Recuerdos Y Promesas Al Mediodía

IRRITABILIDAD

IRRITABILIDAD

Tendencia a irritarse (causar ira, enojar.) fácilmente.

Sinónimo: susceptibilidad.

 

Casi caigo de no ser por Jair quien logró sostenerme.

Las cosas se estaban volviendo un poco confusas y de fantasía; ¿enserio podrían existir este tipo de coincidencias? Vaya vida la mía.

—Uh, lo siento mucho. Una disculpa. —El chico no se había dado cuenta de que hablaba con la misma chica que había sido una grosera en el bus aquella mañana o tarde, la verdad no recuerdo la hora en la que nos encontramos aquel día.

El niño solo ríe mientras el chico intenta desatar el juguete de mi falda. Yo logro reincorporarme e intento ignorar a Jair mientras ofrezco mi ayuda para que logremos deshacer ese enredo.

—Oh no hay problema, haber permíteme, es mi falda. —Exclamo, entonces el chico deja mi falda y es como consigo desatar el juguete que ha sido el causante de todo este circo.

Por lo menos ahora la situación con Jair estaba siendo ignorada, se había puesto en segundo plano.

—Listo, no era nada del otro mundo. —Exclamo mirando mi falda; Hansel se molestaría porque al parecer se ha dañado un poco, y ahora tendrá que componerla.

—Lo siento mucho, enserio, creo que Kris debe de tener cuidado por donde… corre. —Y fue hasta ese momento que el chico se dio cuenta de con quien estaba hablando, intentó sonreír, pero en ese instante lo miré seria. No estaba lista para ser amigable con él, y claro que lo notó, porque de inmediato tomó la mano de su pequeño acompañante y lo atrajo hasta él, para colocarlo frente a mí. —Y bien Kris, ¿no tienes algo que decir? —El niño miró mi falda, luego su juguete y luego a mí, su expresión me lo dijo todo, solo que aun así esperaba muy entusiasta su comentario.

—Deberías de usar otra ropa; es fácil que los juguetes como los míos se atoren en esas cosas. —Dijo señalando mi falda. Arquee ambas cejas fingiendo estar ofendida, y obviamente el chico lo comprendió y sacudió ligeramente al niño. Intenté no reír.

—Oye, eso no…—Antes de que lo continuara regañando decidí intervenir.

—Y tú no deberías de correr por donde hay muchas personas; se puede atorar fácilmente con cualquier cosa. —Él niño negó.

—No, fue tu falda la culpable. Oh no. —De pronto pareció pensar en un mejor ataque. —Tú fuiste la culpable. Seguro planeabas robarlo. —Era obvio que había entendido mi juego, aunque claro que nuestros acompañantes no lo habían hecho.

—Bueno, pues si para la próxima tu juguete se atora conmigo, aunque use cualquier otra prenda, el juguete será mío. —A veces jugar de esta manera con los niños resultaba divertido. —¿Aceptas? —El niño pareció pensárselo mucho, pero al final accedió.

—Bien, entonces, espero vernos pronto…—Se quedó pensando en qué debería de decir y yo decidí ayudarle un poco.

—Seraphine, con e al final. —Muchos escribían Seraphina, con a.

—¿No pronuncias la e al final? —Negué. —Wow, que original. El mío es Kris, solo Kris, con K. —Asentí sonriendo, extendí mi mano para saludarlo y él la aceptó.

—Bueno, Kris con K, espero que nos veamos pronto.

—Lo mismo digo, Seraphine con e. —Y sin más el niño caminó como si de un adulto se tratará. El chico que venía con él solo nos miraba, entonces Kris con K tuvo que regresar por él. —Vamos, hermano, mamá nos espera para comer.

Y solo así el chico reaccionó, movió su mano en el aire despidiéndose de nosotros, el único en corresponderle fue Jair.

Mientras se alejaban no podía pensar en que ese niño era muy divertido, aunque una cosa me dejo pensando; algo que alcancé a escuchar con el oído desarrollado que tenía;

—Ella me recuerda a Feli. ¿A ti no?

No vi que reacción tuvo el chico porque Jair me trajo de nuevo al tema que estábamos tratando.

—Creo que tenemos que terminar algo, ¿no? —Asentí.

De pronto mi cambio de humor se hizo presente; Kris con K me había distraído un poco, pero eso no significaba que olvidará lo que tenía que decirle a Jair.

—Sí, pero será en el camino, me quiero ir. —Jair intentó decir que no, sin embargo, le lancé una de esas miradas que le decían todo y entonces se quedó callado.

—Bien. —Fue lo único que dijo y entonces caminamos de regreso a donde había dejado el auto.

El camino a casa podría parecer un buen momento para hablar, poque no quería que pasara a mi lugar seguro; así que en algún punto en medio del silencio que de pronto se formó decidí hablar.

—No creo que sea el momento adecuado para decirme esas cosas, Jair. Ninguno de los dos está en condiciones de pensar en esos temas; acabo de pasar un proceso y es que en realidad no sé si lo completé; tengo que cerrar ciclos, tengo que pensar en mí antes que en otras cosas que podrían no ser benéficas en este momento. No me parece justo que hagas ese tipo de comentarios, son tan innecesarios en este momento.

Jair estaba concentrado manejando, aunque eso no quitaba el hecho de que podía escucharme y podía responder; aunque creo que yo estaba siendo muy imprudente al hablarle mientras conducía.




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