Capítulo 34
1er año de Stella
–Stella, dime como rayos le haces para estar tan preciosa – le dice Scar apretando un poco sus cachetes regordetes – y esos ojazos tan hermosos
Yo solo sonreía viendo como Scar adulaba a mi princesa, hoy todos vinieron a festejar su primer cumpleaños, mientras nosotras nos encontramos adentro debido a que tenia que cambiarla los demás se encontraban en el jardín disfrutando de una buena carne asada hecha por Evan.
–Hola, holaaa – entra Eli con un regalo en manos y los chicos detrás de ella – lamento la demora, pero este muchachito no quería dejar a sus amigos
–MAMÁ – se queja Alex
–No pasa nada Eli, adelante
Pasan los tres dejando el regalo junto unos cuantos sartenes que supongo contienen su deliciosa comida.
–Mami hizo gorditas y carne en salsa – me dice Amelia
–Muchas gracias – le beso la mejilla – ¿quieres ver a Stella?
–SIII
Va con ella mientras yo ayudo a Eli con la comida, Alex se une a Amelia con Stella queriendo lamer su cachete.
–¿Cómo vas con Emir?
–Genial – acomodo todo en la barra – me ayuda con Stella, disfruto de su compañía – encojo mis hombros – aun estoy en el proceso de asimilar mi nueva relación con él
–Disfruta, mija – me acaricia el brazo – un chico como él no se encuentra tan seguido
–Yo tenia a… – suelto un suspiro – en fin, lo quiero mucho Eli y estoy tratando de dar todo de mi
–Se nota, tu solo disfruta este nuevo amor y disfruta de tu hija, necesitas mas sonrisas que lagrimas
–Tienes razón – le sonrío
–Mmmm… Mirada triste, Alessandra – me señala
–Los extraño – la miro soltando lagrimas – deberían de estar aquí festejando a su nieta y no…
–La vida a veces es dura, mija – me abraza – pero te deja esas enseñanzas que no consigues en cualquier lado
–Duele – me desahogo
–Lo sé, créeme que lo sé – se aleja y me limpia las lagrimas – al menos vive por ellos, vive en su nombre, no te dejes caer que tienes a alguien esperando por tu apoyo en cualquier momento – miramos a Stella reír junto a los chicos y a Scar haciéndoles cosquillas
–Es verdad
–Animo – me sonríe – ahora vamos a comer que debido a tu cuñadito ya todos comenzaron a comer menos nosotros y me estoy muriendo – me hace reír
–Vamos, te aseguro que aun hay para ustedes
Todo el día fue dedicado a Stella, tuvo pastel, dulces, regalos de todos… hubo demasiadas risas de parte de todos, Emir de momentos sacaba fotos y en especial al final, cuando coloco la cámara en el tripie ordenando que nos pusiéramos para la foto familiar con Stella y así poder yo tener una de su primer año junto a toda su familia tanto de sangre como de corazón.
En el momento que todos se fueron quedamos solo nosotros tres, Emir se había quedado por un momento en la parte de abajo ya que tenia una llamada de trabajo mientras nosotras nos aproximábamos a la habitación de Stella.
–Listo, sole mio – la bajo para que comience a gatear yendo a sus juguetes – ¿Por qué solo caminas para ir con Emir? Dale a mami unos pasitos – le digo y esta solo sonríe por el tono de voz que utilizo al hablarle
Me rio y me voy rendida hacia el retrato que dejé a medias. Había estado soñando con mis padres últimamente así que para poder sacar ese pensamiento triste de mi cabeza decidí plasmarlo en mi arte retratándolos en su versión joven mientras se encuentran abrazados y sonrientes como si vieran a una cámara.
–Ma-má – suelta Stella
–Exacto, eso es de mami – le quito el pincel babeado que me ofrece – y ahora tiene tu adn por todos lados, amore
–ta-ta-ta… pfff – se va en busca de otra cosa con que entretenerse
Suelto una carcajada por las ocurrencias de mi nena. Mientras comenzaba a darle color al cuadro escucho como entrar al cuarto y es Emir el que nos da una enorme sonrisa.
–¿Qué haces mis bellas damas?
–Pa-pá – se pone de pie como puede y alza sus brazos hacia él – pa-pá, pa-pá
–Ven acá princesa – la carga – ¿aun no tienes sueño Stella?
Esta solo saca su lengua lamiendo su mejilla riendo para después aplaudir. Con su dedo índice tarta de introducirlo en la boca de Emir y este simula que la muerde haciéndola reír mas fuerte.
–Parece que no tiene sueño
–Eso parece – me rio –estoy tratando de terminar este cuadro
–Amore, ya te he dicho que, si no puedes o no recuerdas date tu tiempo, no fuerces esa cabecita – se acerca y me deposita un beso en la frente
–Lo sé, pero no los quiero dejar así, en blanco y negro – observo el retrato – es demasiado triste, quiero darle color, pero no logro concentrarme en como eran