Reflejo de un amor. Una oportunidad

Capítulo 34: Tom

Intento no seguir pensando que Molly está con su ex, que estuvo comiendo con su ex y puede estar con él en este momento.

No hice reclamos ni nada parecido, pues no estaban solos, toda la familia de ella estaba presente y ya lo conocen.

Mis inseguridades no dejan de dominarme, en especial por causa de mi padre.

Sé que Molly está convencida que mi padre está detrás de la adopción, yo no lo creo y eso ha generado una especie de brecha entre nosotros, la cual espero se resuelva en cuanto ella regrese y aprueben la adopción de Rachel.

Mi padre dijo que intentaría hablar con el juez a favor de Molly. No prometió convencerlo, pues llevaban años sin tener contacto.  

Yo he hablado con mi madre, también se ha disculpado por sus actitudes y dice que intentará aceptar mi decisión de quedarme aquí y no querer saber nada con Brenda.

Le comenté a Aisha y ella no cree en el arrepentimiento de nuestros padres. Piensa que hay gato encerrado y yo creo que exagera. No quise contarle acerca de las dudas de Molly con respecto a nuestro padre y la adopción de Rachel. No necesito más opiniones.

El tiempo lo dirá.

Le doy la comida a Jerry y este ronronea paseándose por mis piernas antes de acomodarse a comer.

Busco mi celular, saco una foto y se la envío a Molly. No tarda en llamar, si bien no es ella, sino Rachel.

—Hola, Rach.

—Hola, Tom. ¿Jerry está bien?

—Perfecto. Jugamos con su ratón y ahora está comiendo. Madeleine pasó en la mañana y estaba durmiendo. ¿Viste la foto?

La niña ríe.

—Es que duerme mucho.

—Así son los gatos. ¿Qué haces? ¿Cómo va todo?

—Estoy esperando al tío Scott que me va a enseñar a jugar ajedrez. Los papás de Molly son muy buenos. Su papá cocina rico y su mamá es amable y dulce, dijo que puedo decirle abuela y me gusta, es una abuela buena. Fui a la playa, hice un castillo de arena con Molly y Scott, jugamos con las olas y comimos frutas en la playa. Fue un lindo día.

—Ah, ¿Cody no fue con ustedes?

—No, tenía que trabajar. Es bastante amable. 

—Y te agrada.

—No más que tú. ¿Sabías que fue novio de Molly?

Aprieto los dientes.

—Sí y ahora son buenos amigos.

—Sí. Yo igual le dije que Molly te tiene a ti de novio y que te queremos.

Dibujo una sonrisa.

—Gracias por estar de mi lado. ¿Dónde está Molly?

—Terminando de bañarse. Ella irá con Cody y otros amigos que iban a la escuela a un karaoke o algo así dijo. Yo me quedaré con mis nuevos abuelos y mi tío… Ahí viene. Molly, es Tom y ya le dio de comer a Jerry.

Rachel se despide de mí y Molly se pone al teléfono.

«No hagas reclamos, Tom, sé un adulto».

—Hola.

—Hola. No me gusta estar en tu casa sin ti—confieso tomando asiento en el sofá—. Ya quiero que sea domingo en la noche para recogerte en el aeropuerto.

Ella ríe.

—Solo estaré fuera dos días.

—Lo sé. Oye, hablé con mi padre y prometió hablar con Barton el tema de la adopción. No prometió convencerlo, pero él sabe como convencer a las personas.

Molly guarda silencio.

—No tengo dudas. Se nota que es un hombre que no se detiene ante nada para conseguir lo que quiere.

—Sé lo que opinas de él y no confías…

—Exacto. Y no quiero tocar ese tema. Ya me voy porque Cody está esperando…

—Cody.

—No me digas que estás celoso.

Sí, lo estoy.

—No, para nada. No tengo motivos.

—Es un amigo e iremos con otros amigos a un viejo bar al que solíamos ir a recordar viejas épocas.

—Bien. Yo me quedaré con tu gato.

—Cuídense los dos. Los veo el domingo.

—Te quiero.

La llamada termina y no sé sí escuchó que le dije que la quiero.

Maldición. Yo aquí pensando en ella y ella con su exnovio. No me gusta para nada saber eso. En ocasiones es mejor vivir en la ignorancia.

Jerry sube encima de mí buscando cariño, le hago mimos y él baja las patas traseras dejando la cola levantada. Le encanta hacer eso.

»Por lo menos eres negro, Jerry. Mi padre no te rechazaría. ¿Crees que tu madre humana me extrañe? No me ha dicho que me quiere.

Él solo dice miau.

»Sí, ya sé, no te importa, tú solo quieres mimos—vuelve a decir miau—. Vamos a tener que trabajar en la parte de la comunicación. No está funcionando.

Baja al piso y se va a la habitación de Rachel, seguramente a dormir. Genial, hasta el gato me ignora.




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