Recuérdame una canción

Obertura: Clave de Sol

El bullicio me hace preguntarme nuevamente ¿Qué carajos hago aquí? Fugada de mis padres en un concierto de un tipo que no conozco vestida con un vestido brilloso que aprieta hasta los pecados que no he cometido.

El estadio vibra, las luces se encienden y al fin aparece él, tras una larga y angustiante espera: Nico B. Chaqueta de cuero, guitarra colgada y esa seguridad de “sé que soy guapo, gracias”. Abby entra en trance y grita mandando mi tímpano a la ruina:
—¡Siena, nos está mirando!

Yo pienso que lo único que nos mira es el sudor colectivo.

Mi mala memoria tenía a Nico B como algún compositor de canciones infantiles o un guitarrista de poca monta, error, según Abby, era como confundir al Papa con el cartero. Ella juraba que era la voz de Italia, el hombre de los sueños húmedos de medio país y un dios moderno con guitarra incluida.

La música arranca, estruendosa. Y entonces empieza a cantar una canción que me hace fruncir el ceño:

"Eres mi nota escondida,
la que vibra aunque el mundo calle,
mi Sol en la clave perdida,
la melodía que nadie sabe."

Algo se me revuelve dentro. Esa letra me suena… rara. Familiar. Como si describiera algo mío, algo que no logro atrapar. Me digo que es una estupidez, pero no dejo de sentirlo.

Nico canta con los ojos cerrados, todo intenso, como si estuviera invocando espíritus musicales. El público llora, grita, se desmaya. Abby me agarra la mano con histeria religiosa y yo solo intento respirar para contener el sentimiento de familiaridad.

"En el pentagrama de mi vida
eras la línea que me daba voz,
mi silencio se volvía melodía
cuando aparecías tú, mi Sol."

Y de repente, él abre los ojos.

Y me ve.

No a la multitud, no a Abby que parece poseída. Me ve a mí. Y lo sé porque en ese segundo deja de cantar. La guitarra sigue sonando, los músicos siguen tocando, pero él se queda congelado, mirándome como si hubiera visto a un fantasma.

El estadio entero ruge confundido, Abby salta diciendo “¡ME MIRÓ A MÍ!”. Yo no digo nada, pero mi cabeza grita: ¿Qué demonios está pasando aquí?

La canción muere en seco llevándose mi tranquilidad.




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