mientras me digo que todo estará bien. Megan no toma asiento ni se mueve del lugar en el que está parada, pero yo no puedo mantenerme de pie o siento que voy a desfallecer en cualquier momento.

Exáctamente cinco minutos después, el abogado entra a la oficina y Megan le indica que se siente para luego venir a pararse a mi lado. Se está moviendo inquieta de un pie a otro y sé que, si le digo que se siente, se va a negar en rotundo.

Voy a dejarla ser una bola de energía mientras esto sucede, luego voy a besarla hasta que se le olvide todo esto.

—Señores, trataré de hacer esto rápido —declara el abogado, dejando su maletín a un lado de su silla—. La esposa del Sr. Graham llamó a servicios sociales, tanto en este país como los de Inglaterra y nos puso al tanto de algunas cosas que están pasando con Henry Graham.

Megan pone una mano en mi hombro y lo aprieta. Pongo mi mano sobre la suya para hacerle saber que estamos juntos en esto.

—¿Qué dijo ella?

El abogado suelta un suspiro cansado.

—El Sr. y la Sra. Graham están en trámites de divorcio, parece que él ha estado maltratando verbalmente a su esposa e hijos. —El abogado posa el tobillo sobre su rodilla y entrelaza sus manos sobre su estómago—. Ella le contó a la persona que lleva el caso de Charlie que Albert y Annie Graham iban de camino a ver a Henry porque él le insistió en que los ayudara a convencer a su esposa de no divorciarse, esa fue la mañana del accidente.




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