Todo parecía tranquilo.
Demasiado tranquilo.
Ese tipo de paz que solo dura hasta que te llaman de un canal de televisión con estas palabras mágicas:
> —Sofía, te quiere invitar el programa “Las mañanas con Gloria” para hablar de tu libro. ¡Es en vivo! ¡Y hay público! ¡Y café gratis!
—¿Quién dijo que sí? —preguntó Sofía, en modo pánico.
—Vos, hace tres días. Dijiste: “¡Qué emoción!” y después enviaste un sticker de una cabra bailando.
—Ah. Claro. Yo en fase eufórica. Siempre arruino mi propia estabilidad.
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Día del programa.
Canal 7. 9:32 AM.
Sofía, sudando como si la hubieran metido en una sauna con traje de polar.
Tomás, acompañándola como quien va al dentista a acompañar a alguien… pero sabiendo que él también va a sufrir.
—No te pongas nerviosa —dijo él.
—Estoy tan nerviosa que tengo miedo de estornudar y que se me escape una anécdota traumática al aire.
—Eso sería épico.
—¡NO LO SERÍA!
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En el set.
Luces. Maquillaje. Glitter. Gente con entusiasmo artificial y olor a desodorante de ambiente.
La conductora, Gloria, una señora con voz de locutora profesional y pestañas postizas que parecían querer volar, le dio la bienvenida:
—Y ahora… la mujer del momento. La escritora. La genia. ¡La diosa! ¡SO-FÍ-AÁÁÁÁÁÁ!
Aplausos.
Gritos.
Una fan llorando.
Sofía entró como una diva… pero con miedo a tropezarse con el cable del micrófono.
(Spoiler: casi pasa. Pero fingió que era parte del show.)
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—Contanos, Sofía —dijo Gloria con tono de conspiración—… ¿quién es Tomás en la vida real?
—Mi novio.
—¿Y cómo reaccionó cuando se enteró que lo habías convertido en un personaje literario?
—Dijo que mientras no lo hiciera calvo ni impotente, estaba todo bien.
El público estalló.
Tomás, en el backstage, se tapó la cara.
—¿Y hay algo que hayas ocultado en el libro?
—Sí. La escena en que se cayó de la cama porque soñó que jugaba al fútbol y pateó el ventilador.
Gloria rió tanto que se le despegó una pestaña.
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Y cuando Sofía pensaba que todo había salido bien…
—¡SORPRESA! —gritó Gloria—
¡Tenemos a Tomás en el estudio! ¡Y va a participar del karaoke de parejas!
—¿QUÉEEEE?
Tomás apareció como si lo hubieran arrastrado. Literal.
Una productora lo empujaba con cara de “¡Sonreí o te apago el WiFi!”
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Minutos después.
Sofía y Tomás en el escenario.
Pantalla gigante.
Canción elegida:
🎤 “Amor prohibido” de Selena.
—Esto no puede estar pasando —susurró ella.
—Sos vos la que quiso ser famosa —contestó él, al borde del colapso de dignidad.
La pista empezó.
Tomás desafinó como si estuviera invocando fantasmas.
Sofía intentó seguirlo, pero la risa la vencía.
El público coreaba, se reía, y grababa TODO.
Y en ese momento, el micrófono de Sofía se apagó.
Así que sin pensarlo, terminó la canción bailando como una posesa mientras Tomás cantaba solo, como si fuera un final de película clase B.
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Después del programa.
Sofía en el auto, en silencio.
—¿Estás bien? —preguntó Tomás.
—Acabo de cantar Selena en vivo con vos, vestida como una mariposa de lentejuelas. No estoy bien. Estoy… legendaria.
—¿Y te arrepentís?
—Solo si se vuelve viral.
Spoiler:
Se volvió viral.
Millones de vistas.
Hashtags nuevos:
> #TomásDesafina
#SofiQueen
#ReencuentroEnVivo
#SelenaNuncaMurió
Y sí.
Los odiaron.
Los amaron.
Y les ofrecieron hacer un podcast juntos.
Pero esa…
es otra historia.
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el amor de dos personas diferentes, el amor no existe para mi, el reencuentro con verdadero amor
Editado: 01.11.2025