Capítulo 35
–Hola, señor – me da una sonrisa – ¿busca a alguien? – me coloco a su altura
–Emm... si, ¿se encuentra mi madre en casa? – inclina un poco su cabeza y entrecierra sus ojitos
–¿Y quien es su mamá?
–Elizabeth Herrera, es mi madre – le acaricio la barbilla
–Aaaa... buscas a mi Tita
–¿Tu... tita? – frunzo el seño
–Si, es mi tita y hace muy ricos pasteles
–Tienes razón, hermosa – le sonrío– ¿Y tu quien eres?
–Me llamo Stella, mucho gusto – me hace una reverencia
–Stella... lindo nombre, mucho gusto soy Andrés
–Mi tita ahora esta en la cocina, le diré que su hijo la llama
–No te preocupes, mejor paso y la sorprendo
–¿Eres una sorpresa? – se tapa la boca como si fuera un secreto
–Si, así que no digas nada y deja la sorprendo
–Sisisi...
Me levanto y acomodo un poco mi traje, me retiro los lentes de sol mientras paso a la casa guiándome de la pequeña Stella que me hace seña de que guarde silencio, Isa se queda en la sala revisando la Tablet sin parar.
–Tita – mamá no dejaba de cocinar ni volteaba
–Dime mi amor
–Te tengo una sorpresa
–¿Así?
–Pero voltea tita, sino no funciona la sorpresa
Mi madre se ríe por lo que dice la niña a mi lado y por fin nos mira o mas bien a mi, su sonrisa cae y sus ojos se vuelven enormes soltando lagrimas a montones, se cubre la boca para no gritar.
–TARANNN
–Hola mamá – digo sin más
–¿Estas llorando tita?
Mi madre por fin reacciona y toma a Stella alejándola de mi lado.
–Mi niña, es de felicidad, no te preocupes que no es nada malo
–¿Le puedo decir a mami de tu sorpresa?
–NO – nos asusta a ambos – no le digas nada, yo le diré en su momento
–Pero quiero que sepa que tienes otro hijo, estará muy feliz
–Mi cielo, te digo que yo le comentare sobre mi sorpresa por ahora será secreto para que ella también tenga esta sorpresa, ¿De acuerdo?
–SIII
–Ve a lavarte las manos hermosa que ya comeremos
–Si, tita
No comprendía nada de lo que estaba pasando, mi cara se arrugaba cada vez más debido a la gran confusión que me ocasionaba todo esto.
–Veo que no estas feliz con mi llegada
–Estoy... estoy sorprendida, asombrada y confundida de que tu estés aquí
–Confundido estoy yo – le señalo por el camino donde se fue la niña – ¿De quien es hija?
–Llegas y lo único que preguntas es por Stella – se ríe irónicamente – eres increíble Andrés
–Mamá, te he estado mandando dinero para...
–Lo único que necesitaba era al hijo que no se rendía por nada ni por nadie – se limpia las lagrimas con el dorso de su mano – al hijo que nunca se perdería de buenos momentos que pasa su familia
–Lo siento mamá – me acerco a ella y tomo sus manos – lo siento, pero ya estoy aquí, estoy... aquí de regreso para recuperar lo que deje abandonado hace tiempo. Me fui por un futuro mejor y lo logré
–Yo no quería dinero, tan siquiera queríamos... quería una carta diciendo donde estabas, como estabas y con quien
–Ya vine, ya me viste – le acaricio la mejilla – ven aquí viejita
Nos abrazamos y ella se soltó a llorar en mis brazos hasta que...
–SIII... ABRAZOS
Stella nos rodeo con sus pequeños brazos, la conexión que se formo entre nosotros fue instantánea, sentía que la conocía, la sentía tan cercana a mi que no sé ni como explicarlo.
–Tita, me haces una malteada de chocolate, por favor – pestañea varias veces
–Stella, primero hay que comer y después nos vamos al postre
–Pero mi pancita me lo esta pidiendo – se soba la panza simulando hambre – ándale, no me digas que no
–Stella
–Tita, juro no decirle a mami, pero mi pancita me pide esa malteada que siempre me haces, me dará energía para la noche, mami dijo que podía hacer y pedir lo que quisiera hoy, porque ella...
–Esta bien, pequeña terca – mamá se rinde
–Gracias, tita, te quiero
–No me chantajees – baja y le besa la mejilla – ve a tomar asiento para servirte
La pequeña se va de nuevo y escuchamos la silla raspar el suelo indicando que tomo asiento esperando su comida.
–No sé por que, pero me recuerda mucho a...
–Amelia estará tan contenta de verte mi cielo, Axel ahora esta en su momento rebelde así que no sé como reaccione...
–¿Y Alessandra? – evita mi mirada poniéndose a servir en un pequeño plato comida – ¿Como esta ella?
–¿Gustas comer, mi cielo? – me dice
–Mamá, te pregunte por Alessandra
–Deja le llevo esto a Stella que se impacienta mucho
Se va, pero luego regresa sacando cosas del refrigerador lo que supongo es para hacer la malteada de la pequeña Stella.
–Mamá, ¿Alessandra sigue aquí en Pittsburgh? – por fin me mira
–Si, hijo, ella sigue aquí como siempre – suelta un suspiro – te esperó... te esperó por 3 años, pero ahora...
–Esta con alguien más – la garganta me ardía de decir esas palabras y su silencio me lo confirma
–Si, no sabíamos nada de ti y no sabíamos si regresarías, así que se dejo de tener su vida detenida solo por ti... aun así, no deja de venir a verme como yo no dejo de ir a visitarla cada ves que podemos hacerlo
–Necesito verla – digo sin más
–TITAAAA... TITA, ME MANCHE MI VESTIDO
–EN UN SEGUNDO VOY, MI VIDA – suelta otro suspiro – no creo que sea lo mejor, Andrés
–Mamá, yo le dije que regresaría por ella y eso quiero hacer
–Esta bien, necesitan resolver sus cosas en cualquier momento – va hacia un cajón y saca una invitación – hoy se inaugura su museo de arte, me invitó, pero no iba a poder ir ya que Alex tiene torneo de futbol a esa misma hora, puedes usarla, ella estará ahí hasta cerrar
La tomo y observo su nombre junto al del imbécil del fotógrafo, no puede ser que después de todo este tiempo aun este hombre esté detrás de ella.
Me despido de mi madre y de Stella para irme al hotel, descansar un poco mientras llega la hora del evento me hará reflexionar en lo que haré hoy. La quiero ver, mi ser me lo pide desde que pisé la ciudad y me hierve en la sangre que este imbécil no la deje ni para su propio negocio, una razón más para ir a verla y demostrar lo que he hecho hasta ahora por ella, por nosotros.