Capítulo 37: Molly

Cuando llegamos al aeropuerto, no veo a Tom por ningún lado. Alcancé a escribirle antes de subir al avión, no recibí respuesta y tuve que apagar el celular.

Reviso el celular y encuentro su mensaje diciendo que me espera en mi casa.   

Me escribió desde su teléfono, por lo que no está perdido o Samara se devolvió o compró uno nuevo.

No quise pensar que Samara y él estuvieron juntos la noche anterior. Tom no caería tan bajo.

Hablaré con él, me dirá lo que pasó, yo le contaré lo que sucedió con Cody y todo estará bien. Debo confiar en eso. Una relación sin confianza, no sirve.

Estuve tentada a llamar a Jake para preguntar, pero hubiera quedado como una novia tóxica y no se me ocurrió ninguna excusa para molestarlo.

Pasé el día en la playa. Rachel se divirtió mucho con mi hermano y sus amigos, también con mis padres. Los despidió a todos con un abrazo llamándolos abuelos y tío. Sobra decir que ellos quedaron encantados con ella y esperan verla pronto.

Solo queda resolver el tema de la adopción. Mi madre ofreció su ayuda, me paso el contacto de sus viejos contactos, uno de ellos es un juez especialista en casos familiares, ya está retirado, pero puedo pedirle asesoría, además si Barton está haciendo esto por razones ocultas, el juez amigo de mi madre puede utilizar sus influencias para sacarlo del medio y colocar a otro. Bueno, primero veré que pasa dejando que todo siga su curso. Luego estudiaré las opciones y elegiré la más conveniente.

Tomamos un taxi, Rachel intenta permanecer despierta y le cuesta, pero se aguanta hasta llegar a la casa, aunque dudo que quiera cenar, mi madre le hizo sándwich antes de abordar y estoy segura que caerá rendida en su cama.

Llegamos a casa y Tom está en el sofá con Jerry. Rachel corre hacia ellos y se tira encima abrazando a Tom y acariciando a Jerry. El gato está feliz de ver a su hermanita humana.

Dejo nuestras cosas a un costado.

—¿Feliz de estar de regreso? —le pregunta Tom a Rachel y esta asiente.

—Me hubiera gustado quedarme allá. Amo la playa con todo mi corazón, pero debíamos volver. Extrañé a Jerry y también tu comida.

Él ríe.

—Mi comida, no a mí.

—Claro que a ti sí. Te traje un sovenir.

—Suvenir. —corrijo.

—Eso—ríe y se levanta con Jerry—. ¿Ya comió?

—Sí, Jerry ya comió. Puede que quiera jugar un poco más.

—Yo me ocupo—suelta a Jerry y agarra su mochila de donde saca el pequeño paquete—. Es un imán para tu refrigerador—le dice mientras Tom lo abre—. Espero te guste. Yo lo elegí.

—Me encanta, es perfecto. Gracias. —la abraza.

—Iré a acomodar mis cosas.

Se aparta de Tom y corre a su habitación. No tardará en caer dormida.

Tom no intenta acercase ni besarme y eso me sorprende. Él no es así.

No dejo de pensar en Samara.

—¿Qué sucedió?

—¿Qué tal tu viaje y tu salida con Cody?

Enarco una ceja.

—Con respecto a eso, hay algo que debes saber, algo que involucra a Cody y sirvió para aclarar mi mente y aceptar que…

—Que quieres estar con él.

—¿Qué?

—Ya lo sé, ya lo suponía, aunque pensaba que solo imaginaba cosas y las fotos eran mentira.

—¿De qué estás hablando? ¿Qué fotos?

Me entrega un sobre, lo agarro y miro el interior. Son fotos mías del sábado en la noche saliendo del bar con Cody.

—Esas. ¿Me vas a decir que no se estaban besando?

—¿De dónde sacaste esto? ¿Me mandaste a seguir?

—Claro que no. Mi padre lo hizo para asegurarse y…

Niego con la cabeza riendo con ironía.

—Claro, debí imaginar que tu padre estaría detrás de todo esto y no lo dejaría pasar.

—No empieces con mi padre.

—Si empiezo porque él es quien se ha metido en medio de nosotros. Estas fotos—se las tiro al pecho—, son reales, pero fuera de contexto. Me tropecé, él me ayudó y me besó, solo que lo aparté y le dije que te quería a ti, me llevó a mi casa y nos despedimos. Claro, el investigador sacó las fotos a su conveniencia… Mejor dicho, a conveniencia de tu padre.

—Y luego fuiste a la playa con Cody.

—Fui a la playa con mis padres y sus padres que son personas agradables y amigos de mis padres, él ni siquiera fue… ¿Por qué te doy explicaciones? Está claro que por tu cara e interrogatorio asumiste que soy infiel y que te voy a dejar por Cody.

—¿Y cómo quieres que me sienta? Te dije que te quería y no me dijiste nada, no aceptas ser mi novia, estás obsesionada con mi padre y no me llamas, cuando lo hago yo dejas tu teléfono por ir a la playa con tu ex. Ponte en mi lugar.

La sangre comienza a hervir, pero me tranquilizo y evito levantar la voz.