Reflejo de un amor. Una oportunidad

Capítulo 4: Tom

Ben entra avisando que llegó el almuerzo. Cierro la laptop, me pongo de pie y agarro la bolsa.

—Gracias. Puedes ir a comer.  

Él sale corriendo y me río de lo imperativo que es. Es muy eficiente e inteligente. Sabe de leyes y no sé porque no estudia leyes, podría hacerlo en una universidad pública si no puede pagar una de las prestigiosas.

No le preguntaré nada. No quiero entrometerme en sus asuntos y hacerle creer que podemos tocar temas personales.

Camino hacia la pequeña oficina de Molly.

Las grandes oficinas son para los socios, los abogados junior tienen oficinas que parecen cajas de zapatos y los pasantes cubículos.

Estuve investigando un poco a Molly y descubrí que se graduó de Princeton como tercera en su clase y su madre era una abogada brillante y bastante conocida que abandonó la gran ciudad. No sé mucho más que eso. En archivo de Molly no hay detalle de su vida familiar y en Internet solo hay artículos de los casos ganados por la madre, casos importantes y complicados. También habla de su lucha por los derechos de las mujeres y sus trabajos probono ayudando a mujeres víctimas de abuso.

Imagino que Molly sacó el carácter de su madre, solo que no la misma ambición.

Bien, Edwards me pidió que saque el lado ambicioso de Molly para convertirla en una abogada brillante como lo era su madre. Lo intentaré.

Golpeo la puerta de su oficina abierta, Molly está de pie con la mirada perdida en la ventana y me permito observarla.

Hoy lleva un traje rojo de pantalón y chaqueta, combinado con una camisa blanca y zapatos de tacón negro. Lleva el cabello recogido en una coleta y desde acá noto su rostro libre de maquillaje, el cual me gusta mucho.

Vuelvo a golpear y entonces ella voltea. Le brindo una sonrisa.

—¿Qué quieres?

—¿No puedes ser más amable?

—Bien—se cruza de brazos—. Dime que quieres… Por favor.

Suelto una carcajada, entro sin esperar a ser invitado, tomo asiento y pongo la bolsa con la comida sobre la mesa, ella mira con atención la bolsa y es triste decir que recibió mejor recibimiento que yo.

¿Se puede estar celoso de una bolsa de papel?

—Traje el almuerzo—saco las dos bandejas—. Pensaba encargarte una ensalada elegante y coca de dieta, pero asumí que no es comida de tu estilo y pedí un sándwich de albóndigas con mucha salsa y una coca simple.

Ella se sienta e inspecciona la bolsa.

—Cierto, no me ves como abogada, sino como un desastre que come albóndigas.

Vuelvo a reír.

—Te veo como una mujer con carácter y personalidad que disfruta de la comida.

—No me voy a acostar contigo.

Dibujo una sonrisa mientras saco las servilletas.

—Eso dices ahora, veremos después—abro la caja y así de fácil pierdo la atención de Molly—. Trabajaremos juntos. Necesito un abogado de apoyo hasta que me adapte a la firma y a los clientes. Edwards me ha dicho que eres una abogada inteligente y que podríamos trabajar juntos.

—¿Por qué yo?

—Bueno, Michael está ocupado asistiendo a Loyal y Charlotte se me ha insinuado, o eso podría decir. Como mis encantos ingleses no surten efecto contigo, pensé que serías una buena opción.

—¿Por eso pediste un asistente hombre? ¿Para evitar que tus encantos ingleses surtan efecto? Aunque no sé cuales son, yo no veo ninguno.

—Traje el almuerzo y eso no lo hago por cualquier persona.

—No, lo haces cuando quieres impresionar a alguien y acostarte con ese alguien.

—Lleve el almuerzo a mi amigo Josh y no quería impresionarlo ni acostarme con él. Te lo aseguro.

Agarra la mitad del sándwich y lo lleva a la boca.

—Esto está bueno. —dice con la boca llena.

Ha cambiado el tema, lo que significa que la comida la distrae o sabe que tengo razón y prefiere cambiar de tema para no dármela o disculparse. Supongo que lo sabré con el tiempo, una vez que la trate.

Por ahora, pruebo el sándwich y le doy la razón.

—Sí, no quiero conflictos laborales. Ya se que opinas que estoy aquí por mi tío y no es así.

Se chupa los dedos y se limpia con la servilleta. Regaño a mi imaginación para que no se vaya a ninguna parte sexual. No es momento para pensar en ello.

Le extiendo una servilleta esperando que se limpie y ayude a mi mente.

—Sí tú lo dices.

—Ya lo verás… ¿Por qué tu mamá dejó de ejercer la carrera de abogada? Era una de las mejores.

—No lo dejó, la ejerce en el pueblo donde vive con mi padre. Ella odiaba trabajar en esa importante firma de abogados llena de hombres que cuestionaban su inteligencia. Uno de los abogados socio la acosaba y se fue a Providecetown para alejarse de él, conoció a mi padre, se enamoró de él y del pueblo playero y se quedó. Cuando el abogado del pueblo se jubiló, ella tomo el control del pequeño estudio jurídico y administra una casa de huéspedes que heredó de su tía. Digamos que encontró su lugar… ¿Por qué dejaste Londres? ¿Huyendo de una acosadora o de la lluvia?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.