Regresé por ti

Flor favorita

Capítulo 04
 


El lunes me levante temprano para desayunar y llegar a tiempo a la universidad para seguir con las pinturas que había dejado pendientes, como estaba haciendo demasiado calor traía puesto un short de mezclilla tiro alto con un cinturón negro, un top de tirantes color negro y arriba de esta una camisa de cuadros color verde (recordando el outfit del jardinerito), para terminar, me puse unos tenis color negros y recogí mi cabello. Al llegar vi en la entrada a nada mas y nada menos que Sebastián, tenia una cara de enojado que nunca le había visto

Me le puse en frente tratando de leer su cara para saber que tramaba

- ¿Qué haces aquí? – dije algo fría

- ¿Qué no es obvio?, necesito que me des una explicación de que fue lo que paso – dijo mientras cruzaba los brazos

- Mira – suelto un suspiro – no tengo ganas de discutir contigo, solo te digo que no era, no es y no será mi intención dañar tu futuro; fue solo algo que se salió de las manos. Si quieres puedo volver a hablar con... - cuando estaba a punto de terminar se lanzo a mi y me besó.

Tenia una de sus manos en mi nuca y la otra en mi cintura atrayéndome a él, quede en shock, pero reaccione y me zafe de su agarre.

- ¿Qué te sucede?, ¿Por qué haces eso?

- ¿No es eso lo que quieres?, volveré contigo, pero quiero que tu padre vuelva a tener los negocios que tenia con los míos para seguir trabajando en la empresa sin problemas, necesito mi vida y mi dinero a como esta antes de que termináramos, así que volvamos Alessandra – ¿era en serio lo que me estaba diciendo?

- Así no se arreglan las cosas Sebastián, TÚ terminaste CONMIGO. Ya no quiero regresar donde no me quieren y si solo quieres que mi papá trate de nuevo con los tuyos para que te regresen tu maldita vida de lujos pídeselo tu, te iba a ayudar, pero con lo que dijiste – miro para otro lado ya que no podía verlo a los ojos – lo arruinaste todo – lo deje con la palabra en la boca y me metí a la escuela.

Corrí al baño a llorar, ya no podía mas, tan solo me quería para un beneficio suyo, no le importaba lo que yo sintiera. En ese instante me dio un ataque de ansiedad, no podía dejar de llorar y no podía respirar, me puse en cuclillas como pude, con las manos temblando tape mi boca, inhalaba contando hasta el 4, sostenía hasta 7 y exhalaba en 8; esa era una táctica que me había enseñado mi terapeuta (antes de dejarlo) para poder controlar mis ataques y tener algo de fuerza para seguir adelante. Hice las respiraciones un par de veces y logre ponerme de pie, me apoye en el lavamanos y me mire en el espejo, las lagrimas las tenia marcadas por todo mi rostro así que tuve que mojarme la cara para poder desaparecer ese rastro.

Cuando sentí que estaba lista sali del baño para ir hacia mis clases de pintura, el plan era terminar las que había dejado pendientes, pero decidí comenzar una nueva para liberarme de lo que había sucedido unos momentos atrás. Al llegar, tome un lienzo y lo posicione en uno de los caballetes que estaban disponibles, tome mi bolso para sacar mis estuche de pinceles y no estaban, yo estaba segura de que los había... ¡RAYOS! Los deje encima de la mesa. Marque a la casa para que el chofer me las trajera, pero me contesto una persona que de inmediato supe quien era.

**Casa de la familia Antonelli – su voz, era él - ¿bueeeeeeno?

Sacudí la cabeza unas cuantas veces para reaccionar – amm... Andrés, ho-hola soy Alessandra

**Hola Ale – en su voz se escuchaba feliz y a pesar de estar por teléfono se sentía su sonrisa – ¿necesitas algo?

**Oh si, ehhh... olvide mi estuche de pinceles en el comedor, ¿crees que le puedas decir a Charlie si me lo podría traer a la universidad? – dije algo nerviosa

**Claro, en unos momentos los tendrás en tus manos – sonreí al saber que con tan solo su voz me había hecho él día, le agradecí y colgamos.

A los 15 minutos recibí un mensaje de mi chofer diciendo que estaba en la entrada esperándome, se me hizo algo raro ya que cuando algo así sucede pasa hasta mi salón. Salí y lo busque con la mirada, pero no lo encontré, le marcaba, pero no me contestaba, le iba a mandar un mensaje de nuevo pero una mano se posiciono en mi hombro haciendo que me sobresaltara.

- Tranquila solo soy yo – NO LO PUEDO CREER, ESTABA AQUÍ, EN FRENTE DE MI

- ¿Y-y Charlie? – fue lo primero que salió de mi boca

- Yo también me encuentro bien Ale, muchas gracias por preguntar – dijo sarcástico y se rio

- Ah si, disculpa, lo que pasa es que me sorprende que vinieras precisamente tu, no era necesario

- No te preocupes, lo que pasa es que Charlie iba a salir con tu mamá por unos asuntos y me dijo que viniera yo a dejarte tu estuche – me toma de la mano y me lo pone en ella – y aquí esta

Su tacto me dejo mas en shock, una fuerte corriente de electricidad paso por mi cuerpo cuando me toco, no sabia precisamente que hacer.

- Muchas... - aclaro mi garganta- muchas gracias – le sonreí

- No es por nada – soltó un suspiro, vio toda la universidad como si fuera un palacio y chiflo – si que es grande tu escuela, que bueno que no entre porque si no me perdería

Reí por lo bajo – no lo creo hay pocos salones, aunque por fuera se vea grande

- Te creeré ya que no me arriesgaría a entrar y perderme – los dos reímos y nos miramos fijamente hasta que el dejo de hacerlo, pero no aparto la mirada

- ¿Qué ocurre? – dije confusa, puso su mano en mi mejilla y la acaricio con su pulgar

- ¿Estuviste llorando? – como rayos lo supo, me había quitado todo rastro de mi para que nadie lo descubriera

- ¿Cómo sabes que estuve llorando? – dije curiosa

- Porque tienes una mirada triste en estos momentos, aunque lo trates de ocultar – di dos pasos para atrás apartándome de su agarre – esta bien si no me quieres contar, aunque siempre es bueno desahogarse con un extraño, ¿sabias?




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