Día 2 en París.
Sofía estaba maquillada, peinada, con un blazer que no era suyo (se lo prestó la verdadera Madame Kuznetsova que finalmente apareció borracha a las 4 AM y le dijo: “Usa esto, preciosa, yo hablaré del amor con champán desde la habitación”).
El panel internacional de escritoras eróticas estaba a punto de comenzar.
Y Sofía… no tenía idea de qué iba a decir.
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En la sala, luces tenues, público con libretitas Moleskine, un señor de barba que parecía saber TODO sobre literatura femenina… y cinco autoras con nombres como:
Roxanne del Fuego
Yulia Lujuriaeva
La Dama del Té Caliente
Candela Salvaje
Y… Sofía Rodríguez.
La presentadora, con voz suave y sensual, anunció:
—Comenzamos el panel “Cuerpos, letras y deseo”.
Nuestra primera invitada es Roxanne, quien nos hablará de su trilogía “Sumisión Gourmet”…
Sofía empezó a transpirar por la nuca.
Tomás, desde la fila 4, la alentaba con señas.
Teté, comiendo pistachos, decía:
—Dale, Sofía, vos podés. ¡Meté un sinónimo de “fogoso” y salí volando!
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Cuando fue su turno, Sofía respiró hondo.
Y dijo:
—Hola.
Soy… no rusa.
Escribo sobre reencuentros, ventiladores, empanadas y sentimientos incómodos.
Pero hoy aprendí que el erotismo no siempre está en la piel.
A veces está en lo que no se dice.
En el silencio antes de un beso.
En mirar a alguien y saber que ahí está tu caos favorito.
El público… estalló en aplausos.
Candela Salvaje lloró.
Y un señor en la primera fila gritó:
—¡ESTOY CALIENTE EMOCIONALMENTE!
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Mientras tanto, afuera del auditorio, Teté fue abordada por un youtuber francés que la confundió con una filósofa argentina.
—¿Usted es la autora de La Chancleta Existencial?
—¿Qué cosa?
—Su canal de TikTok, sus frases de impacto… ¿Me puede dar un consejo para los jóvenes?
Teté lo pensó dos segundos y dijo:
—Nunca sigan a un hombre que usa riñonera en el pecho y dice “mi ex está loca”.
El clip se hizo viral.
Traducción automática mediante, el video se tituló:
> “La grand-mère qui détruit les hommes toxiques” (La abuela que destruye hombres tóxicos).
10 millones de vistas.
Y una marca de té la quería como embajadora.
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Después del panel, un editor elegante se acercó a Sofía.
Traje gris. Perfume caro. Sonrisa de “yo vendo sueños con contrato”.
—Querida, tu discurso fue conmovedor.
¿Has considerado escribir para nuestra editorial?
—¿Cuál es?
—Éditions Chaleur Intime. Especialistas en novelas románticas… pero picantes.
Sofía se rió.
—¿Con erotismo?
—Con intensidad emocional y alguna escena donde la mantequilla no se usa solo en la cocina, si me entiende…
Tomás llegó justo a tiempo:
—¿Está intentando convencerla de escribir porno metafórico?
—Literatura con pasión.
—Ella escribe sobre empanadas, señor. Y a veces ventiladores.
—Precisamente. ¡Imagine la metáfora!
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El editor le dio su tarjeta:
—Piénsalo. París te ama. Nosotros también.
Y tenemos presupuesto.
Teté le sacó la tarjeta, la olió y dijo:
—Este hombre usa loción de egocentrismo y promesas vacías. Tirá eso, Sofía.
Sofía guardó la tarjeta igual.
Porque una parte de ella… estaba tentada.
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Esa noche, en el balcón de su suite:
—¿Y si acepto?
—¿Escribiendo erotismo gourmet?
—No. Escribiendo lo que quiera. Pero en grande. Con contrato, traducciones, lectores nuevos.
—¿Y conmigo?
—Con vos. Siempre.
Tomás se rió:
—Bueno. Pero si usás mi nombre para un personaje sexy, me das regalías.
—Ya te usé. Se llama “Tadeo”. Y es un desastre emocional.
—¡¡Sofíaaaa!!
Y se rieron.
Y se abrazaron.
Y la ciudad del amor… fue testigo de un reencuentro que no paraba de renovarse.
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el amor de dos personas diferentes, el amor no existe para mi, el reencuentro con verdadero amor
Editado: 01.11.2025