Reencuentro IncÓmodo

Netflix, egos y una actriz que se parece… demasiado a mí

Todo empezó con un mail que Sofía pensó que era spam:

> Asunto: Propuesta de adaptación audiovisual de “Reencuentro Incómodo”
De: Esteban Biglione – Productor creativo de StreamTop+

—¿Qué es esto? —dijo Sofía, mirando el asunto.

Tomás leyó por encima.
—¿Esteban Biglione? Ese no es el que produjo “Cocineros en la Selva” y “Abogados que Lloran en Subte Línea B”?

—¿Eso existe?

—¡Todo existe si lo vendés bien!

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La reunión fue en un coworking cool.
De esos con muebles que parecen reciclados de una peli de Wes Anderson y café servido en frascos.

Esteban los recibió con un sombrero gigante, un piercing en la nariz y un entusiasmo sospechoso:

—¡Gente! ¡Este libro me cambió la vida! ¡No lo leí entero, pero la sinopsis me emocionó!

Sofía: 😐
Tomás: 😬

—Queremos hacer una serie. O una peli. O un documental. O un híbrido de las tres cosas. ¿Qué opinan?

—Opino que el café está frío —dijo Tomás.

—Y yo opino que… ¿cómo sería el enfoque?

—Realismo mágico tierno con un toque de absurdo. ¡Y con muchos filtros rosados! Y la actriz principal… escuchen esto…

Esteban se paró como si fuera a revelar el secreto del universo.

—¡Queremos que la protagonista sea Celeste Mía!

Silencio.

Sofía tragó saliva.

—¿La influencer que hizo de Hamlet… pero versión TikTok?

—¡Esa misma! ¡Tiene 3 millones de seguidores y sabe llorar sin arruinarse el delineador!

—Pero ella no se parece a mí —dijo Sofía, con un poco de dignidad y otro poco de trauma.

—¡Claro que sí! ¡Tiene rulos como vos!

—¡Son extensiones, Esteban!

—¡Y vos tenés esencia! ¡Vamos a mezclar lo mejor de las dos!

Tomás levantó la mano.

—Pregunta: ¿qué pasa con mi personaje?

—Ay, sí. Tomás. Lo amamos. Pero vamos a fusionarlo con un tercer personaje. Vamos a llamarlo “Ricky”. Va a ser skater, vegano, fan del tarot y dueño de un food truck de empanadas veganas.

—¿Pero yo no soy nada de eso? —dijo Tomás.

—¡Por eso! ¡Queremos reinventarte!

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Al salir, Sofía y Tomás estaban en shock.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó ella.

—Nos ofrecieron plata a cambio de traicionar tu historia. Y mi dignidad.
Y mis empanadas.

—¿Y si digo que no?

—Entonces me enamorás aún más.

—¿Y si digo que sí?

—Entonces haceme un cameo y que mi personaje se llame igual, pero con otro peinado.

Sofía lo miró.

—Tomás… ¿y si adaptamos la historia nosotros?

—¿Cómo?

—YouTube. TikTok. Twitch. Lo que sea.
Pero contando la verdad.
Nuestra versión.
Sin glitter innecesario.

—¿Y quién haría de vos?

—Yo.

—¿Y de mí?

—Vos.

—¿Y si lo hacemos mal?

—La gente ama lo imperfecto.
Lo que no tiene filtro.
Lo que se cae de risa y se vuelve a levantar.

Tomás la besó.

—Ok. Pero igual quiero que haya un food truck.

—Eso lo negociamos.

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Esa noche, subieron un video:
📹 Título: “Lo que pasa cuando tu ex se vuelve viral, pero vos solo querías pizza.”

En 24 horas, explotó.
Comentarios, memes, propuestas de entrevistas…
Y lo mejor: mensajes de lectores diciendo:

> “Ahora los amo más.”
“Gracias por no fingir.”
“Quiero una relación como la de ustedes (con empanadas).”

Y así, sin Netflix, sin filtros, sin Celeste Mía…

empezaron a contar su historia como era:
desordenada, honesta… y con mucho queso fundido.




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