Reflejo de un amor. Una oportunidad

Capítulo 23: Tom

 

Termino de anudar el nudo de la corbata sin quitarme de la mente la imagen de mi padre. Es imposible que se encuentre en esta convención. Él estudió en Inglaterra y ha trabajado toda su vida allá, su firma no tiene ninguna relación con Harvard como la de mi tío dado que él es un exalumno de aquí y suelen tomar abogados practicantes tanto de Harvard como de Princeton.

De seguro era un hombre que se parecía y yo lo confundí, es lo más probable.

Un suave golpe en la puerta me obliga a dejar de pensar en mi padre y me apresuro a abrirle a Molly.

Pedimos habitaciones separadas con conexión, por las dudas de que ella quisiera pasar la noche en mi cama o me invitara a la suya, evitaríamos el pasillo, bastaría con solo abrir la puerta que conecta las habitaciones.

Mi tío dejó que yo me encargara de la reserva de la habitación para evitar que su asistente anduviera de chismosa por la oficina. Aunque ya se comenta que Molly y yo estamos juntos.

Ben dijo que no sabe de dónde salió el rumor y cuando le preguntaron a él, dijo que nos entendemos bien en el trabajo y nos llevamos bien.

No me importa que todos sepan que salimos juntos, lo que no voy a tolerar es que hablen mal de Molly. No quiero que diga que consigue buenos casos por causa mía.

Si tan solo supieran que Molly pone sus propias trabas en la firma. Si fuera por mi tío, la entrenaría para una futura socia.

Lo bueno es que a Molly no le importa la opinión de los demás, ella conoce su ética laboral y su capacidad como abogado. Edwards y Loyal también. La opinión de otros le da igual y eso la hace fuerte y determinada. Incluso despierta admiración, y no solo en mí. También envidia.

Abro la puerta conjunta y me quedo con la boca abierta observando a Molly. Lleva un vestido largo de color dorado que abraza sus curvas como una segunda piel, aunque posee mangas y la espalda cubierta, el escote pronunciado y el tajo del lado de la pierna derecha la hace lucir muy sensual.

Se ha recogido el cabello, logrando resaltar su suave maquillaje a tono del vestido y sus facciones marcadas.

—¿Es demasiado? En estos eventos la mayoría se viste de negro. Mi madre y Madeleine me animaron por el vestido dorado.

Dibujo una sonrisa, tomo su mano y la hago girar.

—Estás impresionante. No podré separarme de tu lado o algún abogado pretencioso querrá llamar tu atención.

Ella sonríe.

—No es tan fácil llamar mi atención.

—Eso lo sé mejor que ellos. —reímos.

Ella busca su pequeño bolso tipo sobre de color negro, espera que yo me ponga el saco del traje y salimos juntos de mi habitación.

Yo fui a lo clásico y me vestí casi por completo de negro, la corbata de color vino tinto es lo único de color que llevo.

La buena noticia es que la cena/baile es en nuestro hotel, por lo que solo tenemos que llegar al lobby y caminar hasta el salón de eventos. Si bien creo que la mayoría de los abogados de la convención que viven fuera de Boston se hospedan aquí.

Mientras bajamos le pregunto a Molly por ser Rachel y ella asegura que está todo bien. Hablaron por videollamada y le prometió que regresaría mañana por la noche.

Hoy fuimos a dar una vuelta por Boston para salir un poco y ver personas que no fueran abogados ni tuvieran relación con las leyes y Molly le compró un buzo de Boston a Rachel y una muñeca.

Me gusta verla en papel de madre, en especial ahora que me confesó de adoptar a Rachel. Creo que es una excelente decisión. Ya se acostumbraron la una a la otra.

Y si todo sigue bien con Molly en el futuro, un futuro no muy cercano, y llegará a suceder que nos casemos o al menos la relación se vuelva más formal y haya una posible convivencia, no me importaría ser padre de Rachel. La querría y apoyaría igual que un padre a un hijo sin importar la sangre.

Lo que realmente importa sería que Rachel me acepte como pareja de Molly y como su padre, y estoy seguro que, para cuando llegue el momento, ella no tendrá problema.

No me voy a hacer la cabeza con eso. Es pronto para saber lo que nos depara a Molly y a mí. Apenas estamos saliendo juntos y es mejor no apresurar las cosas.

No olvido que estuve cinco años en una relación, ahogándome y queriendo gritar sin saberlo, y me comprometí.

Llegamos al lobby, nos encontramos con un abogado que imparte la clase de derecho penal en Princeton y le dio clases a Molly. Este no deja de alagarla y de ignorarme. No paso por alto la mirada que le da a su escote y me arrepiento de haberle dicho que se veía espectacular, debí decirle que se cubriera toda.

—Bien, profesor Linch, si ya terminó de mirarme el escote, mi acompañante y yo vamos a ingresar al salón.

No sé quién se sorprende más por ese comentario, si él o yo. Lo ha dejado de boca abierta y no le da tiempo a responder porque toma mi mano y tira de mí hasta alejarnos de él.

Molly no deja de sorprenderme.

—Justo estaba pensando que deberías haberte puesto un vestido menos revelador.




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