CULPA
Mecanismo en el que, a partir de un acto u omisión, se realiza un “juicio moral” de la conducta (incluso de los pensamientos) y se “dictamina” que se ha cometido un error y se debería tener un castigo.
Cuando Ryan y yo teníamos once y seis años respectivamente, y solíamos ir al mismo colegio, recuerdo que solíamos mantenernos al tanto sobre todo lo que nos pasaba, pero sabía que debía de aprender a cuidarme por mí misma; muy aparte de que Hansel estaba conmigo, recuerdo que mi hermano siempre me decía que debía de aprender a cuidarme sola, ya que no siempre iba a tenerlo a él o Hansel.
Y recuerdo perfectamente que desde entonces tuve ese pensamiento de que seria Hansel quien siempre estaría a mi lado, porque sencillamente Ryan por ser mayor que yo algún día haría su vida, se casaría y tendría hijos, tendría su propia familia, y entonces sus prioridades cambiarían.
Sin embargo, Hansel y yo siempre seriamos mejores amigos, y haríamos que nuestros hijos también lo fueran; planeábamos hacerlo todo juntos, incluso planeábamos nuestras respectivas bodas; aunque hasta ahora las parejas que teníamos no terminaban llevándose bien, y entonces nos dejaban porque pasábamos más tiempo entre nosotros que con ellos; tampoco es que me sintiera lista para tener a alguien a mi lado.
Muy a pesar de todo lo que pudiera ocurrir en el futuro, sabía que podía contar con ellos en lo que necesitara.
Incluso sabía que estaría ahí para cuando ellos me necesitaran, sabía que yo también tenía que ser ese apoyo para ellos.
Así que, recuerdo perfectamente la primera vez que Ryan se metió en un problema por mi culpa.
Un niño que estaba en el otro grupo del mismo grado que mi hermano, comenzó a molestarme solo porque había ganado en un concurso a su hermano menor.
Me insultaba; siempre tuve esa complexión gorda que no me gustaba, entonces era el blanco de todas esas burlas que se les ocurrían a los más grandes.
Y luego cuando Ryan se enteró, golpeó al chico; y las cosas no pararon ahí, porque gracias a eso aquel tipo descubrió que Ryan era mi hermano y comenzaron a molestarlo a él.
Cada que alguien se atrevía a defenderme ese alguien salía herido.
Incluido Hansel.
Y no dejó de ser así ni siquiera cuando Ryan ya estaba en la universidad.
Cuando estaba en secundaria y no tenía a Hansel conmigo y las cosas se complicaron porque cada vez Ryan me defendía más, porque sin que yo lo supiera él seguía siendo el blanco de todas esas bromas, llegué a un límite, y quizás esa fue la razón por la que él apoyó mi decisión de irme de casa, de ir a estudiar a la misma preparatoria de Hansel.
El día que mi limite llegó, mi mente tampoco podía más.
Ryan llegaba golpeado cada vez peor; al menos las pocas veces que se atrevía a venir.
Hansel seguía siendo burlado en la escuela a la que iba por ser amigo de una chica horrenda.
Y las personas a mi alrededor que se atrevían a defenderme de esos ataques eran igualmente atacados.
Así que tomé aquel día, estando sola en casa, tomé uno de los rastrillos de papá, lo rompí de modo que solo tuviera las navajas, me metí a la bañera y me recosté mientras esta se llenaba; miré mis brazos, aquel día estaba más pálida de lo normal, y mis venas se veían perfectamente; sin pensarlo más corté lo más profundo que pude soportar, y esperé.
No sabía cuánto tiempo le tomaría a alguien encontrarme; era lunes, y Hansel llegaba los sábados en la mañana; Ryan no solía venir seguido y mis padres se la pasaban en el hospital. Ni siquiera la mujer que ayudaba con la limpieza en la casa podía encontrarme pues mi habitación siempre estaba limpia.
Me di cuenta en ese momento, mientras la sangre se derramaba por mis brazos, que nadie notaria mi ausencia, que todo seria tan solitario y en ese momento me sentí tranquila.
Los minutos siguientes los pasé como si estuviera intentando dormir; el silencio, y la calidez del agua cubriendo mi cuerpo, todo se sentía tan relajante, incluso la calidez de la sangre brotando de mis brazos,
En algún punto sentí que todo había terminado y que el dolor que sentía ya no estaba presente y que jamás regresaría; que la carga que resultaba mi vida en la vida de los demás había desaparecido de la faz de la tierra; y en ese instante fui feliz.
Pero entonces, mi cuerpo volvió a la vida; mis ojos se abrieron poco a poco y sentí como si algo o alguien me hubiera aplastado.
¿En qué momento llegué aquí?
Recuerdo haber dejado de escuchar cualquier cosa, recuerdo que mis ojos se cerraron, pero… ¿cómo fue que terminé en este hospital?
Revisé mi cuerpo, lo más que pude ver porque no podía moverme mucho, en ese momento me di cuenta de lo que estaba ocurriendo; estaba atada a la cama, mis brazos no podían moverse en ninguna dirección y mis piernas dolían si intentaba tirar de ellas. Comencé a gritar para que alguien fuera a mi ayuda; y ahí fue donde apareció él.
Recuerdo la expresión que llevaba en el rostro; entonces descubrí el verdadero significado de culpa: él estaba destrozado y todo era por mi culpa.