RECUERDOS Y PROMESAS; NO ESTAS SOLA
Recuerdos
Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló.
Promesas
Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo.
Regresar
Volver al lugar de donde se partió.
El sabor de la comida.
Los cálidos abrazos.
Su sonrisa tan deslumbrante.
Todas esas miradas llenas de amor, de cariño.
Nunca pensé que las extrañaría tanto, y tampoco imaginé lo mucho que las apreciaría a partir de este momento.
Regresar significó muchas cosas, pero creo que lo he hecho más por las palabras que se quedaron grabadas en mi mente aquel día, en nuestro cumpleaños número veinte, cuando Hansel y yo estábamos pasando por el momento más difícil; supongo que por más que huyera de mi pasado y de mis problemas con respecto a mi alimentación y por ende con mi peso, ellos siempre nos iban a alcanzar; y esta vez no fue la excepción.
Tuve que regresar a las sesiones con el psicólogo, luego de eso tuve que retomar las consultas con el nutriólogo y por último tuve que pasar varias evaluaciones para poder determinar si debía o no de ser internada nuevamente; las cosas estaban resultando más pesadas de lo que nos habíamos imaginado y más de lo que ya habíamos cargado, soportado.
Y a este punto, comenzaba a creer que toda esa carga debería de ser solo mía, y que Hansel debía de continuar con su camino sin nada sobre sus hombros; sin embargo, él me había reiterado una y mil veces más desde que le plantee la idea; que él no pensaba dejarme sola.
Eso en lugar de hacerme sentir apoyada, parecía que se asentaba en mí como un nuevo recordatorio de que solo soy un estorbo y una carga en la vida de las personas que me rodean, además se activó ese pensamiento de que Hansel seguro solo lo hacía por lastima, y que eso me debería de hacer sentir mal pues él estaba renunciando a su vida y a sus sueños solo para poder apoyarme a mí.
Sin embargo, él nunca me dejó sola ni un segundo y gracias al cielo que Isabella lo comprendió y debo de reconocer que ella fue parte fundamental de nuestro pequeño desapego que sufrimos el ultimo año antes de que ocurriera lo que aquella mañana.
Aun así, sentía como si nuestra vida hubiera dependido solo de ambos, solo de lo que sentía el otro, basándonos en esa promesa de estar siempre el uno para el otro; cosa que solía hacernos daño sin siquiera darnos cuenta.
Regresar también significaba recordar esas promesas, recordar cada palabra y cada acción que resultaron favorables para dejar de sentirme miserable; pero también significaba recordarlo a él con mayor intensidad, porque la mujer que lo había traído al mundo me recordaba mucho a él; y como no, si eran madre e hijo, y siempre lo serian.
El brillo en sus ojos al verme me recordaba a aquellas veces en las que me miraba antes de irse de casa, sabiendo que había tenido un ataque de pánico, o que había llorado la mayor parte de la noche.
El suave toque de sus pulgares sobre mis mejillas limpiando mis lagrimas era el mismo que él me proporcionaba cuando me encontraba llorando.
Puede que existan más cosas en ella que me recuerden a su hijo y que seguramente me dolerán mientras la siga viendo.
Pero ya no es momento de huir, más bien debo de aprender a enfrentar la realidad de la manera correcta; de una manera en la que pueda hacerlo sentir orgulloso de mí; que si está mirando desde allá arriba pueda sentir que lo puedo hacer bien sin él.
—Te extrañé demasiado, Seri. Cuando me di cuenta de que no había nadie en casa, supuse que estarías en el hospital, así que fui y tu compañera, Alba, me dijo que no habías ido a sus noches de guardia entonces regrese a tu casa y pedí ayuda de un cerrajero, no encontré nada sospechoso y me asusté mucho. —Sabía de las vistas de la señora Ann a casa, porque solía esconderme cuando ella iba, y cuando se animaba a ir al hospital les decía a mis compañeros que le dijeran que estaba con algún paciente o alguna otra excusa para no verla; porque entonces los pensamientos que hace unos minutos tuve y que justo ahora permanecen en mi cabeza se harían presentes y no estaba lista para admitir lo que estaba sucediendo.
Así que, no me sorprendo con esta confesión.
—¿Mis padres no te dijeron nada? —Ella negó.
—No, pensé que me llamarían diciendo que habías desaparecido, al final eras parte de su hospital, deberían de saberlo. —Asentí, no me sorprendió tampoco esto que estaba diciendo, porque era algo que ya esperaba de mis padres. —Entonces cuando los encaré, fue Isabella quien me dijo que podrías haberte ido a Noruega. —Ella también sabía que extrañaba mis orígenes, y quizás por esa razón estaba segura de que estaría ahí.
Antes de que pueda decir otra cosa el maullido de Mushu se hace presente y eso me desconcierta un poco, seguramente Ann lo habría encontrado fuera de casa, tomando el sol o simplemente durmiendo despreocupadamente y lo ha traído a casa. Al final de cuentas, ese gato le pertenecía a Hansel.